10 GENERALES DE LA II GUERRA MUNDIAL

Generales II GM

Ya hice un post sobre los 10 personajes más relevantes de la Segunda Guerra Mundial, ahora tocan los militares. Puede haber distintas opiniones, por supuesto, esa es solo mi selección. Y el orden no quiere decir nada.

1. DWIGHT D. EISENHOWER

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Eisenhower fue nombrado comandante supremo de las fuerzas expedicionarias aliadas en Europa en junio de 1942, a la edad de 52 años. Había participado en la Gran Guerra cuando fue enviado a Europa en 1918 al frente de una compañía de blindados.

Entre 1940 y 1941 ya tenía mucha experiencia en labores de estado mayor y en la formación y coordinación de tropas. Al estallar la guerra en 1939 Ike, así ha pasado a la historia, se encontraba en Filipinas y cinco días después del ataque de Pearl Harbor recibió una llamada de Washington, como jefe durante cuatro años del estado mayor de Mac Arthur se le consideraba la persona mejor informada sobre la situación en Filipinas, así pasó a la plana mayor del general Marshall. Su carrera no paraba de progresar de manera ascendente de la mano de Marshall, que fue quien le designó comandante supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa.

Rápidamente se trasladó con su equipo a Londres donde montó su cuartel general a la espera de la llegada de las fuerzas expedicionarias. La tarea era inmensa para arrancar, trasladar al Reino Unido dos millones de hombres, más de 150.000 aviones y una cuantiosa cantidad de provisiones, municiones, armas, ropa, medicamentos y combustible necesario. Y comenzar de esta forma la planificación para el salto al continente, preparación de la tropa, desembarcos, selección de procedimientos y objetivos, coordinando la gestión con militares experimentados incluso de más alta graduación. Eisenhower “solo” era un general de dos estrellas.

La primera piedra de toque seria para Ike la operación Torch, el asalto al norte de África. Su primera gestión fue acordar con los británicos que lo prioritario era expulsar a las fuerzas de eje del norte de África y que la cooperación sería imprescindible. Aquí comenzó a ponerse a prueba sus dotes de coordinación, gestionando distintos intereses con británicos y franceses, que no se lo pusieron fácil, con Rommel al otro lado, por no hablar de la relación Montgomery-Patton. Empezó a cimentar su fama de militar diplomático. Pero a pesar de todo el éxito le sonreiría y la campaña de Túnez terminó el 13 de mayo de 1943 con la capitulación de 280.000 soldados del eje. 

Su siguiente paso, solventado el problema de Rommel y su Afrika Korps, fue el desembarco aliado en Sicilia, atacando el punto más débil del enemigo: Italia. Pero quedaba abierto todavía la cuestión del segundo frente tan demandado por los soviéticos y tenía que ser en Francia, para el que todavía no estaban preparados y no lo estarían hasta la primavera de 1944.

El protagonismo de Eisenhower empezó a molestar a los británicos, pero el creciente peso de los estadounidenses en la contienda y las buenas dotes diplomáticas de Ike hicieron que aceptasen su nombramiento como jefe supremo de Overlord. Un éxito previo suyo fue contactar con todas las autoridades de los países que se iban a reconquistar, aceptando que representaciones de sus fuerzas participasen en el desembarco.

La guerra de egos en la que tuvo que mediar realzó su figura diplomática. Su estrella no dejó de brillar hasta el final de la guerra y no se apagaría allí.

Entre 1950 y 1952 fue el jefe supremo de la OTAN en plena guerra fría. Pero su destino estaba en la política y en la Casa Blanca. En 1953 fue proclamado presidente de EE. UU.

2. ERWIN ROMMEL

Las arenas del desierto desde el Norte de África hasta Egipto encumbraron su figura como

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uno de los militares más destacado de la guerra. Lo que le llevó a ser nombrado mariscal por Hitler y pasar a la historia como “el zorro del desierto”. No solo eso, sino convertirse en una auténtica pesadilla en Londres. Sin olvidar que ya había destacado al mando de una división blindada en la blitzkrieg.

Nuestro protagonista también participó en la Gran Guerra con 22 años, de forma brillante, condecorado, ascendido y herido. Como vemos su estrella comenzó pronto a brillar. Allí comenzaría a experimentar las tácticas que luego le darían tanto éxito en la II Guerra Mundial.

A Rommel no le gustaba los nazis, sin embargo, como otros muchos mandos de la Wehrmacht, simpatizó con Hitler por su apuesta por el ejército y sus reformas militares. El 23 de agosto de 1939, unos días antes de comenzar la guerra fue ascendido a general de brigada. Su primer destino durante la guerra fue ir a Berlín para ocuparse de la seguridad del Führer desde donde pudo empaparse de estrategia militar y escuchar a grandes generales.

Pero ese destino le duró poco, porque el 15 de febrero de 1940 recibió el mando de la 7ª División Panzer, unidad dotada de 217 blindados, en su mayoría ligeros. Cuestión que sorprendió por su nula experiencia en la materia. Pero su preparación le ayudó a conseguir el conocimiento necesario en pocas semanas y dominar los secretos de los blindados.

Su primera misión fue atravesar Las Ardenas, romper las líneas francesas en el Mosa, tomar a sus fuerzas de flanco, desarticular su retaguardia, alcanzar el mar en Normandía o Bretaña y embolsar a los aliados en el Canal de la Mancha. Una carrera de 1.000 kilómetros. En una semana avanzó 200, los últimos cien en cuarenta y ocho horas. Esta velocidad y sus marchas nocturnas otorgaron el nombre a su unidad de “División Fantasma”, fiel a la filosofía de la guerra relámpago. Consiguió el repliegue de las fuerzas aliadas en Dunkerque y fue condecorado con la Cruz de Hierro.

1940 fue difícil para él, su estrellato comenzó a provocar envidias, y se le acusó de advenedizo y de ser promocionado por los nazis. Parecía que su estrella declinaba cuando en los preparativos para l invasión de la URSS, Rommel no entraba en la planificación, pero la situación en el norte de África cambiaria esta percepción y Hitler volvió a apostar por él en 1941 cuando formó un cuerpo de Ejército mítico, conocido como Afrika Korps. Toda una patata caliente cargadita de riesgo. 

Acabó expulsando a los británicos de Libia, tomando Tobruk y capturando a más de 30.000 soldados aliados. En verano de 1942 se lanzó sobre Egipto, pero en octubre tuvo que detenerse en El Alamein con su ejército agotado, sin suministros y sin que sus demandas fueran escuchadas. Fue el momento en el que su relación con Hitler comienza a deteriorarse, quien le negó la retirada. Al final acabó desobedeciendo, viendo las funestas consecuencias que obtendría si mantenía el ataque. A pesar de todo consiguió alguna victoria más, pero al final, en marzo de 1943 fue evacuado en secreto por orden superior dejando que cayesen prisioneros más de 100.000 de sus hombres.

En Europa conoció de primera mano los horrores de la represión nazi y las cada vez más disparatadas decisiones de Hitler.

Su siguiente misión estaría en Francia en previsión de una invasión aliada, era noviembre de 1943. Tenía que encargarse de la defensa de la costa francesa y abortar el previsible desembarco.

Comenzó a participar en planes de conspiración contra Hitler, pero no quería su ejecución sin más, sino su apresamiento y juicio.

 A los diez días del desembarco en Normandía ya había augurado que la guerra estaba perdida en su frente occidental. Él quería detener al enemigo en las mismas playas, sabía que, si eso no era así, sería imposible contener las avalanchas de soldados, armas y municiones que irían llegando constantemente.

Su participación en la conspiración frustrada de 1944 no quedaría demostrada, pero se presumió que estaba al tanto y no avisó al Fürher. Fue su sentencia de muerte.

«A la vista de mis servicios en África, tengo la posibilidad de morir mediante veneno. Esos dos generales lo han traído con ellos. Es mortal en tres segundos. Si tomo el veneno, no se seguirá ninguno de los procedimientos habituales contra mi familia, contra vosotros. También dejaran en paz a mi estado mayor» Estas palabras, según el testimonio de su hijo, serían las ultimas de Erwin Rommel poco antes de suicidarse en 1944.

Nunca fue implicado en ningún crimen de guerra y es el único militar del III Reich que tiene un museo, en Egipto, dedicado a su memoria.

3. BERNARD LAW MONTGOMERY

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A Montgomery, o Monty, se le conocerá fundamentalmente por dos grandes hechos, su campaña victoriosa en el desierto norteafricano derrotando a Rommel y su Afrika Korps con sus ratas del desierto y por su derrota en la operación Market Garden.

En 1908 se graduó como subteniente en la prestigiosa academia militar de Sandhurst, eso sí, con más pena que gloria. Y su primer destino fue la India como instructor de tropas nativas. Participó en la Gran Guerra, luchando en el Marne, en el Aisne y en Yprés, donde fue gravemente herido. Tras su larga convalecencia fue destinado a servicios de Estado Mayor desde donde participó en la batalla del Somme.

En 1937, dos años antes de comenzar una nueva guerra mundial fue ascendido a general. Al iniciarse la guerra estaba al mando de la 3ª división de infantería que rápidamente pasó a Francia y sufriría el cerco y retirada de Dunkerque. Ya en el Reino Unido se hizo cargo del 5º Cuerpo de Ejército, una de las unidades preparadas para rechazar el esperado y temido desembarco alemán en las costas británicas.

Una vez conjurada esa amenaza y con las reservas militares preparadas, Churchill decidió que era el momento de atacar y contó con Monty. El 10 de agosto de 1942 se le otorgó el mando del 8º Ejercito que luchaba en el norte de África, las llamadas “ratas del desierto”. Su misión, expulsar a Rommel del desierto. Y lo consiguió. Entre el 23 de octubre y el 4 de noviembre de 1942 Monty se convirtió en el general británico más prestigioso.

Es cierto que se encontró con unas condiciones muy favorables, con más efectivo que el enemigo, algunas de sus tropas más frescas y con gran superioridad artillera. Sin embargo, los alemanes estaban faltos de suministros y su general en jefe están convaleciente en Alemania. Pero tampoco se le pueden quitar méritos a este aplicado militar de estado mayor que supo hacer lo que mejor sabia, organizar y planificar la batalla, sin brillantez estratégica pero con contundencia, supo aprovechar las circunstancias.

Participó en el desembarco en Sicilia y en el paso a la península itálica pero antes de que se tomara Montecassino fue llamado a Londres para formar parte del equipo que organizaría los desembarcos de Normandía. Por la victoria en África y en las costas normandas Montgomery recibió el nombramiento de mariscal del 31 de agosto de 1944.

En Italia comenzaría su legendario pique con el general estadounidense Patton. Dos caracteres opuestos.

En septiembre comandó la Operación Market Garden, fulgurante avance cruzando Holanda en una operación combinada de blindados y paracaidistas cuyo objetivo era Arnhem y su puente. Pero los blindados no llegaron a la ciudad a socorrer a los paracaidistas que allí luchaban intentando controlar el ultimo puente. Como dijo un oficial estadounidense, era “un puente demasiado lejano”. Esta victoria alemana les dio alas para preparar la ofensiva de las Ardenas en diciembre. Pero todavía tuvo otro momento de gloria al montar uno de los ataques más espectaculares del final de la guerra: el paso del Rhin, el 24 de marzo de 1945, de medio millón de hombres que actuaron al milímetro y al segundo, desbordando las defensas alemanas.

Su imagen ha quedado ligada por siempre el Alemain y el desierto líbico y a su victoria sobre Rommel, porque a pesar de haber sido el militar británico más famoso de la II Guerra Mundial, la mayoría de historiadores hablan de él como de un militar poco brillante y que solo cosechó esa clara victoria, debiendo su fama a más factores políticos que militares.

4. DOUGLAS MACARTHUR

El 2 de septiembre de 1945 Douglas MacArthur vivió el momento de mayor gloria alejado

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de los campos de batalla. La firma de la capitulación japonesa celebrada en la cubierta del acorazado Missouri, anclado en la bahía de Tokio. Ofició la ceremonia bajo la sombra espectacular de seis cañones de 406 mm y tras él, formaban los representantes militares de los vencedores. Enfrente, la mesa donde se encontraban los documentos de la firma de la capitulación y al otro lado la representación japonesa. Al emperador se le había exonerado de pasar aquella humillación. Seguro que por la cabeza de nuestro protagonista se le pasó por la cabeza su famosa frase ¡Volveré! que pronunció cuando tuvo que salir precipitadamente de Filipinas ante el arrollador avance nipón al inicio de la contienda.

También estuvo en Europa en la Gran Guerra, fue el más joven director de West Pont (1919) y el más joven general de división y del Estado Mayor del ejército de Tierra en 1930. Parecía que su carrera no tenía techo.

En el inicio de la guerra MacArthur se encontraba en Filipinas, desde 1935, supervisando la formación del ejército filipino. La situación en el Pacífico se iba enrareciendo y la sombra de la guerra se hizo cada vez más presente. El 26 de julio de 1941 Roosevelt, con quien tenía una relación tormentosa, por decirlo de alguna manera, le ascendió a teniente coronel y le nombró jefe de las fuerzas armadas estadounidenses en aquel escenario.

Si bien la ofensiva japonesa le pilló a contrapié, pensaba que Japón no podría atacar Filipinas, rápidamente retomó el control demostrando que era un general de recursos tácticos, con ideas y dotado de un valor temerario. Pero a pesar de sus esfuerzos, Filipinas estaba sentenciada y Roosevelt no quería perder a uno de sus mejores generales, así que le ordenó, el 22 de febrero de 1942, retirarse a Mindanao, organizar la defensa de la isla y establecerse en Australia. Pero MacArthur, haciendo cosas de MacArthur, desobedeció las órdenes. El 10 de marzo volvió a recibir la orden mucho más tajante, debía dirigirse inmediatamente a Melbourne y ahí fue cuando dijo la famosa frase.

En 1942 la guerra empezó a tomar otro color, la batalla del Mar del Coral y Midway en el mar, y Guadalcanal en tierra, marcaron el punto de inflexión.

La contraofensiva estadounidense trató de equilibrar los puntos de vista del ejército y de la armada estableciendo dos mandos distintos y dos campos de actuación diferentes. Nuestro protagonista quedó “relegado”, según él, al frente del Pacífico Suroeste mientras el almirante Nimitz se encargaba del Pacífico Central.

Al final, en el verano de 1944, MacArthur, con menor coste humano y medios, había logrado tanto o más que Nimitz.

El 20 de octubre, embarcó en una de las lanchas de desembarco, desembarcando con el agua hasta las rodillas y alcanzando una playa de la isla de Leyte “Aquí estoy de nuevo”. Al final de la primavera de 1945 las tropas aliadas habían liberado el archipiélago. Después llegaron las victorias estadounidenses de Iwo Jima y Okinawa, en el lado de Nimitz. 

Las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki certificaron el final de la guerra en el Pacífico.

Volvemos a aquel 2 de septiembre en la cubierta del Missouri, MacArthur presidiendo la ceremonia y Nimitz firmando en representación de los Estados Unidos.

5. ISOROKU YAMAMOTO

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Yamamoto había participado en la guerra rusojaponesa de principios del siglo XX. Siendo oficial de marina viajó a Estados Unidos como agregado naval de su embajada en Washington. Se llegó a matricular en Harvard y alcanzó un avanzado conocimiento, no solo del idioma, sino de la realidad política, social y económica del país. Se confió pensando que la ciudadanía vivía anclada en su aislacionismo y no querrían verse en ninguna guerra que no afectase a su continente.

En 1927 volvió a su tierra y le dieron el mando de uno de los primeros portaaviones de la armada, el Akagi. En 1940 fue nombrado comandante de la 1ª flota y en verano de 1941 jefe de la flota combinada.

Era un convencido de que las batallas navales venideras nada tendrían que ver con las de la Gran Guerra, y apostó por la combinación de la armada y la aviación. Pieza clave, los portaaviones. Fue pionero en esta idea, lejano a la de sus propios compañeros, incluso del enemigo, que seguían confiando en los grandes cruceros y acorazados.

Compartía las teorías expansionistas de su gobierno, pero era muy cauteloso respecto al papel que podría jugar EE. UU. Si hubiera que atacar, era partidario de un golpe definitivo, por sorpresa, que destruyera su armada y les forzase a claudicar, dejando a Japón vía libre para la expansión. La posible guerra con EE. UU, según su teoría, no debería llegar a un año, antes de que su maquinaria industrial se pusiera en marcha y se produjera la temida recuperación. Si esto sucedía, no confiaba en la victoria de su país.

De esta forma fue quien diseñó el ataque a Pearl Harbor. No contaba con la aprobación general y durante 1941 se encargó de conseguir apoyos. Pero el estado mayor de la marina se seguía oponiendo, al final en noviembre conseguía la luz verde para el ataque. 

Yamamoto no dirigió personalmente el ataque, fue el almirante Nagumo quien lo hizo, un conservador que no creía en la potencialidad de los portaaviones y que rehusó a efectuar una tercera oleada para buscar esos portaviones enemigos que no estaban en la bahía atracados. 

Por otro lado, Yamamoto se equivocó en su valoración sobre la posible reacción de la ciudadanía estadounidense en un ataque ya que esta reaccionó con rabia, apoyando la propuesta de entrar en guerra, no en firmar una paz. Tras valorar el resultado del ataque a Pearl Harbor, la no destrucción de los portaaviones y la reacción general en EE. UU. dijo: «me temo que hemos despertado a un gigante dormido».

Pensó que todavía tenía otra oportunidad, Midway, que también le salió mal. Se dirigían a ese escenario que Yamamoto había vaticinado como fatal, a una guerra larga.

Él no lo vio, porque el 18 de abril de 1943, tras interceptar los estadounidenses un mensaje en el que se hablaba de su visita a una hora concreta a las islas Salomón, varias escuadrillas de cazas abatieron su avión y los cazas de escolta. Era el alma mater de la marina imperial y su fin, pensaba Roosevelt, aceleraría el final de la guerra, pero no fue así.

6. GEORGE PATTON

Patton fue otro de los generales estadounidenses más impulsivos, al estilo MacArthur. Por él

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la guerra no habría terminado con la toma de Berlín y la derrota alemana, sino que quería continuar para expulsar a los soviéticos de los países europeos y llevarlos hasta sus fronteras anteriores a la guerra.

Fanfarrón y sin límite en su verborrea siempre le llevaron a meterse en buenos charcos. Decía lo que pensaba, alejando de toda habilidad diplomática, políticamente incorrecto la mayor de las veces.

Participó en la Gran Guerra lo que definiría su futuro. Al mando de la primera unidad de blindados del ejército estadounidense, rápidamente vio sus grandes posibilidades convirtiéndose en un fervoroso defensor de su utilización. Acabó la contienda convaleciente de sus heridas en combate, con diversas condecoraciones y ascendido al grado de coronel.

En el periodo de entreguerras siguió estudiando y proponiendo nuevas mejoras en la técnica, blindaje, comunicación y en formas de uso de los blindados en el campo de batalla. Aunque tuvo que luchar contra la clase política que no estaba convencida de la utilidad de estos vehículos.

Pero el inicio de la II Guerra Mundial y el arrollador avance de las unidades blindadas alemanas con su blitzkrieg, despejaron todas las dudas. Se creó una brigada blindada, que poco después sería elevada al grado de división y Patton nombrado su general.

En 1942 llegaría su oportunidad en el norte de África al mando de sus blindados en la Operación Torch. Su bautismo de fuego en la guerra fue plácido hasta encontrarse con el Afrika Korps de Rommel, cayendo derrotado en Kasserine.

Tras derrotar a Rommel en el desierto el siguiente paso es Sicilia, ya siendo teniente general y al mando del 2º Cuerpo de ejército, dando continuidad a su vida paralela con Monty y su rivalidad.

Ante las victorias surgió el principal defecto de Patton: sus encendidos e irreflexivos discursos, así como alguna acción totalmente reprochable, como cuando abofeteó a dos soldados en un hospital de campaña acusándoles de cobardes y de no estar heridos, cuando no era así. Esto pudo acabar con su carrera, pero interfirieron en su favor el propio Eisenhower y Bradley.

En los preparativos de Overlord se le dio el mando de la Operación Fortaleza, un ejército de cartón piedra para confundir a los alemanes del posible lugar de desembarco, cerca de las costas de Calais. Un mes después de desembarco se trasladó a Francia y puso en práctica lo aprendido y entrenado, convirtiéndose en un alumno aventajado de la guerra relámpago “inventada” por los alemanes al inicio de la guerra. En 15 días había avanzado 900 kilómetros a través de Francia, embolsando a miles de enemigos. Solo la falta de combustible para sus carros le impidió alcanzar Alemania ese mismo 1944. Eso y la Operación Market Garden que requirió todos los recursos en favor de Monty. Por todo ello se paró en Metz.

Volvió ser protagonista en Las Ardenas y en febrero de 1945 continuó su carrera hacia el sur de Alemania. Si no le paran hubiera llegado a Praga antes que los soviéticos.

Falleció en un accidente de tráfico en Heidelberg en diciembre de 1945.

7. GUEORGUI ZHÚKOV

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Fue el general más famoso de la URSS y el que se llevó la gloria por la toma de Berlín en mayo de 1945. Para muchos historiadores fue el mejor general que tuvo el Ejército Rojo.

Participó en la Gran Guerra y se sumó a las filas de la revolución bolchevique cuando estalló en su país.

En la década de los 30 se convirtió, como Patton y Guderian, en un fervoroso defensor de los blindados de los que se convirtió en un experto. Consiguió esquivar las purgas de Stalin y al final fue ascendido a general y jefe del estado mayor por el propio Stalin.

Era consciente de la debilidad del ejército soviético, especialmente en oficiales por las famosas purgas y estaba convencido del ataque alemán, pero nadie le hizo caso. El ataque se produjo y pilló a todo el mundo con el pie cambiado. Propuso replegarse y renunciar a Ucrania, cuestión que provocó la ira de Stalin que le traslada a la defensa de Leningrado. Los 500.000 soldados soviéticos caídos en las llanuras ucranianas sin haber podido detener el avance de la Werhmacht le acabó dando la razón.

Ante la amenaza que se cernía sobre Moscú, Stalin volvió a reclamarle. En un alarde estratégico y táctico consiguió trasladar a cientos de miles de soldados desde Siberia a la capital mientras puso a trabajar a toda la población en la construcción de defensas que protegerían la ciudad. La llegada del invierno, el agotamiento del ejército alemán y sus planes de defensa permitieron que la ciudad no cayese en manos del enemigo.

Al año siguiente fue uno de los comandantes en jefe que planificaron la gran contraofensiva que siguió a la batalla de Stalingrado. También en 1943 consiguió romper el cerco que asfixiaba Leningrado. Mas protagonismo lo tuvo en la batalla de carros blindados de Kursk.

Desde ese momento montó la arrolladora ofensiva que llevó a su ejército a las puertas de Berlín. Acabaría entrando en la ciudad el 30 de abril y recibiendo la rendición el 2 de mayo de 1945.

No solo fue el general más audaz del Ejército Rojo si no uno de los pocos que planteó sus diferencias directas con Stalin. En las ceremonias de la victoria fue Zhukov quien mereció los máximos honores y homenajes lo que irritó a Stalin que se sentía amenazado en su posición de poder. Tras la guerra fue apartado de las esferas de poder y enviado a destinos alejados, continuamente vigilado por Stalin. Kruschev le nombraría ministro de defensa reconociendo, por fin, sus méritos, pero su carácter le llevó también a enfrentamientos con el nuevo líder de la URSS. En 1965, con el motivo del vigésimo aniversario de la victoria, acabaría siendo rehabilitado. Falleció en junio de 1974.

Siempre le acompañaría la leyenda de utilizar más efectivos que el enemigo sin importarle el número de bajas.

8. HEINZ GUDERIAN

Conocido mundialmente como el padre de la guerra relámpago (Blitzkrieg) y el primero en

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ponerla en práctica arrollando a cualquier ejército que se pusiera por delante en los primeros meses de la guerra.

Su paso por la Gran Guerra fue intrascendente. Años más tarde, encontró en Hitler un aliado y defensor de sus conceptos sobre el empleo de los carros blindados en combate. En 1935 se convirtió en comandante de la recién creada 2ª División Panzer, que organizó y entrenó de acuerdo con sus teorías.

En 1936 publicó su obra Achtung Panzer, donde describe de forma pormenorizada y defiende el empleo conjunto de carros, artillería y aviación de forma simultánea. Concebía la división acorazada como un ente independiente de la infantería, dotado de una extraordinaria movilidad para penetrar en el sistema defensivo del enemigo, sembrando de caos su retaguardia para que el terreno fuera consolidado por la infantería que llegaría detrás.

En 1938 fue el comandante del Arme Korp (cuerpo de ejército) que ocupó Austria. Poco después participó en la ocupación de los Sudetes y en septiembre de 1939 participó en la campaña de invasión de Polonia, iniciando la II Guerra Mundial, como jefe del XIX Arme Korp, dando a conocer al mundo su devastadora blitzkrieg.

En Francia, desobedeciendo las ordenes de sus superiores, hizo avanzar a sus unidades poniendo a prueba la resistencia de sus hombres y máquinas, hundiendo el frente y logrando una autentica ruptura de las líneas aliadas. Cortó las comunicaciones, sembró el caos en la retaguardia, capturando miles de prisioneros y haciendo imposible el intento de taponar las brechas abiertas.

Intervino en la campaña de invasión de la URSS y en 1943, tras el desastre de Stalingrado, fue nombrado general inspector de las fuerzas acorazadas, para reorganizar el arma acorazada y adaptar la fabricación a las necesidades del frente.

Acabará siendo capturado por el ejército estadounidense pero no fue encausado en Nuremberg. Seria liberado en 1948 y publicó varias obras sobre la guerra y el arma acorazada. Fallecería el 14 de mayo de 1954.

Amado y respetado por sus soldados no lo fue tanto por sus superiores que tuvieron que soportar su carácter enérgico y violento. Fue de los pocos que discutía con Hitler.

9. KONSTANTIN ROKOSOVSKY

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General de origen polaco fue  el impulsor de una estrategia audaz e innovadora que le llevó a enfrentarse con sus superiores en más de una ocasión. Su experiencia militar comenzó en la Gran Guerra, para continuar en el Ejército Rojo en la revolución.

Como Zhukov estaba convencido del enorme potencial de las fuerzas blindadas, pero a diferencia de este, en 1937, fue afectado por la gran purga de Stalin acusado de contactos con servicios de inteligencia extranjeros y enviado a un campo de trabajo. En 1940 fue rehabilitado, aunque destinado a un puesto secundario como gobernador militar de Kiev.

Destacó en la defensa de Moscú, así como comandando el ejército del Don, encabezando el ala derecha de las fuerzas soviéticas en la batalla de Stalingrado.

Sus enfrentamientos con Stalin eran habituales para defender sus doctrinas militares, con el riesgo que ello conllevaba, pero los éxitos le dieron la razón y acabaría ascendido a mariscal. De origen polaco no le fue permitido acudir a Varsovia en ayuda de una revuelta contra el ejército alemán, decisión de Stalin por ser provocada por la resistencia desde el gobierno polaco en Londres. Stalin no quería que un polaco participara en la conquista de Berlín y fue destinado a la conquista de la costa báltica, alejándole del gran objetivo.

Tras la guerra fue destinado a Polonia donde ejerció el cargo de ministro de Defensa siguiendo las directrices de Moscú. Pero no era bien recibido en su tierra natal al considerarlo demasiado “ruso”, volvió a Moscú a repetir ministerio de Defensa esta vez con Nikita Kruschev en 1957. Fallecería once años después.

10. ERICH VON MANSTEIN 

Considerado por muchos el mejor mando de la II Guerra Mundial, planificó la invasión de

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Francia, criticando la posible utilización del mismo plan que fracaso en la Gran Guerra el «Plan Schlieffen», y proponiendo ante Hitler su «Plan Golpe de Hoz», no ir directamente a Francia sino hacerlo por la costa, primero Holanda, Bélgica, y Luxemburgo. Y ya conocemos el brillante resultado, Dunkerque y vía libre a París. Por esta estrategia el general Von Manstein fue ascendido a mariscal de campo.

En septiembre de 1939 había penetrado en Polonia de forma espectacular convenciéndose que las teorías de Guderain eran acertadas en los que se refería a la utilización de los carros blindados.

Su siguiente escenario después de Francia fue en la URSS en la «Operación Barbarroja», cruzando su frontera por Bielorrusia y Lituania el 22 de junio de 194, avanzando con sus blindados sin ser detenidos en otra espectacular «Blitzkrieg» hasta asediar Leningrado.

El siguiente objetivo fue conquistar la Península de Crimea, donde se encontró una fiera resistencia del Ejército Rojo. Apoyado en artillería pesada y la aviación consiguió tomar a duras penas Sebastopol el 1 de julio de 1942.

Y si triunfó en Leningrado, en Stalingrado vio la cara de la derrota. Pero a pesar de ello su contraofensiva sirvió para evacuar a las 45 divisiones del Grupo de Ejércitos A que por aquel entonces peleaban en el Cáucaso y pudieron encontrar refugio en Ucrania.

Tras la derrota en Stalingrado en 1943, Junto a Model, recibió el encargo del Führer de la última gran ofensiva alemana en suelo soviético, Kursk u Operación Ciudadela, que no acabó en éxito, aunque provocó más bajas de hombres y de blindados a los soviéticos respecto a las suyas, no fue suficiente.

Mantuvo el tipo como pudo en la URSS y gestionó de forma satisfactoria el repliegue salvando muchas vidas alemanas y rumanas.

Pero sus continuas disputas con Hitler cuestionando la toma de decisiones en las operaciones bélicas le supuso una jubilación anticipada, eso sí, antes de ello, el 30 de marzo de 1944 el Führer le premiase con la condecoración de la Cruz de Caballero con Hojas de Roble y Espadas.

Se retiró a Alemania y a inicios de mayo de 1945 se rindió al Ejército Británico en Heiligenhafen.

Fue juzgado en Nuremberg y condenado a doce años de cárcel, pero solo cumplió tres. No estuvo claro en ningún momento que cometiera ningún crimen de guerra de hecho tanto Conrad Adenauer como Winston Churchill, presionaron a la Corte Penal Internacional para su puesta en libertad. De esta forma tuvo la oportunidad de hablar ante el Parlamento Federal (Bundestag) de la República Federal Alemana para reorganizar de nuevo el Ejército Alemán de postguerra, ahora como miembro de la OTAN.

Falleció el 9 de junio de 1973, a los 85 años, y Alemania le rindió un funeral de Estado.


Fuentes

La II Guerra Mundial como nunca se la habían contado. 8. Eisenhower. La Aventura de la Historia.

Segunda Guerra Mundial 1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia. Volumen 23 el Día D

Eisenhower y el Día D. https://www.archives.gov/espanol/recursos-para-docentes/dia-d

La II Guerra Mundial como nunca se la habían contado. 7. Rommel. La Aventura de la Historia.

Segunda Guerra Mundial 1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia. Volumen 8 Mussolini sueña con un nuevo Imperio (Rommel)

Erwin Rommel: el general a quien Hitler ordenó elegir suicidio o muerte https://www.rtve.es/television/20220927/rommel-general-a-quien-hitler-ordeno-elegir-suicidio-muerte/2403910.shtml

Museo de Rommel en Egipto http://www.elcajondegrisom.com/2012/05/museo-de-rommel-en-egipto.html

La II Guerra Mundial como nunca se la habían contado. 9. Montgomery. La Aventura de la Historia.

Segunda Guerra Mundial 1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia. Volumen 18 Rommel domina el desierto.

El triunfo del general Montgomery https://www.muyinteresante.com/historia/35391.html

La II Guerra Mundial como nunca se la habían contado. 12. MacArthur. La Aventura de la Historia.

Segunda Guerra Mundial 1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia. Volumen 15 Contraofensiva aliada en el Pacífico. (MacArthur)

Douglas MacArthur, el general que cumplió con su palabra en la II Guerra Mundial. https://www.zendalibros.com/douglas-macarthur-el-general-que-cumplio-con-su-palabra-en-la-ii-guerra-mundial/

Segunda Guerra Mundial 1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia. Volumen 14 Midway, la hora de los portaviones. (Yamamoto)

https://www.eurasia1945.com/protagonistas/personajes/isoroku-yamamoto/

Segunda Guerra Mundial 1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia. Volumen 19 Patton llega a Europa.

General Patton: quién era y qué misterio hay detrás de su muerte https://www.rtve.es/television/20230703/general-patton-quien-fue-verdadera-historia-misteriosa-muerte-infidelidad-pelicula/2293262.shtml

Segunda Guerra Mundial 1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia. Volumen 25 Polonia se libera de Alemania (Zhukov)

https://www.eurasia1945.com/protagonistas/personajes/georgi-zhukov/

Segunda Guerra Mundial 1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia. Volumen 6 Diez días que transformaron Europa (Guderian)

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Comentarios

  1. El artículo sobre los generales de la II Guerra Mundial es fascinante y lleno de datos interesantes. Si te apasionan los temas militares, puedes complementar tu estilo con camisetas militares que se adaptan a tu gusto. ¡Perfecto!

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