CURIOSIDADES DE OVERLORD

Curiosidades del Día D

El 6 de junio de 1944 se abrió ese segundo frente en Europa que tanto demandaba Stalin para aliviar la presión que los alemanes ejercían sobre el ejército rojo en terreno ruso. Viajaremos, por tanto, a las famosas playas de Normandía para contar algunas curiosidades tanto de la preparación del desembarco como las que se produjeron esos días ya en suelo francés.

Desde 1942 eran una constante las exigencias soviéticas a sus aliados sobre la apertura de un segundo frente en el oeste de Europa para aliviar la enorme y costosísima carga, en hombres, material, psicológica... que llevaba la URSS en su lucha contra los ejércitos invasores.

En mayo de 1943, en la Conferencia Trident celebrada en Washington, ya se puso encima de la mesa la necesidad de abrir ese segundo frente. Tres meses después, en la Conferencia de Quebec de agosto, se aprobó oficialmente el desembarco en Francia, denominándolo ya como Overlord. Y en la Conferencia de Teherán en noviembre comunicaron el compromiso a Stalin. Y es que 1943, el conocido año de las Conferencias, fue clave en cuanto a este tipo de actividad, reuniones de los grandes lideres aliados para ir coordinando acciones militares.

Se nombró máximo responsable de la operación al general estadounidense Dwight D. Eisenhower y como jefe supremo de las fuerzas terrestres sir Bernard Montgomery

La fecha elegida en ese momento fue la del 1 de mayo de 1944. El lugar, por descarte, clima, orografía, corrientes, comunicaciones interiores y, por supuesto, las defensas alemanas, influyeron en la decisión. Por todo ello las playas de Normandía fueron las elegidas. La meteorología y la complicada preparación hicieron que la fecha se fuese postergando hasta la primera semana de junio. Y todos conocemos sus nombres Omaha y Utah donde desembarcarían los estadounidenses, Gold y Sword, donde desembarcaron británicos y Juno canadienses y británicos. 

Curiosidades Día D


Como apoyo al desarrollo de Overlord se planificó otra operación de carácter naval, de nombre Neptuno, dirigida por el almirante británico Ramsey. Transporte de las tropas, cobertura artillera y construcción de muelles artificiales formaban parte de esta planificación. Y evidentemente la aviación también tendría su papel en la operación.  

El espionaje, la sorpresa y el despiste iban a ser clave en el éxito o en el fracaso de toda la operación. . Un español jugó un papel destacado en este campo del espionaje, Juan Pujol (Rufus y Arabel para el Abwerh, servicio de inteligencia de la armada alemana y Garbo para los británicos del MI5) que se hizo pasar por espía de los nazis suministrando información falsa y alguna veraz de escasa importancia para no levantar sospechas. Consiguió crear la certeza entre los alemanes de que el desembarco se produciría en las costas de Calais, 250 kms. al norte de Normandía. 

Comencemos con las curiosidades.

FORTITUDE

Curiosidades del Día D
Como operación complementaria, de las muchas que se montaron alrededor de Overlord,  no encontramos con la operación Fortaleza (Fortitude). Cerca de Dover se montó un complejo y enorme decorado simulando miles de tanques, camiones, barcazas y todo tipo de material militar incluso un supuesto cuartel general con líneas ferroviarias y carreteras de comunicación. Pero en realidad eran hinchables. Se dejó “caer” esta información a los alemanes por el juego de los espías dobles. Además, se puso al frente de aquel ejercito a Patton que era conocido por sus fanfarronadas, de lengua suelta, para que los alemanes no sospecharan de nada y vieran de los mas lógico cualquier fuga de información.

PLUTO

Otra curiosidad era el aprovisionamiento de combustible, tan necesario para el avance y no

Curiosidades del Día D
sufrir retenciones fue una espectacular obra de ingenio. A lo largo de los primeros días la cantidad de tropas desembarcadas pasarían del millón, con lo que nos podemos imaginar la cantidad de vehículos que también lo harían. Se construyeron 1.600 kms de tubería de oleoductos que atravesaban el mar y decenas de estaciones de bombeo en las costas inglesas que eran camufladas en garajes, granjas e incluso en fábricas de helados. A estos ingenios se les bautizó como Pluto (Pipe Line Under The Ocean).

MUELLES MULBERRY

A parte del desembarco de hombres en las playas se necesitaban puertos para  desembarcar provisiones, carros de combate y material pesado, además de alimentos y municiones y ante la incertidumbre sobre la posibilidad de conquistar algún puerto natural el primer día del desembarco, se diseñaron y construyeron puertos artificiales dotados de instalaciones adecuadas y con capacidad suficiente para soportar el tráfico de la maquinaria de guerra durante la invasión. Se emplean dos sistemas de puertos artificiales. Uno es el denominado Grosella, que consiste en hundir en el lugar elegido, un numero de buques cargados de cemento, dispuestos proa con popa, que sirva de refugio y descarga a los buques pequeños, salvo en caso de fuerte temporal. Otro es el conocido por Mora que, sí es un auténtico puerto, constituido por enormes bloques de hormigón llamados Phénix. Han sido conocidos conocidos como muelles mulberry.

FUNNIES

Un arma que resultó clave en el desembarco fueron los carros de combate preparados, tuneados, para la ocasión, que serían conocidos como los «funnies». Desde tanques flotantes, como los Sherman, impermeabilizados y dotados de dos hélices y de una lona inflable; los Bobbin que en la parte delantera disponía de 34 metros de tela resistente enrollada y de 3 metros de ancho que permitía circular sobre él y no atascarse en la arena de la playa; el Cangrejo con cadenas giratorias delanteras para la destrucción de minas; el Churchill Avre que llevaba un puente incorporado que permitir salvar fosos de hasta 9 metros; el Cubo Basura Volante que iba dotado de un mortero o el Cocodrile con un lanzallamas.

A los estadounidenses nos les debió hacer mucha gracia este tipo de  carros de combate tuneados y no quisieron usar ninguno en sus zonas de desembarco. Una extravagancia británica pensaron. Y bien que se arrepintieron luego.

ROMMEL Y SUS ARTEFACTOS DEFENSIVOS

Rommel era el militar alemán encargado de la defensa de las playas y tenía muy claro, no solo que el desembarco sería allí, sino  que el debía detenerse allí, en las playas. Han pasado a la historia una conversación que tuvo con su ayudante, el capitán Lang un par de meses antes del Día D: «Créame, Lang, las primeras veinticuatro horas de la invasión serán decisivas…De su resultado depende el destino de Alemania…Tanto para los aliados como para nosotros será el día más largo» 

Como la supervisión y preparación de las defensas era su cometido se dispuso a ello de la mejor forma posible. Camufló las baterías artilleras, minó las zonas más expuestas, puso trampas y obstáculos en las playas y reforzó su fuerza artillera. Entre los artilugios ideados para las defensas estaban las llamadas puertas belgas (una especie de tetraedros de madera recubiertos de minas que tenían la misión de abrir el casco de los lanchones de desembarco y matar al mayor número de enemigos), los «espárragos» de Rommel y sembró las playas de minas, así como desplegó kilómetros de alambre de espino. Y multitud de trampas de todo tipo, pero con los escasos medios que contaba las defensas dejaban mucho que desear a sus propios ojos y valoración.

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Sus famosos espárragos eran unos grandes troncos de madera, de unos 4 o 5 metros, dispuestos de forma perpendicular y apuntando al mar, estaban ligeramente elevados sobre una base de madera, eran como unos arietes y en su extremo tenían una pequeña mina para que cuando la embarcación se topara con ella, saltaran todos por los aires. Pero de poco sirvieron con la marea baja.

LLUVIA DE DOCUMENTOS

En esta fase de preparativos se vivieron momentos de crisis y tensión.  A primeros de mayo en el Ministerio de la Guerra con las ventanas abiertas se produce un golpe de viento que hace «llover» sobre la calle cientos de papeles de documentos secretos de la operación. El despliegue humano lanzándose prácticamente escaleras abajo en persecución de esos papeles fue frenético. Tras unos buenos minutos de pánico se consiguen rescatar once copias del informe secreto, pero faltaba la última. Las dudas sobre donde han ido a parar los papeles hacen temer por la evolución de la operación. Dos interminables horas después un viandante entrega la copia. No se sabe quién era esa persona y porque tardó dos horas en devolverlos. Ni tampoco si pudo leer el contenido. Lo único que se sabe es que llevaba gruesas gafas y leía con gran dificultad. Otro extravío sucedió en un tren donde un ferroviario encontró una cartera con los planos de la invasión que rápidamente entregó a las autoridades. 

LOS CRUCIGRAMAS

Otra curiosidad graciosa, aunque no creo que para los autores accidentales del equívoco, fue mediante unos inocentes crucigramas. Leonard Sidney Dawe y Melville Jones llevaban veinte años preparando el crucigrama de la edición matutina del diario londinense Daily Telegraph. Desde el 2 de mayo el servicio de contraespionaje aliado vigilaba a Dawe por sus crucigramas. Ese mismo día en el crucigrama matinal la pregunta de la casilla 17 horizontal era el nombre de unos de los Estados de Norteamérica y la respuesta Utah; los días sucesivos sucedería algo parecido, otra la respuesta era Omaha, había otra con Overlord, otra con Mulberry e incluso una con Neptuno. Todas palabras muy relacionadas con la operación. El M.I 5 casi lo da por un espía, pero debido a la gran autoridad que era entre los aficionados al crucigrama y su, para nada, sospechosa personalidad, el servicio de inteligencia británico tuvo que aceptar la coincidencia como explicación a todo.

TIRAS DE ALUMINIO

El volumen de artimañas de despiste fueron aumentando según se acercaba el Día D. La cuestión era hacer pensar al enemigo que el desembarco se produciría por la zona de Calais, donde, por otro lado, Hitler estaba convencido que iba a ser, a pesar, de las advertencias de Rommel. Los aliados habían descubierto que lanzando tiras de aluminio muy próximas entre sí, pero sin llegar a tocarse, las pantallas de radar enemigo detectaban el paso de una gran formación aérea. Además, se planean varias operaciones de distracción. La Gravable, para confundir a los alemanes con un desembarco al norte de El Havre con pequeñas embarcaciones dotadas de globos a baja altura mientras una flotilla área lanzaba las láminas de aluminio durante un periodo de más de tres horas. El eco que registró el radar alemán fue el correspondiente al paso de una gran escuadra naval. La operación Vislumbre realizó la misma maniobra, pero en el sector de Boulogne. Otra operación fue la Escuadrilla ABC que sobrevoló durante cuatro horas las falsas zonas de desembarco. 

LOS GRILLOS y RUPERTS

Curiosidades del Día D
Overlord comenzó de madrugada con el lanzamiento  de los aerotransportados, los paracaidistas que lanzaron detrás de las líneas alemanas para asegurar carreteras y comunicaciones, principalmente.

Los paracaidistas llevaban para identificarse en la oscuridad una especie de juguetes que simulaban el sonido de un grillo (a un chasquido había que responder con otro doble). Si no lo hacia era un enemigo y ya sabían que tenían que hacer,

También como maniobra de distracción y confusión se puso en marcha la operación Titanic por la que se lanzaron sobre distintas partes de Normandía falsas unidades de paracaidistas que en realidad eran maniquíes, conocidos como Ruperts, que explosionaban al caer a tierra. Lanzados con poca visibilidad para poder ser descubiertos consiguieron el objetivo previsto, tener entretenidos a tropas enemigas lejos de las playas.

EL INCENDIO EN SAINTE-MÈRE-EGLISE

Uno de los objetivos de la 82ª aerotransportada estadounidense era tomar el pueblo de Sainte-Mére-Eglise importante nudo de carreteras y desde allí enlazar con la 101ª. Un incendio a las 23:00 del día 5 en una de sus casas sirvió de referencia a los pilotos, pero también provocó errores y algunos paracaidistas fueron lanzados sobre el mismo pueblo y sobre las llamas. Fue el caso del soldado John Stelee, que recibió un disparo en el pie mientras descendía cuando los cordajes de su paracaídas se engancharon con una esquina del campanario de la iglesia, y quedó colgando sin poder hacer nada para evitarlo. Con el caos que reinaba a sus pies, decidió que la mejor manera para intentar sobrevivir era hacerse el muerto. Hasta ser apresado por los alemanes después de que el soldado Rudolf May que había permanecido en el campanario le descubrió. 

Curiosidades Día D

Hoy en día, si alguien visita Sainte-Mere-Eglise puede ver una replica del paracaidista colgando de la torre de la iglesia.

BILL MILLIN

En la playa de Sword desembarco el 1 Special Service Brigade al mando del mítico lord Lovat, al son de la gaita de Bill Millin, gaitero personal de Lovat, a quien el alto mando permitía ciertas licencias actuando prácticamente por libre, con sus propias normas, métodos e incluso indumentaria, gaitero incluido. Y eso que las ordenanzas del ejercito era muy claras al respecto, peor como le dijo Lovat: «¡Tú y yo somos escoceses y es un decreto inglés, no nos concierne!» 

Así que allí teníamos al bueno de Bill soplando su gaita bajo el fuego armado de los alemanes, quien por cierto, años después reconocieron que fliparon con ello. Conoció a algunos excombatientes en las típicas reuniones años después del fin de la guerra y reconocieron que aún viéndolo con su gaita y teniéndolo a tiro no le dispararon pensando que estaba loco. 

Curiosidades del Día D


EL COMUNICADO EN CASO DE FRACASO

Pues no las debían tener todas consigo cuando el propio Eisenhower preparó un comunicado en caso de fracaso: «Nuestros desembarcos en la región de Cherburgo-El Havre no han logrado conquistar una cabeza puente suficiente y he decidido replegar las tropas (…) El ejército, la aviación y la marina han hecho todo lo que su valentía y su dedicación al deber podían llevar a cabo. Si alguna falta ha sido cometida, sólo yo asumo la responsabilidad».

EL POEMA DEL DÍA D

Desde la BBC se lanzó un aviso a la Resistencia de que el desembarco comenzaba y se hizo mediante este poema de Paul Verlaine:

«Los interminables sollozos

de los violines

del otoño, 

hieren mi corazón, 

con su monótona 

languidez»

Algo de romanticismo antes de desencadenarse un autentico infierno.


Fuentes:

Día D: prolegómenos

Día D: los desembarcos

1939-1945 Segunda Guerra Mundial, las claves de la mayor contienda de la historia, volumen 23 El Día D; biblioteca el Mundo

La Segunda Guerra Mundial; volumen 11 Preparativos en la mar, el desembarco Día D; volumen 12 Inicio de la acción en Normandía, editorial Edilibro 

La Segunda Guerra Mundial, volumen 2, J.F. Aguirre, editorial Argos (1969)

Winston S. Churchill La Segunda Guerra Mundial volumen II

El Día D, la batalla culminante de la Segunda Guerra Mundial, Stephen E. Ambrose

Revista Despertaferro. Nº 33Normandía, el asalto aerotransportado


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