DUNKERQUE 1940
La “Blitzkrieg”
La arrolladora carrera de
los acorazados de Guderian y Rommel sembraban el pánico entre las tropas aliadas que
no encontraban modo de resistirse. Las divisiones Panzer
habían demostrado todo su potencial y desarrollado el concepto de “Blitzkrieg”
a la perfección de la mano de su creador Guderian.
El 20 de mayo los tanques
de Guderian habían llegado al mar en Abbeville y se dirigían a los puertos del
Canal en un intento evidente de cortar el camino a los británicos y franceses.
En Gravelines, a tan solo 16 kms de Dunkerque, los blindados de Guderian
se detuvieron por orden del alto mando.
Error de cálculo o estrategia medida
Todos los historiadores
se han planteado la pregunta del porqué el alto mando alemán ordenó detener elavance cuando estaban tan cerca de conseguir un rotundo objetivo. Dos
han sido las respuestas que tradicionalmente se han manejado en base a
especulaciones, también es cierto. Una, la estrategia de Hitler para facilitar un acuerdo de paz con Reino Unido o, dos, dejar camino libre a Goering
para el lucimiento de su Luftwaffe. Lo que sucedió fue que la aviación
germana tuvo la misión de la destrucción de las fuerzas británicas y francesas
acorraladas en Dunkerque. Y fracasó.
Asumiendo la derrota
El 20 de mayo comenzaron
los preparativos para una posible evacuación de una parte de la BEF
(British Expeditionary Force) en Francia. Y el 26 llegó la orden de poner en
marcha la Operación «Dynamo». Las expectativas eran pesimistas. En los
dos primeros días 25.000 soldados fueron evacuados del puerto, pero día a día
la situación se fue complicando. Calais en manos enemigas obligaba a desviarse
en una ruta alternativa paralela a la costa belga. La Luftwaffe consiguió
inutilizar el puerto de Dunkerque así que la evacuación tuvo que ser
directamente desde las playas.
El encargado de llevarla
a la práctica será el almirante Ramsay. La papeleta es tremenda, muchos
hombres que rescatar, pocos buques de gran calado, la aviación enemiga
barriendo la zona y las tropas a las puertas de la ciudad cerrando el cerco.
Días previos
El día 22 los franceses
lanzaron su último contraataque sobre las pinzas alemanas en el sector de
Cambrai. Antes lo habían intentado los británicos en Arras que supuso la única
acción destacada de las fuerzas acorazadas británicas en Francia en 1940. El 23
los alemanes penetraron en Boulogne.
La evacuación de las tropas aliadas de Dunkerque
evidenciaba el hundimiento del frente francés y su impotencia para oponer
resistencia a la fulminante “Blitzkrieg”. La firma del armisticio se
perfilaba como la única salida para evitar una tragedia aún mayor.
El día 25 el general
británico Gort había tomado la decisión de retirarse a Dunkerque que tardó
24 h en ser admitida y ratificada por el gabinete de guerra. La noche del 26
recibía al orden de comenzar la evacuación de las tropas por mar hacia las
islas ante la imposibilidad de hacer frente al arrollador avance de los
alemanes. Además, la rendición belga supuso un incremento de la presión sobre
los desmoralizados soldados aliados.
W. Churchill: «La
noche del día veintiséis, a una señal del Almirantazgo, se puso en marcha la
operación «Dynamo» y esa misma noche se trasladaron a la isla las primeras
tropas. Después de perder Boulogne y Calais, solo quedaban en nuestro poder los
restos del puerto de Dunkerque y las playas indefensas próximas a la frontera
belga. En ese momento se calculaba que, como máximo, podríamos rescatar
alrededor de cuarenta y cinco mil hombres en dos días».
Los preparativos
«Mientras tanto la
Royal Navy, con la ayuda voluntaria de incontables marinos mercantes, puso
todos los medios en tensión para el reembarque de las fuerzas británicas y
aliadas. Se emplearon en la empresa 220 barcos ligeros de guerra y 650 de otras
clases. Tenían que operar sobre una costa difícil, a menudo con mal tiempo,
bajo una granizada casi incesante de bombas y una concentración creciente de
artillería. No estaban los mares, como he dicho, libres de minas y torpedos».
«…los oficiales del
Almirantazgo registraron los diversos astilleros, desde Teddington hasta
Brightlingsea, con lo que consiguieron más de cuarenta motoras o lanchas en
buen estado que se reunieron en Sheerness al día siguiente. También se
aprovecharon los botes salvavidas de los transatlánticos que había en los
muelles de Londres, los remolcadores del Támesis, los veleros, las
barcas de pesca, las gabarras, las barcazas y las embarcaciones de recreo, en
resumen, todo lo que se pudiera usar en las playas».
«Todos los que tenían una
embarcación del tipo que fuera, a vapor o a vela, pusieron rumbo a Dunkerque.,
de modo que los preparativos, que afortunadamente habían comenzado una semana
antes, contaron con el apoyo de la brillante improvisación de una cantidad
increíble de voluntarios. Los pocos barcos que llegaron el día veintinueve
fueron los precursores de casi cuatrocientas pequeñas naves que, a partir del
día treinta y uno, estuvieron destinadas a desempeñar un papel fundamental
transportando a casi cien mil hombres desde las playas hasta los barcos que
estaban fondeados lejos de la costa».
El objetivo era reclutar
una pequeña flota de embarcaciones privadas para trasladar a la tropa desde la playa
a los barcos. Se conocería como Little Ships. El más pequeño
sería el Tanzine de 4.4 metros de largo.
Rendición de Bélgica……
Las noticias que se iban
produciendo eran pésimas para los intereses aliados. El 28 de mayo
Bélgica en palabras de su soberano se rinde. Cae San Quintín y el 30 termina la
batalla de Abbeville.
…….y arrollador avance alemán
El avance de las tropas
alemanas se puede sintetizar en estas líneas que Rommel escribe a su
esposa «queridísima Lu» fechada el 29 de mayo de 1940: «Probablemente
disfrutaremos ahora de unos días de descanso (acababa de caer Lille). Quizá
Francia abandone su desesperada lucha. De lo contrario, la aplastaremos,
penetrando hasta el último rincón. Me siento perfectamente en todos los
aspectos. Mis mejores deseos para ti en el día de tu cumpleaños».
El reembarque
La retirada comenzó con
un enorme desorden. La confusión en la ciudad y las playas
era grande, la indisciplina creciente y los oficiales no demostraron estar a la
altura. La tercera parte de las tropas embarcaría desde improvisados muelles en
la playa y el grueso lo haría desde el puerto, mientras estuvo en pie. Se
diseñaron tres rutas alternativas para sortear los campos de minas y los
posibles ataques de la Kriegsmarine aunque no tenía medios para oponerse
a la evasión, salvo esporádicas acciones de lanchas rápidas que consiguieron
hundir varias embarcaciones. El peso del ataque quedaba en manos de la Luftwaffe.
La tensión en las playas
iba in crescendo según pasaban las horas. No fueron pocos
los que se vieron obligados a entrar en el mar una y otra vez para alcanzar
alguna embarcación de rescate. La R.A.F no conseguía imponerse a la Luftwaffe
que dominaba con claridad los cielos. Por ese motivo los intentos de
evacuación se restringieron a las horas nocturnas complicando
sobremanera el proceso.
Por otro lado, el malestar
entre franceses y británicos también crecería al tener preferencia los
segundos encargándose los primeros de contener a los alemanes. Aunque Churchill
intentaría rebajarla con estas palabras alabando a las tropas
francesas que cubrieron la retaguardia: «recordemos que, de no ser por el
aguante de la retaguardia en Dunkerque, habría sido muy difícil recuperar un
ejército en Gran Bretaña para la defensa nacional y la victoria definitiva».
El día 30 ya habían sido
evacuados unos 126.000 hombres. En esos momentos se
incrementaron los ataques de la aviación alemana que tuvo que enfrentarse a lo
que quedaba de aviación francesa y a la R.A.F. Las maniobras de evacuación se
dejaron para realizarlas en la oscuridad de la noche para minimizar el desgaste
que estaba provocando la aviación alemana.
El final
La noche del 3 de junio
fue la última de las evacuaciones. Finalmente, el cuatro de junio a las: 14:23,
el Almirantazgo, juntamente con los franceses, anunció la finalización de la operación
«Dynamo» que desembarcó en Inglaterra más de 338.000 soldados británicos y aliados.
La Royal Navy,
“reforzada” por una flotilla de 860 embarcaciones de placer, pesca y gabarras,
transportó a Inglaterra a 200.000 soldados británicos y 140.000 franceses. Los
británicos celebraron la escapada como una victoria y los franceses como una
traición. Mas de 150.000 soldados franceses cayeron prisioneros de los alemanes
en las playas de Dunkerque.
El «milagro» de Dunkerque
tiene muchas lecturas, pero una parte muy importante de su consecución fue
debida a los 100.000 franceses que a las órdenes del almirante Abrial cubrieron
aquella retirada.
Conclusiones
La “Blitzkrieg” no
solo asombró y sorprendió a los aliados que la sufrieron. En su propia
retaguardia crearía cierta reticencia. Todo fue tan rápido en comparación con
lo sucedido en 1914 que creó no pocas desconfianzas en el estado mayor
alemán, Hitler incluido, pensando que podría tratarse de una trampa aliada
para aprovecharse de la euforia alemana y desencadenar un fulminante contraataque
que destruyese sus unidades acorazadas. En cierto modo, no podían creerse la
magnitud de su triunfo, posiblemente por ello dejaron pasar la oportunidad de
destruir al BEF en Dunkerque.
La campaña occidental
estaba decidida, Los franceses no tenían capacidad de reacción ante la
avalancha germana y su moral estaba en su punto mas bajo. La “Blitzkrieg”
había demostrado todo su potencial y proporcionado a sus creadores la victoria
contra la doctrina militar mas conservadora imperante en los estados mayores.
Todo estaba de cara para
Hitler.
Fuentes:
La Segunda Guerra Mundial
en imágenes. David Boyle. Edimat Libros S.A.
La Segunda Guerra Mundial
Willmott, Cross y Messenger. Dorling Kindersley Limited
La Segunda Guerra Mundial, Vol I Argos
La Segunda Guerra Mundial, Vol I Argos
1939-1945 Segunda Guerra
Mundial, las claves de la mayor contienda de la Historia, vol 6, Diez días que
transformaron Europa
Gran crónica de la IIª Guerra
Mundial vol 1. La irrupción blindada, guerra o acuerdo
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