DÍA D: LOS DESEMBARCOS
LOS
AEROTRANSPORTADOS
A las 00:16 h del 6 de
junio llegaron a tierra, a 9.5 kms al sur de la playa de Sword, los primeros elementos de la 6ª División Aerotransportada británica, con el objetivo de asegurar el flanco
este. Aunque antes habían sido lanzados sobre la zona los pathfinders para señalizar y ayudar en los aterrizajes de los planeadores.
Las operaciones
encargadas a las fuerzas británicas se denominaron Tonga (madrugada de día 6) y
Mallard (noche del mismo día 6). Los objetivos eran: tomar los puentes de Ranville y Bénouville; neutralizar la batería de
Merville y destruir cinco puentes sobre el rio Dives.
PUENTE PEGASUS
Los primeros aviones en
el aire fueron seis Halifax cada uno con un planeador Horsa a remolque, con 28
soldados e ingenieros en cada uno de ellos. El objetivo, los puentes de Ranville
y Bénouville, tres planeadores para cada puente. Las acciones con planeadores
eran prácticamente imprevisibles y se demostró esa madrugada con su dispersión
en el aterrizaje creando momentos de confusión. De los tres encargados de
llevar las tropas cerca del puente Pegasus, uno sí lo consiguió a menos de 50
metros del objetivo; el segundo hizo un aterrizaje brusco y perdió la cola y el
tercero aterrizó mucho más lejos. En menos de cinco minutos se tomó el puente y
se desactivaron las cargas de demolición, solo quedaba asegurar la posición y
esperar el desembarco. La noche sería muy larga.
Los paracaidistas
encargados de la operación, al mando del comandante Howard, bautizarían el
puente con el nombre de Pegasus por
el emblema de su unidad, el caballo alado Pegaso.
Al mismo tiempo a 1 km.
hacia el este, dos planeadores aterrizaron junto al otro puente. El tercero se
perdió y acabo a 13 kms del objetivo, El asalto fue relativamente tranquilo
también y se consiguió tomar el puente en pocos minutos.
Inmediatamente después
comenzó el lanzamiento de paracaidistas en la zona y a las 03:35 horas 63 planeadores
Horsa aterrizaron de forma exitosa. Al amanecer comenzaron los contraataques
alemanes.
A las 13:00 llegó el
primer contingente de ayuda desde Sword.
BATERIA DE MERVILLE
BATERIA DE MERVILLE
Otro de los objetivos era
destruir la fortificada batería de Merville, con cuatro cañones de 150 mm que
dominaban la playa Sword y podían
poner en peligro el desembarco allí. Bien pertrechadas contaban con 160
hombres. El apoyo aéreo fue infructuoso y los hombres disponibles para el
asalto eran unos 150 y sin el material previsto. El asalto se realizó al margen
de toda la planificación prevista, por parte de los hombres del teniente coronel Otway, en media hora se consiguió el objetivo, pero con un elevado
coste de vidas. Se calcula que 65 hombres resultaron muertos o heridos y solo 6
de los defensores alemanes salieron ilesos.
A las 21:00 llegó la
segunda misión, la denominada operación Mallard. Más hombres y más material en
un espectáculo de excepción que debió causar mella en la moral alemana.
Cuando terminó el Día D
la división había alcanzado casi todos los objetivos, pero no tomaron Caen.
LA 82ª Y LA 101ª AEROTRANSPORTADAS ESTADOUNIDENSES
LA 82ª Y LA 101ª AEROTRANSPORTADAS ESTADOUNIDENSES
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La 82ª división del
general Ridgway y la 101ª del general Taylor, ambas estadounidenses, sufrieron de primera mano la
dispersión en el aterrizaje de los planeadores. Los errores de balizamiento, el
fuego antiaéreo y extensas zonas que habían sido inundadas hizo muy complejo el
agrupamiento de las tropas estadounidenses. Y si sumamos la dispersión en los
aterrizajes de los planeadores, que alguno cayó a más de 40 kms de su original
zona designada, nos podemos hacer una composición del lugar.
Se encargarían del flanco
derecho, en la península de Contentin. Tenían tres objetivos: tomar los ejes de
comunicación que unían la playa de Utah
con el interior, tomar y defender los cruces de carreteras y las localidades de
la zona y controlar los puentes sobre los ríos Merderet y Douve. Contarían con
el apoyo de planeadores que trasportarían material pesado, medios contracarros,
jeeps, ametralladoras pesadas y material para los ingenieros.
Los paracaidistas de
estas dos divisiones llevaban para identificarse en la oscuridad una especie de
juguetes que simulaban el sonido de un grillo (a un chasquido había que
responder con otro doble) y tan solo la 82ª contaba con santo y seña (a la
pregunta Flash, la respuesta era Thunder).
A las 01:30 comenzó la
operación Albany (101ª División); la Boston (de la 82ª), por su parte,
comenzó a las 02:30 h. La defensa antiaérea fue intensa y el lanzamiento un
poco disperso. Numerosos paracaidistas fueron lanzados a decenas de kms de sus
objetivos, otros cayeron en los pantanos que con la carga de material murieron
ahogados. Se calcula que mas del 75% de los paracaidistas cayeron fuera de las
zonas previstas.
A la par y como maniobra
de distracción y confusión se puso en marcha la operación Titanic por la que se lanzaron sobre distintas partes de Normandía
falsas unidades de paracaidistas que en realidad eran maniquíes, conocidos como
Ruperts, que explosionaban al caer a
tierra. Lanzados con poca visibilidad para poder ser descubiertos consiguieron
el objetivo previsto.
El resultado de la
dispersión de los paracaidistas por la zona fue la total desorganización de las
fuerzas. Se consiguió organizar grupos entremezclados de distintas unidades que
dificultaba su organización y mando. Este desorden tuvo como resultado toda una
serie de combates imprevistos. Poco de lo que se había organizado en Inglaterra
se podía llevar a cabo en Normandía. Y con los planeadores pasó algo muy
parecido.
SAINTE-MÉRE-EGLISE
SAINTE-MÉRE-EGLISE
Uno de los objetivos de
la 82ª era tomar el pueblo de Sainte-Mére-Eglise importante nudo de carreteras
y desde allí enlazar con la 101ª. Un incendio a las 23:00 del día 5 en una de
sus casas sirvió de referencia a los pilotos, pero también provocó errores y
algunos paracaidistas fueron lanzados sobre el mismo pueblo y sobre las llamas.
Fue el caso del soldado John Stelee, que recibió un disparo en el pie mientras
descendía cuando los cordajes de su paracaídas se engancharon con una esquina
del campanario de la iglesia, y quedó colgando sin poder hacer nada para
evitarlo. Con el caos que reinaba a sus pies, decidió que la mejor manera para
intentar sobrevivir era hacerse el muerto. Hasta ser apresado por los alemanes
después de que el soldado Rudolf May que había permanecido en el campanario le
descubrió.
Sainte-Mére-Eglise fue el
primer pueblo liberado por las tropas aerotransportadas. Quedó totalmente bajo
control aliado a las 06:00 h.
Los siguientes objetivos
era la toma de los puentes en Chef-du-Pont y La Fiére. Pero ni esto ni la
destrucción de los puentes sobre el Douve se lograron inicialmente.
La 101ª cayó tan dispersa
como su hermana y de los 6.600 paracaidistas lanzados solo unos 1.100 fueron
operativos el día D. El
número de bajas fue muy elevado, calculándose 2.500 paracaidistas de la 82ª y
101ª, entre muertos, heridos o desaparecidos.
SWORD, GOLD Y JUNO
Eran las playas asignadas a las fuerzas anglo-canadienses. Frente a estas playas los
acorazados Warspite, Ramillies y Nelson,
principalmente, descargaban fuego de artillería a una distancia de cinco o seis
millas.
Pasadas las 06:00 horas
ocho lanchas de desembarco lanzaron un total de 34 carros anfibios Duplex Drive (DD) de los 40 previstos,
desde más de 4 kms de la orilla de Sword.
De ellos solo 31 alcanzaron la orilla y mucho más tarde de lo previsto dadas
las condiciones del mar. La primera oleada de infantería había bajado a las
lanchas de asalto a las 05:30h. y llegarían detrás de los carros. Esta fue la
peculiaridad del desembarco británico en Sword,
el orden de llegada a las playas. Y detrás de la infantería 18 lanchas con
carros M-7 Priest. Una característica diferenciadora fue también la presencia
de los carros conocidos como “funnies”.
La dificultad en algún
sector como Queen fue que la previa
andanada de artillería no había causado el efecto esperado y las defensas
permanecían casi intactas. En esta playa desembarcaría el 1 Bataillon de Fusiliers Marins Commandos al mando del comandante
Kieffer que fueron las primeras unidades francesas en desembarcar. También lo hizo el I Special Service Brigade al mando del mítico lord Lovat, al son de la gaita de Bill Millim, gaitero personal de Lovat, a quien el alto mando permitía ciertas licencias actuando prácticamente por libre, con sus propias normas, métodos e incluso indumentaria.
Un objetivo claro era
Caen que en el primer día de desembarco no se consiguió tomar por la
indecisión, rigidez operativa y pusilanimidad de los mandos británicos. Uno de
los mayores fracasos del día D, ciudad clave para la campaña, que hasta el 20
de julio no es tomada por los aliados.
Los canadienses tenían
asignada la playa de Juno, con
dificultades parecidas a Sword. El
bombardeo previo sobre Saint-Aubin-sur-Mer apenas debilitó las defensas alemanas,
pero causó innumerables bajas entre la población civil.
La hora prevista para el
desembarco eran las 07:35 con marea baja, pero por el oleaje y la falta de
visibilidad se fue retrasando. Cuando por fin se pudo iniciar el desembarco
muchas de las defensas que los alemanes habían instalado en la playa estaban ocultas,
así como las rocas características de esa zona por lo que buena cantidad de
lanchas fueron destruidas la chocar con unas y otras. Los tanques anfibios DD también sufrieron
pérdidas y no por fuego enemigo sino porque el agua logró superar su sistema de
flotación.
A los canadienses
encargados desembarcar en Juno se les ofrecía la posibilidad de larevancha por la derrota en Dieppe. El 19 de agosto de 1942 la 2ª División
canadiense apoyada por comandos británicos y rangers americanos intentaron
asaltar el puerto de Dieppe. Tres cuartas partes del contingente resultaron
muertos, heridos o hechos prisioneros.
El desembarco en Juno tuvo las mismas características que
el de Omaha en cuanto a defensa
alemana y combates cruentos. Si el resultado fue exitoso se debió en gran parte
al apoyo de tanques especiales, que llegaron después de la infantería. No se
alcanzaron las metas previstas en ese primer día, pero la playa fue totalmente
tomada y consolidada y se conectó con Gold,
pero no así con Sword, quedando una
separación alrededor de entre 3 y 6 kilómetros que quedó en manos alemanas.
Gold
ocupaba una extensión de 17 kms. de acantilados y un pequeño puerto de importancia
vital, Port-en-Bessin donde deberían reunirse con las tropas estadounidenses
que había llegado a Omaha.
El
objetivo final del Dia D era la pequeña ciudad de Bayeux.
Los británicos lanzaron
como primera ola de asalto los famosos “funnies” con el objetivo de eliminar
minas, poner puentes provisionales y, en definitiva, allanar el camino para la
llegada de las oleadas de infantería y apoyar el desembarco para que fuese tan
rápido como fuese posible.
Al llegar la tarde los
británicos tenían consolidado un espacio de 10 kms de playa y otros 10 de
profundidad. Se encontraban muy cerca de Bayeux y habían tomado el cruce de
carreteras dirección a Caen.
OMAHA
El Día D varias compañías estadounidenses perdieron un tercio de sus efectivos cruzado la playa hasta la seguridad del
talud que dominaba la misma y que otorgaba cierta ventaja al defensor. Aquí
tuvieron lugar los combates más reñidos de aquel día, donde la defensa alemana
fue más contundente. De tal forma que se planteó la posibilidad de reembarcar a
las tropas e iniciar una retirada dadas las bajas que estaban sufriendo.
El bombardeo previo a la
playa y sus zonas adyacentes estuvo a cargo de los acorazados Texas y Arkansas entre otros, pero fue
un fracaso, cayendo las bombas en zonas muy alejadas de sus objetivos, dejando
las defensas alemanas intactas. Además, el desprecio de los norteamericanos por los “funnies” británicos no ayudó a
evitar el desastre.
Estaba previsto
desembarcar el Día D 34.000 hombres y 3.500 vehículos. A las 06:30 h. llegó la
primera oleada del 116º Regimiento, compuesta por unidades de infantería y
zapadores que sufrió grandes pérdidas. Muchos de ellos cayeron en las propias
lanchas sin llegar a salir bajo el fuego de ametralladoras alemanas. Otros por hundimiento
de las lanchas al tocar las minas defensivas o por el fuerte oleaje y ahogarse
por el peso de sus equipaciones. Sin olvidar aquellos que desembarcaron en
puntos muy lejanos a los previstos.
El desembarco fue complicado
y muy duro, los soldados tuvieron que salvar los últimos metros bajo un intenso
fuego de mortero y ametralladora que incrementaron las bajas. Y una vez en
tierra quedaron clavados durante largas e interminables horas al pie del talud,
imposibilitados para avanzar. La orden de reembarque estuvo muy cerca.
Cuando llegó la segunda
oleada se encontró la playa repleta de cuerpos inertes y a los supervivientes
de la primera parapetados contra el talud. El amontonamiento de tropas se
estaba convirtiendo en un gran problema y fácil blanco para las defensas
alemanas. «Dos clases de hombres quedan en la playa: los muertos y los que van
a morir», palabras del coronel Taylor al llegar con la segunda oleada sobre las
08:15h.
A las 09:00 h., Bradley
consideró seriamente el reembarque de los supervivientes para desplegarlos en Utah y Gold. Las tropas estaban clavadas en el talud y el fantasma de
Dieppe sobrevolaba el escenario. Media hora mas tarde el panorama cambió un
poco y se descartó el reembarque. Las defensas empezaron a desmoronarse. El
fuego naval se hizo más intenso y preciso a partir de las 11:00 h.
Al final del día se había
establecido una débil cabeza de playa, pero a un precio enorme. La cifra
oficial fue de 3.881 bajas.
POINTE
DU HOC
Se trata de un
promontorio situado exactamente entre las dos playas Utah y Omaha. En lo alto
de sus acantilados de 30 metros de altura la inteligencia aliada había situado
una batería alemana de seis cañones de 155 mm que dominaba ambas playas. La batería era una amenaza para ambos sectores de
desembarco y para la flota de invasión aliada.
La estrategia era batir
la zona con fuertes bombardeos navales y aéreos seguido de un asalto de 225 rangers que desembarcarían al pie del
acantilado y tendrían que coronarlo escalando con cuerdas y garfios.
Pero todo fue mal desde
el principio. Debido a un error de navegación el grupo de asalto llegó con un
retraso de 40 minutos. El intenso bombardeo naval había provocado enormes
cráteres y el derrumbamiento de parte del acantilado de más de 30 m de altura.
En cinco minutos los primeros rangers
estaban en la cima, pero no encontraron los cañones, que habían sido
trasladados hacia el interior días antes, debido a los intensos bombardeos que
estaban sufriendo.
Pero debido a la
resistencia alemana, los rangers no
fueron capaces de salir del promontorio hasta dos días después. Sin embargo,
los tres cañones de la batería original que quedaban intactos fueron
encontrados y neutralizados.
En esta playa todo
discurrió de forma muy diferente. En esta ocasión los bombardeos sobre las
defensas alemanas si causaron los efectos pretendidos, por lo que hubo poca
oposición de la playa, el principal problema vino con la limpieza de las minas
existentes. Los responsables de estos fue el acorazado de la US Navy Nevada, el Black Prince de la Royal Navy y el Bayfield también estadounidense.
Aunque el inicio del día
no fue nada esperanzador. El plan consistía en que llegarían a la playa primero
los tanques DD sobre las 06:60 h. A su estela llegarían los primeros infantes
en sus correspondientes lanchas de desembarco. La segunda oleada lo haría cinco
minutos después con ingenieros y equipos navales de demolición y con esta
secuencia de forma sucesiva las siguientes oleadas. Pero nada sucedió según lo
planificado. Algunas embarcaciones se retrasaron y otras se adelantaron y casi
todas ellas llegaron un kilómetro hacia el sur del objetivo previsto. Pero gracias a la
capacidad de reacción de los mandos en la misma playa y a la iniciativa de los
soldados lo que pudo ser un caos y total desastre se convirtió en un exitoso desembarco.
Al final del Día D más de
20.000 soldados habían desembarcado, así como 1.700 vehículos con un número de
bajas reducido. Sorprendente resultó la velocidad en que las tropas alcanzaron
la orilla. Una vez asegurada la playa el siguiente objetivo era enlazar con los
paracaidistas.
Posiblemente las razones
del éxito pudo ser la excesiva confianza de los alemanes en sus artilugios
defensivos, minas, zonas anegadas de agua y fortificaciones estáticas. En vez
de haber situado tropas altamente cualificadas en su defensa.
El único general que el
Día D desembarcó fue Theodore Roosevelt junto a la 4ª División de Infantería en
la Playa de Utah.
En general, puede
concluirse que las operaciones en la península de Contentin tuvieron éxito
debido a la superioridad aliada en hombres y medios. El siguiente objetivo,
Cherburgo, no se alcanzó hasta el 1 de julio.
CONCLUSIONES
Para los alemanes el
objetivo no podía ser otro que el de rechazar a los invasores y devolverlos al
mar el mismo Día D porque de otra forma, como así fue, les iba a resultar
imposible. Y vistas las defensas y la composición de las tropas defensoras
sorprenden la eficacia de su defensa y cómo impidieron el avance previsto para
ese mismo día.
En el sector de Utah, a pesar de contar con un defensa mucho
menor que en otras playas, los desembarcados pudieron contactar con los
paracaidistas casi por casualidad dado el caos reinante.
Estos se habían hecho
fuertes en Saint-Marie-Eglise pero no lograron entrar en Caretan tal y como
estaba previsto. Tampoco se había conseguido el enlace con los rangers que tomaron Point du Hoc ni con Omaha, donde apenas los norteamericanos
ocupaban un 10% el terreno previsto.
Los anglocanadienses que
habían ocupado un 50% de su zona, también estaban lejos de los objetivos previstos. No
habían entrado ni en Bayeux ni en Bocage. Sword
no había enlazado con Juno y Gold y
desde esta playa no había contacto con Omaha.
Lo calculado en cuanto a kms de penetración ese mismo día era, en general, de 8
kms alcanzándose una media de kilómetro y medio.
Esta era la situación con
la que se encontró Rommel cuando se reincorporó al mando del ejército alemán a
las 24:00 h del 6 de junio. Y el 10 de junio redacta un informe de la situación
en el frente donde recoge en primer lugar las intenciones de los aliados,
llegar a París, tomando en primera instancia Cherburgo y hacerse con su puerto.
Valora la defensa que se
está haciendo y que el avance es más lento «a pesar de los medios empleados.
También parece ser que emplean más fuerzas de las imaginadas al principio». Quejándose
de su poca cobertura naval y aérea, «en consecuencia, las fuerzas que ocupan la
cabeza de puente están aumentando a ritmo superior al de nuestras reservas que
afluyen al frente». Y que gracias a la superioridad aérea del enemigo les ha
resultado imposible movilizar determinadas unidades como al I Cuerpo de Panzer
SS.
«Las tropas –Ejercito y
Waffen SS- sostienen una defensa heroica, dentro de los medios de que disponen,
pero escasea la munición, y sólo puede ser trasladadas al frente bajo
condiciones muy difíciles».
Y termina: «Los elementos
de todos los servicios se portan de manera admirable, luchando tenaz y
valerosamente a pesar de la superioridad del enemigo. Solicito se informe al
Führer»
Visto con la perspectiva
de los años y la historia, el Día D fue un éxito, se había logrado desembarcar
en los objetivos y consolidados los mismos, garantizando un flujo de llegada de
hombres y material que desequilibraría la guerra. El tan ansiado por los
soviéticos segundo frente se había abierto.
Se había desarbolado a la
Luftwaffe y la armada del III Reich prácticamente no existió. El factor
sorpresa triunfó, los alemanes tenían todo previsto para esperar la invasión en
Calais.
DUDAS
DUDAS
Pero hay una serie de
circunstancias que siempre han llamado la atención de los historiadores, ¿Por
qué tan solo el XV Ejército del coronel general Hans von Salmuth, que cubría la
bahía del Sena y el Paso de Calais, fue puesto en estado de alerta, mientras el
resto de las grandes unidades permaneció en sus faenas rutinarias? Tanto el
coronel general Alfred Jodl, como el mariscal Keitel y, por supuesto, el mismo
Hitler creyeron que se trataba de una finta mas destinada a distraer a las
fuerzas defensivas de Calais, el verdadero escenario de la invasión. Hasta
pasadas cuatro horas no se comunicó a Rommel la noticia, como tampoco al
contraalmirante Hennecke, quien hubiera podido emplear las baterías de costa y la
escasa fuerza naval disponible.
Y qué decir de las
divisiones blindadas que brillaron por su ausencia los dos primeros días de la invasión,
a pesar de la insistencia de von Rundstedt de solicitar la autorización de
Hitler, único autorizado para ordenar el movimiento de los Panzer SS pero al
que no quisieron, o atrevieron, molestar en su sueño. La Panzer Lehr, acosada
por los aliados, no entrará en combate hasta del día 8 y la 12ª un día antes.
La única unidad acorazada que no estaba sometida a las órdenes del OKW era la 21ª
Panzer que fue la única que pudo intervenir desde el mismo día 6 pero no era
totalmente operativa.
«Es extraño que los
alemanes, que entonces se encontraban a la defensiva, cometieran el mismo error
que cometieron los franceses en 1940 y dispersaran el arma de contrataque más
poderosa que tenían» Churchill refiriéndose a las 10 divisiones Panzer que los
alemanes tenían esparcidas desde Bélgica a Burdeos.
O cómo los dragaminas
avanzados llegaron a la vista de la costa, los tripulantes veían las casas de
los poblados, a las 20:00 h del día 5 y no recibieron ni un solo disparo.
¿Podrían haber escapado al vigía? «La razón por la cual los alemanes ignoraron
la proximidad de los dragaminas continúa siendo uno de los grandes puntos de
interrogación planteados por la invasión de Normandía», escribió más tarde el
almirante Ramsey en un informe sobre el desarrollo de las operaciones.
A media noche del día 6
de junio el Muro del Atlántico estaba roto a lo largo de cincuenta kms. Utah continuaba aislada del resto del
frente. Las tropas desembarcadas habían hecho su conexión con las
aerotransportadas de la 101ª pero aún no con los de la 82ª. Sainte-Mére-Église
estaba en manos de los estadounidenses.
En Omaha no se avanzaba según lo previsto y la playa estaban aún bajo
el fuego de algunas baterías. Los rangers
de Pointe du Hoc se hallaban en una posición crítica. Finalmente, no hubo
conexión con Utah.
Gold,
Juno y Sword se
extendían casi sobre la mitad de la cabeza de puente previamente proyectada.
Entre Juno y Sword, soldados alemanes tenían un pasillo de tres kms. Entre Gold y Omaha, la conexión prevista en Port-en-Bessin no se había realizado.
Las fuerzas aerotransportadas de
la 6ª División británica al este del Orne se encontraban amenazadas en el
sector nordeste-sur. Y al Oeste, el puente de Benouville, conquistado en la
noche precedente, estaba todavía bajo el fuego de los morteros y de las armas
automáticas.
Las bajas aliadas en el
Día D fueron muy elevadas. 57 unidades navales, de tipo crucero o menor, habían
resultado hundidas o dañadas. Entre los buques mercantes y auxiliares se
contaron 26 hundidos y 34 dañados. 304 lanchas quedaron fuera de combate, el
50% por los obstáculos en las playas y las minas.
Las dos divisiones
norteamericanas aerotransportadas habían quedado virtualmente fuera de combate,
así como las dos que desembarcaron en Omaha.
La parte británica también sumó cuantiosas bajas. Aunque las cifras siempre son
discutidas y dependen de la fuente, se calcula que las bajas aliadas al final
de Día D superaron las 11.000 por unas 10.000 alemanas, pero en porcentaje es
mucho más alto del lado de los soldados del III Reich. Solo en Omaha se
calculan casi 4.000 bajas.
En
1964 en una entrevista que le hicieron a Eisenhower en la playa de Omaha
recordó: «resulta maravilloso recordar lo que hicieron esos tipos veinte años
atrás. Combatieron y se sacrificaron para preservar nuestro sistema de vida. No
lo hicieron pro el ansia de conquistar ningún territorio, ni mucho menos por
perseguir alguna ambición propia, sino para asegurarse de que Hitler no acabara
con la libertad en el mundo»
El desembarco de Normandía, los prolegómenos en Historia Sin Pretensiones
Fuentes:
1939-1945 Segunda Guerra
Mundial, las claves de la mayor contienda de la historia, volumen 23 El Día D;
biblioteca el Mundo
La Segunda Guerra
Mundial; volumen 11 Preparativos en la mar, el desembarco día a d; volumen 12
Inicio de la acción en Normandía, editorial Edilibro
La Segunda Guerra Mundial,
volumen 2, J.F. Aguirre, editorial Argos (1969)
Winston S. Churchill La
Segunda Guerra Mundial volumen II
El Día D, la batalla
culminante de la Segunda Guerra Mundial, Stephen E. Ambrose
Revista Despertaferro. Nº
33Normandía, el asalto aerotransportado
Las fotos de los dos post
(Desembarco en Normandía I y II proceden de nationalgeographic.com) y otras propias (2019)
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/desembarco-normandia-imagenes_12771/23https://www.dday-overlord.com/
Prensa extranjera Día D: http://www.radiocable.com/portadas-extranjeras-dia-d1944.html
Según otros historiadores, otro de los motivos por los que el desembarco de UTAH fue un éxito a diferencia de lo ocurrido en OMAHA, fue debido al existo de los bombarderos en UTAH. Aquel día había mucha nubosidad baja y para poder acertar con las bombas, los bombarderos de UTAH arriesgaron volando a baja altura por debajo de las nubes. Esto implicaba, además de que eran más fácil de abatir, la precisión era mucho más complicada, pero lo consiguieron y destrozaron prácticamente todas las defensas alemanas. Esto no lo hicieron los bombarderos de OMAHA que decidieron sobrevolar el objetivo por encima de las nubes, lo que hacía prácticamente invisible las defensas alemanas y fallaron en su misión, quedando todas prácticamente intactas.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, gracias por las puntualizaciones y por leer el blog
ResponderEliminarMe lo guardo para leérmelo con tranquilidad... 😊
ResponderEliminarTuve la suerte de estar ahí en 2011 coincidiendo con el aniversario del desembarco y poder oir la historia del desembarco directamente de sus protagonistas: soldados britànicos que vivieron la experiencia con apenas 18-20 años. Fue uno de los momentos màs emotivos de mi vida...
Quería volver el año pasado, pero la pandemia me lo impidió. Se sabe si quedan supervivientes todavía? 🤔