LA BATALLA DE MONTE CASSINO
La conocida como batalla
de Monte Cassino fue en realidad un conjunto de cuatro, complementada con el
desembarco de Anzio, en la pugna aliada por abrirse paso hacia Roma desde el sur
de Italia. El coste humano fue elevadísimo y se discute aún si fue la mejor
opción o hubo otras como simplemente rodear la montaña. Desde el 17 de enero de
1944 hasta el día 18 de mayo los alemanes defendieron con uñas y dientes la
posición hasta que las fuerzas polacas consiguieron izar su bandera entre las
ruinas de la abadía.
ANTECEDENTES
¿En qué situación se
encontraba Italia por aquellas fechas?. En verano de 1943 los aliados habían
ejecutado la operación «Husky» con la invasión de Sicilia y comenzando
la campaña italiana. En septiembre la operación «Avalanche»
significaba el salto a la península itálica, en torno a Salerno, mientras que
otras dos operaciones de apoyo se desarrollaron en Calabria (operación «Bayton»)
y Tarento (operación «Slapstick»).
Una vez ocupado el sur de
Italia el objetivo no podía ser otro que Roma. Pero el país vivía una difícil
situación.
Recordemos las palabras
de W. Churchill: «Es inevitable lanzar una mirada retrospectiva para comprender
el ambiente que reinaba Italia. Después de la rendición, que tuvo lugar en
septiembre de 1943, a falta de otras alternativas la organización de la
resistencia a los alemanes cayó en manos de un comité de liberación clandestino
en Roma y se conectó con la creciente actividad de las bandas de partisanos que
entonces comenzaron a desplegar sus actividades por toda la península».
Mussolini había sido apresado y confinado en los montes Abruzzos, en el centro de Italia. Siendo
liberado el 12 de septiembre (operación «Roble») por un comando de
paracaidistas alemanes (fallschirmajager) al mando del coronel Otto
Skorzeny.
Churchill:
«La propia Italia estaba sumida en los horrores de la guerra civil»
CONTENDIENTES
El mariscal de campo
Albert Kesserling era el máximo responsable alemán de la línea Gustav, un cordón
defensivo en la provincia napolitana. Y el teniente general Fridolin von Senger
con el 14º Cuerpo el encargado de defender Cassino.
Por parte aliada el general Harold Alexander contaba con el 5º Ejército estadounidense del general Clark y el 8º Ejército
británico al mando del general Leese, más el 6º Cuerpo que desembarcaría en las
playas de Anzio, con el general J.P. Lucas a la cabeza. El ejército aliado era
una mezcolanza internacional compuesta por tropas estadounidenses, británicas,
norteafricanas, neozelandesas, indias, polacas, canadienses, sudafricanas, nisei
japoneses, italianos y brasileños. Problema, la coordinación.
PREPARATIVOS
En estas condiciones se decidió
que entre el 15 y el 20 de enero el 5º Ejército atacara a todo lo largo de su
frente, enfocando el principal ataque sobre el valle del Liri y que el 6º
Cuerpo estadounidense desembarcara en Anzio entre el 20 y el 31 de ese mismo
mes, en lo que se conocería como operación «Shingle».
El 5º Ejercito estaba
comandado, como hemos comentado, por el ambicioso general Clark. El general francés Juin, muy crítico
con el asalto a Monte Cassino, y su cuerpo expedicionario francés (CEF)
se situaría en el ala derecha del 5º Ejército. El CEF se encontraba compuesto
por fuerzas norte africanas. A su izquierda, en el sector de Cassino, el 2º
Cuerpo estadounidense. En el otro lado, en el ala izquierda el 10º Cuerpo
británico de cara al río Garellano.
Clark era muy optimista
en los preparativos y estaba convencido de que la tarea iba a ser sencilla al
suponer que los alemanes estaban agotados y faltos de moral, por la defección
de los italianos que los habían dejado solos ante el abismo, aunque tampoco se
fiaban mucho de ellos.
Pero el mariscal de campo
A. Kesserling, había planificado meticulosamente la defensa y contaba con hombres veteranos y con experiencia en combate. Confiaba, y no le defraudaron, en sus «grünen
teufel», los diablos verdes de Monte Cassino, y en el resto de las tropas que
defendieron la línea Gustav a muerte.
«Hay que defender la
línea Gustav a cualquier precio en aras de las consecuencias políticas que
tendría una defensa completamente eficaz» A. Hitler.
El 2º Cuerpo
estadounidense tenía la misión de atravesar el río Rápido y romper la Línea
Gustav en el valle del Liri. Los flancos, el 10º Cuerpo británico y el CEF de
Juin debían desviar la atención de enemigo.
El 5º Ejercito de Clark
llegó a la línea Gustav el 15 de enero de 1944. El asalto empezó 48 horas después.
PRIMERA BATALLA DE MONTE
CASSINO DEL 17 ENERO AL 11 FEBRERO
El 17 de enero, Clark
avanzó al norte del río Garellano instalando una cabeza de puente y tres días
después se repitió el ataque en el río Rápido. Pero las fuerzas alemanas
resistieron perfectamente dadas sus posiciones aventajadas, ayudados por la
orografía, la climatología y el refuerzo que envía Kesserling con dos
divisiones de Panzergrenaiders.
El día 22 las pérdidas
eran considerables, las posiciones no estaban consolidadas y se decidió ordenar
el repliegue. Ese mismo día a las 5 de la madrugada, el CEF contraatacó por su
ala y el día siguiente Juin detuvo la ofensiva habiendo conquistado las
cimas de Santa Croce, Colle della Rena y Pedicone.
La zona de 15 kilómetros
cuadrados alrededor del monasterio de Monte Cassino se fue convirtiendo en una
pesadilla para los aliados.
A finales de enero, al
igual que había hecho Kesserling, Alexander envió refuerzos. Neozelandeses e
hindúes con sus gurkas nepalíes componían el 2º Cuerpo neozelandés bajo el
mando del general Bernard Freyberg.
EL DESEMBARCO DE ANZIO
La mañana del día 22 de
enero de 1944 las primeras lanchas de asalto llegaban a las playas de Anzio, los
británicos al noreste y los estadounidenses al sureste de Nettuno. Al mando de
toda la operación se encontraba el general John P Lucas. La oposición es inexistente.
Todo parece sencillo y por la tarde el puerto de Anzio es abierto a los navíos
aliados. Esa noche habían desembarcado 36.000 hombres y 3.000 vehículos. La
operación «Shingle» había sido un éxito…en teoría.
Pero los alemanes no
habían dicho su última palabra y ante la pasividad aliada Kesserling prepara el
contragolpe. «El enemigo permanece asombrosamente tranquilo. Se ocupa
aparentemente de formar una cabeza de puente y así fue posible establecer ante
él un nuevo frente», escribiría el mariscal de campo.
La idea original era que
Anzio supusiera una distracción de las defensas de la Línea Gustav y de los
alrededores de Monte Cassino para aprovecharlo y romperla en dirección a Roma.
Ya en esos momentos se
empezó a escuchar la voz del general Juin apostando por olvidarse de
Monte Cassino y bordearlo. «¡Atina! ¡Por Atina es por donde se llegará a Roma!
Pero Clark pensaba de
otra forma. La gran batalla por conquistar Cassino se iniciaba al amanecer del
día 25 de enero. El CEF se dirige a Belvedere y Casale Abate. La primera cayó en
manos aliadas al atardecer del día siguiente y por la noche lo hacía la segunda. Pero
hasta el día 31 no cesaron los ataques y contrataques, consolidando las
posiciones. Parecía un éxito que hizo tambalearse la línea Gustav, pero no tuvo
continuidad.
Los estadounidenses de la
34ª División cruzaron el Rápido el día 25 y el 31 conquistaban Cairo, su primer
objetivo. Ahora quedaba lo más duro, escalar las pendientes abruptas que conducen
a la abadía.
La montaña era
inexpugnable por su escasa accesibilidad con sus caminos retorcidos, sus cuevas
convertidas en emplazamientos de ametralladoras. Los defensores controlaban desde
lo más alto toda la ladera de la montaña y el valle y los aliados ofrecían un
buen blanco desde allí. Contra ese tipo de defensas los ataques aéreos no eran
productivos.
Durante once jornadas la
34ª División avanza lentamente, pero con un coste de vidas muy alto. El 11 de
febrero el general Clark debe reconocer que la operación no ha logrado el éxito
esperado. Se habían quedado a 900 metros de la cima de Monte Cassino. La 1ª
batalla de Monte Cassino había terminado después de casi un mes de batalla. A
un precio terrible en vidas. Habían puesto a prueba la línea alemana que había
resistido.
A principios de febrero 3
divisiones del 8º Ejército británico se aproximaban, cruzando Italia, para dar
comienzo a la 2ª batalla de Monte Cassino.
SEGUNDA BATALLA DE MONTE
CASSINO
DEL 12 FEBRERO AL 19
Por otro lado, el potente
contraataque alemán sobre Anzio hizo peligrar la operación y casi consiguió devolver al mar a los asaltantes. Los aliados tuvieron que atacar Cassino para
que los alemanes retiraran tropas de Anzio. Anzio se había planteado como ayuda
a Cassino pero al final sería Cassino quien salvara a Anzio. Esta vez el frente
principal es el que debe venir en ayuda del frente de distracción.
La operación «Shingle»
había resultado decepcionante. Churchill hizo responsable al general Lucas, a
quien acusó de falta de espíritu combativo. Una vez más las desavenencias entre
el alto mando aliado salían a escena.
La opinión generalizada
en el cuartel general, excepto Juin es que «mientras no se haya conquistado
Monte Cassino, no habremos hecho nada».
Monte Cassino vuelve a
ser la prioridad y un nuevo ataque se preparaba con tropas de la Commonwealth,
neozelandeses e hindúes principalmente, auténticas fuerzas de élite al mando
del general Bernard Freyberg, veterano de la Iª GM.
Los kiwis atacarían la
estación del tren del sur de la ciudad y los blindados rodearían la ciudad. Los
hindúes continuarían la subida desde donde la 34ª División se había detenido. En
caso de éxito de ambos ataques Cassino quedaría aislado.
En este momento se
plantea el bombardeo masivo de la cima. Se presuponía que en el monasterio
benedictino los alemanes lo habían armado para la defensa, cuestión que no era
cierta, aunque sí pudo ser un excelente punto de observación. De lo que no hay
duda es de que el monasterio estaba en plena línea de fuego. Pero tampoco en
esto hubo unanimidad.
No solo se bombardearía
una solitaria abadía en la cima del monte, se atentaba contra la esencia
histórica de la Vieja Europa. San Benito de Hursia en 529 había fundado el
monasterio y allí se retiraron a la soledad Carlomagno, Tomás de Aquino e
Ignacio de Loyola. Cuestión que fue hábilmente aprovechada por la propaganda
nazi de Goebbles.
El 15 de febrero ciento
cuarenta y dos «fortalezas volantes» con 400 toneladas de bombas despegaban del
aeropuerto de Apullia. A las 9:45 horas de la mañana descargaban las primeras bombas.
Pero como dijo Churchill: «el resultado no fue como se esperaba». Paradójicamente
la destrucción del monasterio supuso para los defensores ganar unas posiciones
inexpugnables.
El día anterior se había
producido otro tipo de bombardeo, esta vez con octavillas invitando a los
ocupantes a su abandono.
El bombardeo fue tan
salvaje que los alemanes lo consideraron como el peor infierno vivido. Finalizado
el aparente demoledor bombardeo, comienza el asalto de la infantería encabezada
por la 4ª División hindú. Objetivo, la cota 593 que domina Monte Cassino.
El 17 de febrero un
cortejo casi fúnebre salía de las ruinas de la abadía. Lo encabeza el octogenario
abad obispo de ésta, Don Gregorio Diamare seguido de sus monjes y de
supervivientes refugiados.
Los hindúes estaban a
cuatrocientos metros del objetivo, pero fracasaron en los ataques de los días 17
y 18. Los neozelandeses tuvieron más suerte, franquearon el Rápido y tomaron la
estación de tren de Cassino.
Pero el 18 los alemanes la retomarían. Freyberg
ordenó detener cualquier ataque.
En Anzio el 6º Cuerpo
luchaba por su supervivencia y en el sector de Cassino el panorama no era alentador, el 5º Ejército se hundía. El CEF única unidad que ha alcanzado sus
objetivos, ha perdido 2.500 hombres; el 10º Cuerpo británico, 4.000; el 2º Cuerpo
estadounidense 4.200. Y solo en tres días los hindúes de la 4ª División han
tenido 600 bajas.
TERCERA BATALLA DE MONTE
CASSINO 20 FEBRERO AL 25 DE MARZO OPERACIÓN «DICKENS»
Ante la incapacidad
aliada de romper las defensas alemanas, el general Freyberg decidió bombardear a
la ciudad de Cassino como única solución. El día 15 de marzo, 1.000 toneladas
de bombas caían sobre su objetivo. Pero no solo no abatió las defensas enemigas,
sino que los escombros y las ruinas imposibilitaban el paso de los carros.
El 22 de febrero el
comandante general, H. Alexander comunicó a Clark que los neozelandeses deben
emprender de nuevo y cuanto antes las operaciones contra Cassino, al fin de
abrir el valle del Liri a los 600 carros de combate y 65.000 vehículos que
esperan para lanzarse sobre Roma.
Freyberg organizó el
nuevo ataque, la operación «Dickens» prevista para el 24. Pero el mal tiempo
complicó las operaciones y la lluvia bloqueó a las tropas durante tres semanas.
Este tiempo los alemanes lo emplearon en consolidar sus posiciones. A
diferencia de sus enemigos, estos estaban bien guarecidos de la lluvia y
disponían de alimentos que les llegaban por un túnel. Además, reforzaron sus
fuerzas. Los paracaidistas de la 1ª Fallschirmdivision del general
Heindrich relevaron a la cansada 15ª Panzergrenadierdivision.
Vuelve el
buen tiempo y Freyberg fija el ataque para el día 15 comenzando con el
bombardeo de la pequeña ciudad resultando con éxito salvo excepciones como
impactar sobre el puesto de mando del 8º Ejército británico o causar bajas
entre los propios aliados.
Neozelandeses y gurkas consiguieron entrar en lo que quedaba de ciudad. Pero las defensas
alemanas continuaban invulnerables. Los tanques no consiguieron hacerse un
hueco entra las ruinas.
Los alemanes
resistían en el barrio suroeste de la ciudad y la lucha por los Hoteles
Continental y des Roses es cuerpo a cuerpo. El pueblo de Cassino no estaba
todavía en manos aliadas.
Por otro lado. se
consiguió llegar a 250 metros del monasterio. Freyberg canta victoria antes de
tiempo. Todavía no se habían alcanzado los objetivos. La tercera batalla de
Monte Cassino había sido ganada por Heindrich y sus paracaidistas. El 23 de
marzo Freyberg ordenó un retraso de las posiciones para consolidar lo ganado.
Los hindúes se retiraron con unas 1.000 bajas y los neozelandeses con algo más
de 600. Por el bando alemán unas 500 bajas habían sufrido.
CUARTA BATALLA DE MONTE
CASSINO 26 MARZO AL 18 DE MAYO OPERACION «DIADEMA»
La operación «Diadema»
consistió en intentar introducir en los Apeninos tantas divisiones como fuese
posible aprovechando la divisoria entre las zonas a cargo del 5º Ejército y el
8º británico. Y de esta forma romper definitivamente la línea Gustav y llegar a
Roma.
Kesserling sabía que los
aliados estaban decididos a realizar un nuevo ataque masivo, pero las dudas
eran ¿cómo? ¿cuándo? y ¿dónde? Y se temía un nuevo desembarco a sus espaldas.
Alexander comenzó su ofensiva
el día 11 de mayo, precedido de un considerable ataque artillero. El ataque
pilló desprevenidos, a pesar de todo, a los alemanes, de hecho, von Senger se
encontraba de permiso en Alemania, aunque lo había dejado todo preparado, pero
pensando en un ataque el día 24.
Una baza importante para
tener en cuenta fue que los aliados consiguieron hacer llegar al frente nuevas
unidades sin captar la atención de los alemanes. Así Kesserling pensaba que se
enfrentaba a 6 divisiones siendo 13 la fuerza de ataque de Alexander.
Entre esos refuerzos de
refresco que llegaron se encontraba el 2º Cuerpo polaco del general Wladyslav
Anders que sustituyó a los exhaustos y diezmados neozelandeses e hindúes. Su
objetivo: tomar la abadía.
En el sector del 5º
Ejército los franceses de Juin pudieron avanzar y el 14 estaban en posición de
flanquear Cassino. El 17 Kesserling
ordenó comenzar a retirarse de forma ordenada de la Línea Gustav, su defensa
empezaba a decaer y estos meses de batalla empezaban a hacer mella. Por los
desfiladeros, por los caminos de herradura, en grupos muy diseminados y en el
mayor silencio van abandonando sus posiciones. Durante cuatro meses los
«diablos verdes» habían conseguido detener el avance del ejercito aliado de una
forma heroica.
Con la caída de la colina
de Sant’Angelo el día 17 la derrota alemana estaba sentenciada, cuando dos
batallones de la 5ª división polaca Kresowa conquistaron la colina.
A las 10:00 horas del 18
de mayo de 1944 una patrulla polaca perteneciente a los lanceros de Podolsky,
llegaba a la abadía plantando la bandera polaca. La cuarta batalla de Monte
Cassino había terminado.
Como siempre hablando de
cifras estas varían según las fuentes, pero en general hay coincidencia en
estimar sobre 105.000 las bajas de los aliados y sobre 80.000 las de los
alemanes.
Roma estaba más cerca.
Fuentes
Winston Churchill La
Segunda Guerra Mundial (volumen II), compilación realizada por Denis Kelly de
una serie de libros escritos por Churchill: La tormenta se avecina (1919-1940);
Su hora mejor (1940); La gran alianza (1941); El eje del destino (1942-1943);
El anillo se cierra (1943-1944) y Triunfo y tragedia (1944-1945). Editado por Círculo
de Lectores y cedido por Esfera de los Libros (2001)
La Segunda Guerra Mundial
1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia. Volumen 22 La batalla
de Monte Cassino
La Segunda Guerra
Mundial, volumen II, editorial Argos 1969
Gran Crónica de la Segunda Guerra Mundial,
tomo 9, De Italia a Provenza. EdilibroFotos: wikipendia y web La Vanguardia
Mapa La Segunda Guerra Mundial, volumen II, editorial Argos 1969
Para saber más:
La batalla de Monte Cassino, de Mathew Parker (Inédita editores)
El día de la batalla: La guerra en Sicilia y en Italia, 1943-1944 de Rick Atkinson (Memoria Crítica)
https://www.davidlopezcabia.es/blog/234-anzio-y-montecassino-un-amargo-peaje-en-sangre-en-el-camino-a-roma
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