LA BATALLA DEL MAR DEL CORAL
«La batalla del Mar del
Coral fue una victoria norteamericana, ya que frustró los planes japoneses
contra Australia y contra la flota norteamericana del Pacífico. Tácticamente,
la batalla marca una revolución en la guerra naval. Ambas flotas tenían una
fuerza considerable en buques convencionales, pero éstos nos entraron en
acción. La batalla se libró entre portaaviones. Y las flotas ni siquiera
llegaron a divisarse. Los portaaviones no eran acorazados sino bases móviles de
fuerzas aéreas, y su fuerza era de carácter ofensivo, transportando aviones
torpederos, bombarderos en picado y cazas». Bernard L. Montgomery, Historia del arte de la guerra.
Hacía cinco meses que los
japoneses habían atacado la base naval de Pearl Harbor y habían provocado la
entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Como ya conté en el
post del ataque a dicha base, uno de los errores que cometió la imperial armada
nipona fue no prever la ausencia de los portaaviones norteamericanos allí y, en
consecuencia, a pesar del devastador ataque, dichos portaaviones quedaron
intactos para continuar la guerra, y eso fue decisivo meses después. Pero la
prepotencia nipona no les permitió analizar esta cuestión y su euforia era
absoluta.
En esos primeros meses de
la guerra sus avances habían sido espectaculares, tanto por mar como por tierra
demostrando su valía miliar como su arsenal armamentístico. En Japón nadie
dudaba de la victoria y su expansionismo estaba en auge.
DOOLITTLE
Pero en breve tuvieron
constancia de que la guerra contra los Estados Unidos no iba a ser tan
sencilla. El presidente Roosevelt dio luz verde a una operación comandada por
el coronel James H. Doolittle para bombardear el mismísimo Japón. Así el 18 de
abril de 1942 despegando del portaaviones Hornet,
16 B-25 volaron hacia su objetivo. Lanzaron sus bombas, pero no pudieron
regresar según lo previsto y, por falta de combustible, las tripulaciones se
lanzaron en paracaídas. Ninguno cayó abatido por las defensas niponas, de
hecho, quedó en evidencia las enormes deficiencias del dispositivo defensivo
japonés. Los daños fueron irrelevantes desde el punto de vista físico, pero el
golpe anímico y psicológico fue importante, precisamente lo que se buscaba.
Japón ya no se sentía tan invulnerable.
OPERACIÓN
MO
La reacción nipona no se
hizo esperar y a principios de mayo el almirante Osami Nagano, ordena ocupar
las islas Midway y las Aleutianas, buscando ampliar el cordón defensivo que
protegería Japón. Pero no todos los almirantes compartían esta decisión y
finalmente la orden varió y antes de lanzarse sobre Midway la Teikoku Kaigun, la armada imperial, se
dirigió hacia Nueva Guinea, para tomar Port Moresby, y tener a Australia a tiro.
Era la operación MO, tres portaaviones tomarían parte, el Shoho (en el grupo de cobertura a cargo del contraalmirante Goto),
el Shokaku y el Zuikaku (núcleo del grupo de invasión al mando del contraalmirante
Tadaichi Hara), con su correspondiente escola de cruceros, destructores y
transportes de tropas. La flota del almirante Nimitz salió a su busca con los
dos portaaviones que disponía en ese momento, el Yorktown y el Lexington.
Japón necesitaba dominar ese área para cortar las comunicaciones entre
Australia y Estados Unidos.
Dará comienzo la primera
batalla de portaviones de la historia y en la que ambas flotas no llegaron a
avistarse, siendo los aviones los grandes protagonistas. La interceptación de las
claves niponas y, por consiguiente, el conocer de antemano los movimientos
enemigos, por los servicios de inteligencia norteamericanos propiciaría la primera
derrota japonesa en el Pacífico.
Porque desde finales de
abril los norteamericanos conocían las intenciones niponas por esas
interceptaciones y porque habían detectado la concentración de fuerzas que
estaba llevando a cabo el ejército y armada japonesa.
Después de lo de Doolittle
los portaaviones Hornet y Enterprise estaba de camino a Pearl
Harbor y Nimitz solo disponía del Yorktown
y del Lexington y a su alrededor una
escolta de cruceros y destructores. Con un área tan extensa como es el Mar del Coral
el reconocimiento y búsqueda de la flota rival iba a ser clave en el devenir de
la batalla. Y en este sentido, a priori, la armada imperial nipona tenía cierta
ventaja por sus aeronaves de reconocimiento, pero los norteamericanos disponían
del radar.
TULAGI
Se puede decir que se
inicia la batalla el 3 de mayo cuando los japoneses toman Tulagi, frente a la
costa norte de Guadalcanal, para establecer un fondeadero para sus hidroaviones
de reconocimiento. A los norteamericanos no les quedó más remedio que atacar
ese enclave, aunque la climatología no ayudaba. Porque las condiciones
atmosféricas jugaron un papel muy importante en el desenlace de los
acontecimientos, precisamente por esa labor de reconocimiento y vista de la
flota enemiga tan necesaria en estos casos.
La primera victima nipona
fue el destructor Kikuzuki en el
ataque norteamericano a Tulagi por aviones procedentes del Yorktown el 4 de mayo. En ese ataque consiguieron hundir también
varios dragaminas y patrulleras.
En las primeras horas del
7 de mayo, los japoneses descubren al petrolero Neosho y al destructor Sims,
a los que atacan y hunden, aunque el petrolero todavía aguantó a pesar de los
impactos cuatro días más. A las 11 de la mañana son los norteamericanos quienes
localizan y se enfrentan al portaaviones Shoho,
que se hunde media hora después, siendo el primer portaaviones que pierden los
japoneses después de cinco meses de guerra. Suponiendo un gran inconveniente para la
armada imperial. Se hundió a las 11:35 de ese 7 de mayo tras recibir el impacto
de siete torpedos y no menos de once bombas. Mas de 600 hombres perdieron los
japoneses, entre ellos pilotos muy cualificados y experimentados, sin embargo,
los norteamericanos solo perdieron tres aviones. El hundimiento del Neosho y el Sims fue un error japonés por la magnitud del ataque para tan poca recompensa
ya que no eran piezas fundamentales en la escuadra enemiga y lo que estaba
buscando eran los portaaviones. Mucho tiempo y malgasto de combustible y bombas
fue la conclusión. Porque durante ese tiempo se habían localizado buques
enemigos entre los que, sí había portaaviones, pero no pudieron atacar hasta
que no volvieran esos aviones utilizados y repostaran.
Cuando pudieron iniciar
el ataque eran las 16:30 y hacerlo con poca luz. Pero ya no consiguieron
localizar a la flota enemiga y por problemas de combustible tuvieron que
regresar. Lo que no supieron es que habían pasado a 50 millas del Yorktown que sí los había localizado por
el radar y lanzó sus cazas contra ellos.
Al término de ese 7 de
mayo, los ataques llevados a cabo en ambos bandos se habían realizado contra
objetivos equivocados.
8
DE MAYO
Las condiciones
meteorológicas del 8 de mayo les serian favorables a la armada imperial que
tenía el cielo cubierto de forma protectora mientras que la US Navy navegaba a cielo descubierto,
expuesta a un fácil reconocimiento de los aviones enemigos. La búsqueda de unos
a otros continuaba como el día anterior y la actividad de los aviones de
reconocimiento se hizo frenética.
Entre las 8:30 y 9:30 aviones
de cada flota localizaron a la enemiga. Y sobre las 11:00 bombarderos
procedentes del Yorktown llegaron
sobre el Shokaku no avistando al Zuikaku protegido por un manto de nubes.
Consiguieron impactar sobre el primero causando grandes daños. Casi a la par
los portaaviones estadounidenses recibieron la visita de 70 aviones nipones.
Dos torpedos alcanzaron al Lexington, así
como varias bombas alcanzaron su objetivo. A pesar de sus daños, la tripulación
consiguió controlar los incendios y pudo recibir a los aviones que volvían del
combate. Pero sobre las 12:30 se produjeron una cadena de explosiones que hizo
temer lo peor. La primera orden fue enviar todos los aviones que fuera posible
al Yorktown. Entre las 16:30 y las
18:30 se dio orden de abandonar el buque y sobre las 20:00 el destructor Phelps, uno de los buques de su escolta,
lo hundió con sus torpedos.
El Yorktown también estaba siendo atacado y recibió varios impactos
que no produjeron grandes daños. El objetivo del ataque nipón eran
exclusivamente los portaaviones y no sus buques de escolta que pudieron
desempeñar sus funciones de defensa de aquellos.
A la vez se sucedían los
encuentros aéreos entre ambas escuadras de combate.
FIN y CONCLUSIONES
El 11 de mayo el
almirante Yamamoto dio la orden de retirada y se pospuso el asalto previsto a
Port Moresby hasta el 3 de julio, pero ya nunca se intentaría de nuevo por mar.
Tras la batalla la US Navy había perdido un portaaviones de
flota, y el otro averiado, mas un destructor y un petrolero. Respecto a la
fuerza aérea 67 aviones habían sido derribados y había perdido 550 hombres
entre muertos y heridos. El parte por parte nipona era la pérdida de un
portaviones ligero y tenía averiado otro de flota más las pérdidas ya
comentadas en Tulagi. Respecto a hombres se calcula alrededor de 1.000 bajas.
Aunque en el imaginario
colectivo quedara Midway como el mayor éxito estadounidense en el pacífico y
clave para detener la expansión japonesa, en realidad, fue la batalla del Mar
del Coral la que jugó ese papel. No solo frenó la expansión, sino que evitó la
invasión de Australia por parte de Japón. Además, esta batalla condicionó la
siguiente de Midway por la composición de las flotas, el Shokaku no pudo participar por los daños sufridos, en cambio el Yorktown sí pudo hacerlo a pesar de sus
daños y que lo hiciera mermado en sus posibilidades. Por otro lado, los japoneses habían perdido un buen número de
experimentados pilotos.
Posiblemente lo más
decisivo fue que los americanos comprobaron la importancia suprema de haber
interceptado las claves niponas con lo que se podían adelantar a los
movimientos enemigos. Y durante un año gozaron de esta ventaja. El
vicealmirante Nagumo intuía este hecho dado que veía como el factor sorpresa no
funcionaba, cuestión que transmitió a Tokio, pero allí rechazaron esta
posibilidad tan seguros y confiados de su fuerza.
A finales del mes de mayo
se puso en marcha la gran fuerza de invasión de la escuadra japonesa con
dirección Midway, pero eso es otra historia y será objeto de un nuevo post.
¿Quién ganó la batalla
del Mar del Coral? Pues se da una circunstancia curiosa y es que ambos bandos
se adjudicaron la victoria. Por perdidas se da la victoria a Japón. Pero desde
el punto de vista estratégico lo que es cierto es que por primera vez se
rechaza un intento de invasión japonesa.
«Nunca se había visto
nada igual. Fue la primera batalla naval en la que las naves de superficie no
intercambiaron ni un solo disparo, aparte de que elevó las posibilidades y los
riesgos de la guerra hasta otro nivel. La noticia voló por todo el mundo con
efecto tónico, aportando un alivio y estímulo inmensos a Australia y Nueva
Zelanda, y también a Estados Unidos. La experiencia táctica que se adquirió
entonces a un precio tan elevado se aplicó poco después, con notable fortuna,
en la batalla de las islas Midway, cuyos movimientos iniciales estaban a punto
de comenzar». Winston S. Churchill.
Fuentes:
Midway, la hora de los
portaaviones. La batalla del Mar del Coral. Segunda Guerra Mundial, 1939-1945.
Las claves de la mayor contienda de la Historia, volumen 14. Biblioteca El
Mundo.
La Segunda Guerra
Mundial. Volumen II. Ed. Argos 1969
Winston S Churchill, La
Segunda Guerra Mundial, volumen II (recopilación de textos de diversos libros
escritos por Churchill realizada por Denis Kelly)
https://www.davidlopezcabia.es/blog/135-la-incursion-de-los-bombarderos-de-doolittle-en-japon
https://www.eurasia1945.com/protagonistas/personajes/chester-nimitz/
https://www.davidlopezcabia.es/blog/135-la-incursion-de-los-bombarderos-de-doolittle-en-japon
https://www.eurasia1945.com/protagonistas/personajes/chester-nimitz/
Fotos de wikipedia y de la web eurasia1945. Las fotos de los portaaviones corresponden por orden de aparición al Shoho, Shokaku, Zuikaku, Yorktown y Lexington
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