ESPIONAJE EN LA IIª GUERRA MUNDIAL

 


En este segundo episodio de curiosidades en la Segunda Guerra Mundial vamos a contarlas sobre el mundo el espionaje, de los servicios de inteligencia, de los espías, de sistemas de cifrado y descodificación de mensajes, etc. Y de la participación española en este mundillo del espionaje que fue muy interesante y resolutiva como luego veremos. Tenemos buenos protagonistas.

Por que en una guerra, tan importante es disponer de un buen ejército entrenado, equipado con el armamento mas moderno y muy bien dirigido, como contar con un servicio de inteligencia que pueda ocultar tus movimientos hasta el ultimo momento y conocer los del enemigo. De poco vale disponer de ese fabuloso ejército si el enemigo se te adelanta en todos tus movimientos porque los conoce de antemano o tu no conoces los suyos y te acaba sorprendiendo.

LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA SOVIÉTICOS

El punto de partida es un esquema policial y represivo de los enemigos del estado, totalmente controlados por Stalin bajo sus ansias de poder absoluto.

Empecemos con la NKVD o el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos que era el servicio de información, contraespionaje y represión en la URSS. En 1941, concretamente en febrero, se crea otro servicio que es mas conocido como la NKGB,  el Comisariado del Pueblo para la Seguridad del Estado que trabajaría en paralelo con la NKVD y que acabará absorbiéndola en 1943.

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Y muy típico, y sobre todo en la URSS pero que luego veremos en otros casos, eran las rencillas, envidias y personalismos por acaparar poder. Esas luchas internas entorpecían el funcionamiento de los sistema y restaba eficacia a estos organismos.

También tenemos el GPU, el servicio de inteligencia militar, creado por Trotski en 1918. Tenía una sección de espionaje muy codiciada por la NKVD. Su primer jefe fue Yan Karlovich Berzin, que había estado en España en 1936 en la Guerra Civil como jefe de la misión militar soviética. A su regreso a la URSS vuelve al GPU, pero por poco tiempo, porque es detenido con la acusación, parece que falsa, de ser un espía japonés, y sería ejecutado en 1938. Nikolai Ivanovich Yezhov, jefe de la NKVD es el responsable de su detención y ejecución, y que, por cierto, sufrió aquello de quien a hierro mata a hierro muere, porque fue arrestado el 10 de abril de 1939 y se supone que fue ejecutado en febrero de 1940.

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En vísperas de la guerra mundial, el nuevo jefe de la NKVD sería Lavrenti Beria que ya disponía de un buen equipo de delatores e informadores. Junto a Vladimir Dekanozov, crearon una escuela superior de servicios de información y la dotaron de rango de academia militar. No todo el mundo tenía acceso a la misma, con un proceso de selección muy exigente, así sus alumnos eran escogidos especialmente por su dotes físicas e intelectuales, realizaban cursos de dos años antes de ser enviados a sus destinos en la URSS o en países extranjeros. 

El aureola que rodeaba a la NKVD ha sido negro, cruel y despiadado, y ganado a pulso. Entre otras atrocidades se le debe la conocida matanza de Katyn donde ejecutaron a unos 8.000 oficiales polacos.

En mayo de 1942 se crea, también, el estado mayor de los partisanos, bajo al dirección del mariscal Vorochilov y dependencia de la NKVD. Aquí encontramos la participación  de varios españoles, republicanos huidos a la URSS, como Domingo Ungría, Francisco Ortega o Francisco del Castillo Saéz.

Sobre los servicios secretos rusos en Alemania, decir que disponían de diferentes redes pero hay una que destacó por encima de las demás, la conocida como «Orquesta Roja», con ramificaciones en diferentes países además de Alemania. Su caída y desactivación fue por el trabajo meticuloso del Funkabwehr, la sección de radio escucha de la Abwehr, y fue un duro golpe al espionaje soviético dadas las informaciones que recibían, todas ellas de primer orden.

LOS  SERVICIOS DE ESPIONAJE ALEMANES

El servicio más conocido era el ABWEHR, que significa literalmente «defensa», era el

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servicio de inteligencia militar alemán. Con personal altamente cualificado y bien relacionado en varios países, entre ellos España, y ramificaciones y agentes en prácticamente todo el mundo. Pero su debilidad fue no poder implantar una sólida red de espías ni en la URSS, ni tampoco en Inglaterra. De hecho en Reino Unido lo intentó introduciendo varios agentes, que acabaron siendo descubiertos y capturados en unos casos y “convencidos” para colaborar con los británicos. 

Su jefe desde 1935 fue Wilhelm Canaris, que también sufrió el acoso interno para que su departamento fuera «anexionado», por otros. Hasta que ya en 1944 el servicio es finalmente integrado en la oficina central de seguridad del Reich, la RSHA. Canaris tuvo un final trágico porque fue ejecutado por orden de Hitler el 9 de abril de 1945, acusado de estar implicado en el atentado contra su vida. 

La RSHA, Oficina Central de Seguridad del Reich, que  acabamos de mencionar, fue una organización creada por H. Himmler, tristemente célebre por sus SS y multitud de atrocidades,  en septiembre de 1939, resultante de la fusión de la Gestapo y otras unidades. Sus funciones, aunque principalmente policíacas y represoras, incluían también cuestiones de espionaje e inteligencia en el exterior, sobre todo a partir de la absorción del Abwehr.

Reinhard Heydrich, un personaje tan inteligente como cruel, cínico y amoral, dirigió la organización hasta su asesinato en Praga en 1942

Vamos a otro servicio el INF III, dependiente del ministerio de Asuntos Exteriores. Su sección más productiva fue la de escucha y descifrado, el personal Z, uno de los mejores organismos de criptoanálisis alemanes. En 1939 ya habían roto los códigos diplomáticos de 34 países. Uno de sus mayores exitos fue la ruptura del principal código diplomático de EE UU en 1940, lo que les permitió conocer por ejemplo las negociaciones del general francés Weygand con los estadounidenses, para obtener ayuda material en el caso de pasarse al bando de De Gaulle y también para saber que Roosevelt había ofrecido el 8 de octubre de 1941, una generosa ayuda a Stalin. Mas problemas tuvieron con los códigos soviéticos, que no consiguieron romper pero  si obtuvieron información de ese país vía Turquía, ya que disponía allí de una extensa red de espías y de la que el personal Z había conseguido romper su código diplomático.

Y por último el servicio de radiomonitorización naval que fue uno de los más productivos en cuanto a  servicios de escucha y descifrado alemán, dependiente del servicio de inteligencia naval. Relevante sería la ruptura del código utilizado para el enlace y las comunicaciones entre los buques británicos y americanos, en 1942. En este año se calcula que este servicio podía leer el 80% de los mensajes que interceptaba, esto les permitió conocer los movimientos de los convoyes aliados hasta mediados de 1943. 

ENIGMA Y LOS U-BOOT

El gran dolor de cabeza de los británicos los primeros años de la guerra, como lo reconoció W Curchill, que su mayor preocupación en esos primeros años eran los submarinos alemanes. Por que allí iban instaladas estas máquinas.

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Gracias a su sistema de cifrado los U-Boot, los submarinos alemanes, se hicieron dueños del Atlántico atacando a los convoyes que llevaban armamento, munición y alimentos a Gran Bretaña desde los EE UU principalmente. El submarino recibía órdenes de forma segura y la utilizaban también en la comunicación con otros submarinos.

Enigma ya tenía su historia y habría que retroceder a la Iª GM cuando los servicios de inteligencia daban sus primeros pasos junto a la criptografía. El objetivo, cifrar los mensajes que se enviaban y si eran interceptados por el enemigo, pues que este no se enterara del contenido del mensaje. Eso sí, todo muy rudimentario, pues se necesitaba por parte del emisor y del receptor de un libro de códigos para descifrar el mensaje. 

Pero todo evoluciona y llegaron las primeras máquinas de cifrado, que modificaban automáticamente un mensaje en un batiburrillo de letras y números al azar, complicando así su descifrado. Existían multitud de sistemas de encriptación para camuflar un mensaje. El proceso de evolución continuó hasta llegar a Enigma, que lo perfeccionó con la invención de un sistema de ruedas o cilindros de engranaje que hacían que cada letra se convirtiera en otra. Se basaba en unos rotores que variaban cada vez que se pulsaba una tecla, de esta forma cada letra del alfabeto ofrecía un número altísimo de posibilidades. Y los alemanes cambiaban la posición de los rotores una vez al mes.

En 1918, Arthur Scherbius había solicitado la primera patente comercial de Enigma, pero con objetivos empresariales, para mantener en secreto transacciones comerciales. Y en 1926, la armada alemana fue la primera en utilizar esta maquina de encriptado. Que como ya hemos dicho causó sensación en los primeros años de la guerra cuando las utilizaron sus submarinos.

LA VICTORIA SOBRE ENIGMA

Aunque se debe a los británicos la neutralización de Enigma, no todo el mérito fue suyo, porque tuvieron ayuda. Ya antes de comenzar la guerra, los polacos sabían de la existencia de Enigma y el primero que investigó y llegó a romper los códigos fue el matemático y criptógrafo Rejewski en 1932.

En plena guerra los británicos consiguieron hacerse con una de estas endiabladas máquinas, capturada en el submarino U-110, y es cuando los aliados comienzan a ganar la batalla del criptoanálisis.

La rotura del código Enigma resultó decisiva para facilitar la victoria aliada. En Francia, los servicios de descriptación ya habían obtenido muy buenos resultados aprovechando la experiencia de los polacos Rejewski, Zygalski y Rozycki. Cuando cayó Polonia huyeron a Rumanía donde, después de haber sido rechazados en la embajada inglesa, tuvieron mas suerte con los franceses que les aceptaron y les enviaron a Francia. Allí empezaron a trabajar en un centro de radio-inteligencia en un Chateau cerca de París, con el nombre en clave «Bruno». En el grupo, el peso de la interceptación de mensajes  y de logística corría fundamentalmente a cargo del personal francés, y las tareas de criptoanálisis a cargo del personal polaco (grupo Z) y español (grupo D).

La idea de utilizar a los españoles fue de Gustave Bertrand,  oficial de inteligencia militar francés. Después de la caída de Cataluña en la guerra civil española, se produjo un éxodo masivo hacia Francia de soldados republicanos, y entre ellos muchos especialistas. Bertrand se puso en contacto con el jefe del servicio de información militar del estado mayor de la República española, el teniente coronel Manuel Estrada Manchón, para conocer el paradero de los miembros de su servicio de descifrado. Este le dio toda la información de la que disponía ayudado por su hermano Carmelo, que era el jefe de ese servicio. El jefe del grupo era Faustino Antonio Camazón, que sobrevivió a la guerra y acabó trabajando para el Ministerio de Asuntos Exteriores francés. Del resto de los miembros se sabe poco. Solo se puede conjeturar que Cesar Vigas Vigas, Manuel Inglada Díaz, José Medina Cantero, José Díaz Rodríguez, Jaime Barba Claramunt, Andrés Martínez Benito o el propio Carmelo Estrada debían de ser algunos de ellos, ya que formaban parte del equipo de descriptado dirigido por Estrada.

A la par los británicos habían montado su cuartel especial de inteligencia en Bletchley Park, una villa situada a unos 80 kms al noroeste de Londres, que fue el centro de criptoanálisis y tratamiento de información militar clasificada mas importante de la IIª GM. En la primavera de 1938, la mansión fue adquirida por el jefe del MI6, el almirante Sinclair, como un centro de evacuación propio  y del GC&CS (Goverment Code & Cypher School), el servicio de cifra y contracifra dependiente de él, como protección ante eventuales ataques aéreos en el caso de un previsible guerra. Alastair Denninston, jefe del GC&CS, empezó a captar a las mentes más brillantes del Reino Unido para su grupo de descifradores. Entre ellos estaban Alan Turing, Gordon Welchman, el maestro internacional de ajedrez Conel Hugh O’Donel Alexander y Tommy Flowers, 

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El grupo de Alan Turing, que ya contaba con los grandes avances realizados por los polacos,  consiguió construir una maquina que simulando el trabajo de Enigma consiguió romper sus códigos y contrarrestar su potencia. Esta maquina se llamó Bomba y la operación de descifrado Ultra. Posteriormente se construyó Colossus, el primer ordenador digital basado en Bomba, cuyo responsable de diseño fue Tommy Flowers, antes mencionado.

En 1943 se desvelaban 84.000 mensajes alemanes al mes.

ESPAÑOLES EN LA LUCHA DE INTERCEPTACIÓN DE MENSAJES

Ya hemos hablado un poco de ellos, y hay que decir que al principio las relaciones entre polacos y españoles no fueron buenas, en aquel castillo cerca de París. Y tiene su lógica por el recelo de los polacos que consideraban a los españoles como comunistas por sus antecedentes en la guerra civil.  Teniendo en cuenta del papel que había tenido la URSS en Polonia, la desconfianza era lógica.  Pero a la larga el funcionamiento del grupo fue bueno: entre finales de octubre de 1939 y mediados de junio de 1940 se interceptaron y leyeron casi 5.000 mensajes y se reconstruyeron 141 claves. 

El 22 de junio de 1940, el mariscal Petain firma el armisticio con Alemania y Bertrand decide evacuar a los componentes de Bruno a Argelia. Posteriormente vuelven porque Bertrand, con el nombre de Barsac, compró el castillo de Fouzes, en Uzes, cerca de Nimes. Los 32 miembros del grupo, entre españoles, franceses y polacos, vuelven a Francia y empiezan a trabajar activamente a partir del 1 de octubre. El nombre en clave de la unidad es Cadix, y en Uzes, si bien era habitual ver a Bertrand y a su chófer, nadie vio nunca a los españoles ni a los polacos.

El año 1942 se tuercen las cosas; en enero una tormenta provoca el hundimiento del trasatlántico Larmorciere, cerca de la isla de Menorca, y acaba con la vida de cuatro de sus miembros, entre ellos Rozycki, y además se pierden dos máquinas de cifrar. Unos meses después los componentes españoles son embarcados hacia en norte de África y a finales de ese año, en noviembre, los alemanes descubren Cadix y el resto de sus componentes se vieron obligados a huir. Hasta ese día se habían descriptado un total de 4.679 mensajes, la mayoría de la policía, el ejército y de agentes alemanes en suelo francés. 

LOS SERVICIOS  DE INTELIGENCIA BRITÁNICOS

Los servicios de inteligencia británicos son posiblemente mas conocidos por el gran publico por la industria cinematográfica. Tenemos al MI5, un servicio de inteligencia que principalmente se ha dedicado a la seguridad interna del país, mientras que el MI6 se encarga de la seguridad exterior.  

Ya hemos comentado antes la operación de descifrado Ultra. Los servicios de escucha británicos obtenían información de las denominadas estaciones «Y». Esta información complementaba y alimentaba el material Ultra, nombre con el que se conocía la recopilación y distribución de la información obtenida por el criptoanálisis de las comunicaciones de radio alemanas.

Durante la guerra hubo tres tipos de estaciones «Y» en activo, dependientes cada una de las distintas armas, es decir, aviación, ejercito de tierra y marina. Aunque inicialmente estaban dedicadas a la captación de información de radio-telegrafía, en morse, y generalmente cifrada, pronto se dedicaron también a la escucha de las emisiones de radio-telefonía, utilizadas principalmente por los pilotos y por las lanchas torpederas alemanas. Las estaciones de interceptación informaban puntualmente a la defensa local, a los cuarteles generales de aviación de caza y a los cuarteles generales de escucha.

Fueron de gran ayuda para la identificación de los submarinos durante la batalla del Atlántico en las épocas en las que no se podían descifrar los mensajes de Enigma. Otra de las fuentes de información eran los identificadores de la estación de radio emisoras y destinatarias del mensaje, con lo que se podía identificar las unidades, su situación, sus movimientos y su importancia en función de la cantidad de mensajes que emitía o recibía.

Fue en la batalla de Inglaterra donde se empezó a evidenciar la importancia de la información proporcionada por Ultra. Inglaterra tenía dos bazas ante la amenaza alemana, que pretendía la completa eliminación de la R.A.F. (Royal Air Force) de los cielos de Inglaterra, antesala de la invasión: el radar y Ultra. El plan de Goering era sencillo: destruir los aeródromos y obligar a los cazas ingleses a luchar masivamente contra su aviación de manera que fuesen eliminados y de esta forma tener vía libre para la futura invasión. Gracias a la información recibida de Ultra los cazas ingleses operaron en grupos reducidos, con mayor maniobrabilidad entre las formaciones de bombarderos alemanes, evitando también un número de pérdidas elevadas. A pesar de todo, las pérdidas de la R.A.F. eran cuantiosas y no las podía soportar por mucho tiempo cuando Goering, inesperadamente, decidió cambiar los objetivos y bombardear ciudades, lo que supuso un balón de oxígeno a la aviación británica.

El mensaje mas importante que llegó a manos de Churchill en esa época fue uno, en teoría menor, enviado por el Estado Mayor general alemán al encargado de operaciones en Holanda. En él se decía que Hitler había autorizado el desmantelamiento del equipo de carga aérea en los aeródromos holandeses. Eso significaba el final de la operación León Marino.

ESPÍAS ESPAÑOLES EN INGLATERRA

Desde el inicio de la guerra, el contraespionaje británico se había mostrado especialmente efectivo a la hora de neutralizar la presencia de espías alemanes en su territorio, ya lo comentamos. Alemania se vio obligada a buscar alguna solución y solventar de algún modo esta carencia de agentes solicitando la colaboración de aquellas naciones neutrales que le eran fieles.

Y aquí entra España en escena. A instancias del embajador alemán en España, Eberhard von Stohrer, el ministro de Exteriores, Juan Beigdeber, cursó en agosto de 1940 un comunicado al embajador español en Londres dándole instrucciones para que suministrara regularmente información sobre los daños causados por los ataques o las pérdidas sufridas por los británicos con los bombardeos alemanes. Y así se hizo. Dicha instrucción se reenviaría a las legaciones consulares existentes en las ciudades del sur de Inglaterra.

Pero tuvieron otras colaboraciones, por ejemplo la de Juan Brugada, subdelegado de Prensa español en Londres. En su caso, los datos obtenidos eran despachados a su jefe mas inmediato en Madrid, quien los depositaba en manos del agregado aéreo alemán. Descubierto por el MI5, Brugada terminó ejerciendo como agente doble y suministrando información contaminada por los británicos.

Otro personaje fue  Ángel Alcázar de Velasco, adscrito a la embajada española como agregado de Prensa. Organizó una red de información, y desarrolló su cometido como agente hasta 1941 cuando fue descubierto por el MI5 y se vio obligado a volver a España.

Mas colaboradores de los alemanes, Luis Calvo, corresponsal de los periódicos ABC y La Nación en Londres, que sustituyó a Alcázar de Velasco en estas tareas, remitiendo puntualmente a Madrid sus informes a través de valija diplomática. El MI5 también lo descubrió y detuvo. Acabaría en un  campo de prisioneros hasta el final de la guerra.

Otro caso fue el de Juan Antonio Ansaldo, agregado aéreo en Francia e Inglaterra, informaba al Ministro del Aire español, Juan Vigón, de todo cuanto allí había observado relacionado con la campaña de bombardeo que estaba desarrollando la aviación alemana.

ESPÍAS EN ESPAÑA

Como otros países no beligerantes, España fue escenario de la guerra subterránea entre servicios de inteligencia. Hubo centenares de detenciones de personas acusadas de espionaje que a menudo no eran mas que simples militantes antifranquistas.

Para empezar los ciudadanos de países contrarios al Eje residentes en España fueron considerados espías potenciales y sometidos a vigilancia mientras alemanes e italianos se movían libremente.

Los alemanes contaban con tres redes en España: la diplomática, dependiente del embajador, la de la SS,  y la del Abwehr. El director de esta ultima, el almirante Wilhelm Franz Canaris, visitó varias veces a Franco, y obtuvo del general Juan Vigón, facilidades para establecer puestos fijos de vigilancia en torno a Gibraltar.

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joachim von Ribbentrop, situó en Madrid a dos personas de confianza, su colaborador Rudolf Likus y Erich Gadermann, consejero especial de embajada. Además de los equipos de la Abwehr, actuaban en España 134 agentes secretos del SD, el servicio de inteligencia de las SS.

El embajador británico denunció en varias ocasiones esta colaboración y llegó a entregar una lista de 220 agentes alemanes en territorio español, con poco éxito porque el gobierno únicamente desactivó a 19.

Los británicos lo intentaron con generales disconformes con Franco. Algunos altos militares monárquicos se prestaron a colaborar, especialmente el general Antonio Aranda Mata, enemistado con Franco, que sirvió de intermediario con sus compañeros. La embajada británica, prometiendo ayudar a la restauración monárquica, distribuyó importantes sobornos que Aranda se encargó de repartir.

Por otro lado, la oficina de servicios estratégicos estadounidense, la OSS, creada durante la guerra, contó con colaboradores vascos, desde agosto de 1941, que informaron sobre los espías alemanes que pretendían infiltrase en Norteamérica en buques mercantes españoles. Y en 1944 fue desarticulada en Barcelona una red de espionaje española que trabajaba para los aliados, dirigida por Eduardo Castelltort.

Para terminar vamos a destacar a algunos de los espías mas famosos de la guerra.

RICHARD SORGE, ESPÍA SOVIÉTICO

De ascendencia alemana le permitió mantener excelentes relaciones con Alemania y filtrar valiosa información al Ejército Rojo. Alemán pero ligado afectivamente por su madre a Rusia enseguida se convirtió a la causa soviética, militando en el Partido Comunista alemán desde 1925. Adquirió también la ciudadanía soviética y fue reclutado como espía en 1926, ejerciendo su labor en Gran Bretaña y Alemania. El  siguiente destino de Sorge fue China desde donde, a partir de 1930, informó de la guerra con Japón así como de la situación interna del país. Regresó a Berlín, se acreditó como corresponsal de prensa e ingresó en el partido nazi. En la capital alemana se hizo amigo del luego embajador alemán en Tokio, y con importantes recomendaciones oficiales fue a la capital japonesa como enviado del periódico Frankfurter Zeitung. Allí montó una entramada red de espías que fue nutriendo de informaciones a Moscú. Supo ganarse la confianza tanto de alemanes como de  japoneses, enviando información de calidad a la URSS. Por ejemplo alertó de que el objetivo de Japón era intensificar su ofensiva en China, también de los planes japoneses de ataque contra EE UU y de la certeza de la operación Barbarroja de la que llegó a dar la fecha concreta, aunque Stalin en persona despreció su información.  

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En octubre de 1941 fue descubierto, posiblemente debido a su debilidad por las mujeres, y detenido por los servicios secretos nipones. Fue juzgado y condenado a muerte junto a varios de los miembros de su grupo, pero no fue ejecutado inmediatamente pues pasó varios años torturado en interrogado hasta que fue ahorcado en 1944. Fue enterrado en Tokio y en 1964 fue declarado héroe de la URSS, incluso le dedicaron un sello de correos.

JUAN PUJOL, ALIAS «GARBO»

Posiblemente fue el espía más decisivo de toda la guerra. De lo que no hay duda es de que su labor fue determinante para engañar a los alemanes y lograr que el desembarco de Normandía resultase un éxito.

Juan Pujol García, nacido en Barcelona en 1912, hijo de familia industrial acomodada. Aunque comenzó la guerra civil por alistamiento obligatorio en el bando republicano un mes después desertó y se pasó al bando de Franco en donde sirvió como alférez. Pero aborrecía el fascismo tanto como el comunismo. Acabada la guerra trabajó en Madrid de gerente de un hotel, lo que le permitió conocer a importantes personalidades políticas españolas y extranjeras. 

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Aprovechado su historial de excombatiente franquista, se ofreció como agente a los británicos, que le rechazaron por sospechoso, pues temían infiltraciones por parte de agentes alemanes. Lo intentó en el bando contrario y se presentara en la embajada alemana en Madrid, ofreciendo sus servicios la Abwehr y estos si le aceptan

Su primera misión fue en julio de 1941, cuando simula ir a Londres a realizar la misma, pero, en realidad, viaja a Lisboa. Desde allí comienza a pasar información totalmente inventada. Solo disponía de guías navieras y revistas. Demuestra una gran imaginación con supuestos viajes por toda Gran Bretaña,  aportando como demostración, una minuta detallada de gastos de transportes en Libras, chelines y peniques, que consiguió con gran dificultad.

Sus cartas llevaban matasellos de Lisboa y él  argumenta que era por que su enlace era piloto de avión que le llevaba las cartas para mas seguridad a Portugal. Se inventa también una red de espías a su servicio y empieza a enviar informes sobre las defensas británicas, lo que satisface plenamente a los alemanes. 

Para mostrar su influencia sobre la inteligencia alemana y convencer a los británicos de su efectividad, hizo llegar al Abwehr la información de que un convoy había salido de Liverpool para abastecer Malta, lo que hizo que los U-Boot se pusieran en vigilancia.  De esta manera, a partir de abril de 1942, los ingleses aceptan incorporarlo como agente y le trasladan a Londres, acompañado de su familia. Ahora si ya está en Londres. Es cuando el  MI5 le da el apelativo de Garbo por considerarle el mejor actor del mundo, mientras que para los alemanes es Rufus o Arabel.

Sigue enviando informes a los alemanes haciéndoles creer que tiene  una red de más de 20 agentes y confidentes de la más variopinta condición, profesiones y aficiones. Alterna la información falsa con la real para no hacer desconfiar a los alemanes, pero siembre de escaso valor debido a su inminente caducidad. Los alemanes le creyeron y confiaban en él de tal forma que le conceden la Cruz de Hierro. Sigue transmitiendo sus datos a través del correo, vía Lisboa, y recibe a cambio centenares de miles de dólares.  Lo tenia todo previsto y cuando no podía comunicar información llegó a inventarse incluso la muerte de alguno de sus ficticios agentes, de los que llegó a publicar una esquela en la prensa para dar visos de autenticidad, enviando un recorte a Alemania, a lo que los alemanes respondían enviando sus condolencias.

Pero de toda su carrera como agente doble el éxito mas grande lo alcanzó durante la preparación del desembarco de Normandía. Aprovechó su credibilidad para convencer a los alemanes de que, efectivamente, el desembarco en Europa se iba a hacer en la zona de Calais, bajo el mando del general Patton. De esta forma los alemanes desprotegieron en cierta medida las playas normandas.  

Curiosidades de la vida también le condecoraron los aliados con la Orden del Imperio Británico, que sumó irónicamente a su Cruz de Hierro. Sin embargo, tras la guerra temió verse descubierto y asesinado por ex agentes nazis, y se retiró a Caracas con todo el dinero acumulado tanto de los alemanes como de los británicos, manteniendo el anonimato, alejado de su familia española, siempre en alerta. Incluso sus nuevas amistades en Venezuela tampoco supieron nada de su verdadera historia hasta poco antes de morir en 1988. Murió tal como vivió, en secreto.

CICERÓN, EL ESPÍA DEL EJE QUE AVISÓ DE OVERLORD

Albanés nacido en 1904 bajo la soberanía otomana, su verdadero nombre era Elyeza Bazna. Al iniciarse la guerra trabajaba en Ankara como chófer para las embajadas de EE UU y de Gran Bretaña. Dominaba  varios idiomas y sumada a su habilidad para las relaciones personales pronto le hicieron valioso a los ojos de los diplomáticos aliados. Su oportunidad llegó al trabajar como mayordomo en la embajada inglesa, allí se ganó la confianza del embajador y pasó a ser su ayuda de cámara. Observador, se percató de las costumbres monótonas del diplomático y viendo su ventaja decidió venderse a los alemanes. Se había hecho con un duplicado de las llaves de la caja fuerte donde se guardaban los secretos más importantes. A cambio de grandes cantidades de dinero propuso a los alemanes pasarles información, advirtiendo que si ellos le rechazaban se la ofrecería a los soviéticos. Le dieron el OK pero le pagaron, casi en su totalidad, con libras falsas, que no descubrió hasta una vez finalizada la guerra. De esta manera, desde octubre de 1943 hasta abril de 1944, pasó a von Papen, embajador alemán en Turquía, fotografías de todos los documentos guardados en la caja fuerte de la embajada británica, entre ellos las actas de las conferencias aliadas de Teherán y El Cairo en donde se confirmaba que el desembarco aliado en Francia, con el nombre de operación Overlord, estaba en marcha, con su ejecución prevista para mayo de 1944. 

Pero de poco le sirvió porque no le tuvieron en cuenta, seguramente por las fuertes rivalidades desatadas en el ministerio de Asuntos Exteriores del III Reich y los servicios de información. Pero sus superiores comenzaron a valorarle gracias a un información que resultó veraz como el bombardeo de Sofía de enero de 1944, que Cicerón había anunciado con antelación. Un espía alemán que trabajaba para los aliados le descubrió. Su carrera se truncó abruptamente en abril, cuando tuvo que huir debido a que uno de los miembros de la embajada alemana, adonde pasaba la información, desertó al bando aliado.

La fuga de Cicerón le llevó a Lisboa y de allí a Sudamérica, donde llegó con unas 300.000 libras que había logrado acumular. Trató de invertirlas, pero se descubrió que eran falsas. Volvió a Alemania y se vio obligado a vivir modestamente, hasta su muerte en 1970. 

Fuentes:

Segunda Guerra Mundial 1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia, volúmenes 5, 9,11,16,20,23,25 y 27

José Fernando Aguirre, La Segunda Guerra Mundial. Editorial Argos

Gran crónica de la II Guerra Mundial. Editorial Edilibro

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