LA BATALLA DE INGLATERRA
«Cuartel general del Führer, 1 de agosto de 1940.
Directiva
nº 17,
sobre la guerra aérea y naval contra Inglaterra. Con vistas a establecer las
condiciones necesarias para la conquista final de Inglaterra, tengo la intención de
continuar la guerra naval y aérea contra la metrópoli inglesa más intensamente que antes.
A
este fin, doy las siguientes órdenes:
1ª La
aviación
alemana debe aplastar a la aviación inglesa con todos los medios de que disponga
2ª Después de haber
asegurado la superioridad en el aire, local o temporalmente, la guerra aérea debe
ser llevada contra los puertos, especialmente contra los establecimientos
relacionados con el aprovisionamiento de alimentos. Deben ser lanzados ataques
contra los puertos de la costa a la escala más reducida posible, teniendo en cuenta las operaciones que
proyectamos.
3ª La Luftwaffe
debe conservarse en forma para la Operación Otario.
4ª Me
reservo personalmente la decisión de los ataques terroristas de represalia.
5ª La guerra
aérea
intensificada puede comenzar el 6 de agosto o más tarde. La Marina está autorizada a comenzar la guerra naval intensificada en la
misma fecha
Adolf
Hitler»
LA INVASIÓN DE LA ISLA: LEÓN MARINO
Para algunos historiadores
la batalla de Inglaterra comienza el 28 de mayo de 1940 ya que ese día se enfrentan
por primera vez los Dornier 17 con los Spitfires en el cielo de
Dunquerque.
Hacía nueve meses que
había comenzado la guerra y Hitler se encontraba eufórico. Sus ejércitos eran
incontestables en el continente, había devuelto a Francia la humillación de la
Gran Guerra y se disponía a hacer lo mismo con el Reino Unido. Pero el asalto
al otro lado del canal no era empresa fácil.
Se plantea seriamente la
invasión de la gran isla. Y el 16 de julio de 1940 escribe el preámbulo de lo
que se conoció como operación León Marino: «Como Inglaterra, a pesar de su
desesperada situación militar, se muestra reacia a llegar a un compromiso, he
decidido comenzar los preparativos para la invasión de Inglaterra, que, llegado
el caso, deberá ser llevada a cabo. El objetivo es evitar que Inglaterra sea
utilizada como una base desde la cual pueda continuar la guerra contra Alemania.
Los preparativos para esta empresa deberían estar completos hacia mediados de
agosto…»
La Kriegsmarine y
la Luftwaffe se cuestionan seriamente el problema de un asalto de tal
envergadura. El O.K.W. rechaza por imposible la operación. La Wehrmacht
comienza a calibrar el alcance y hace sus cálculos. En total necesitarían 39
divisiones más dos aerotransportadas, 6 Panzerdivisionen y en tres días
habrían desembarcado un total de 260.000 hombres.
Hitler presionaba y la
discusión entre los mandos de la Kriegsmarine y la Wehrmacht iban
en aumento, la tensión se palpaba en el ambiente. El general Jodl puso encima
de la mesa dos exigencias que sin ellas la operación era imposible:
aniquilación de la Royal Navy en la costa Sur y la eliminación total de
la Royal Air Force (R.A.F.)
Los preparativos no
cesaban y el estudio de la estrategia para cómo llegar a la isla tampoco. El
profesor Gottfried Feder, del Ministerio de Economía del Reich, propuso, en
abril de 1940, construir unos “cocodrilos de guerra” capaces de navegar
sumergidos con 200 hombres en su bodega. Franz Halder, jefe del Estado mayor
del Ejército, mostró gran interés en el proyecto. Además, comenzaron a
adaptarse carros de combate para hacerlos sumergibles. Tres meses después fue
abandonada la idea.
HOME GUARD
Ante semejante amenaza
era preciso tomar medidas urgentes por parte británica. Se ordenó el
reclutamiento forzoso y, a comienzos de octubre, 1.700.000 británicos se habían
unido a las fuerzas armadas. Se formó una “guardia doméstica” (Home Guard),
aunque debido a la escasez de armas tuvieron que ser equipados en algunas
ocasiones con el atrezo de algunas compañías de teatro y hasta con las picas
napoleónicas del buque del almirante Nelson, el Victory, de más de 150
años y que se encontraba anclado en el puerto de Portsmouth.
La Home Guard
sirvió como fuerza de cobertura a las unidades regulares, y se previó que se
constituyera en guerrillas si el país era invadido. Su primera función
consistió en observar la posible aparición del enemigo e informar de sus
movimientos si llegaban a la isla. Patrullaron a pie, en bicicleta y hasta en
barca a lo largo de los ríos.
Cuando desapareció la
amenaza de invasión alemana, la Home Guard siguió existiendo, mantuvo
sus puestos de vigilancia y llevó a cabo las tareas que podían liberar a las
tropas regulares. Dejó de prestar servicio oficialmente el 3 de diciembre de
1944 y se disolvió el 31 de diciembre de 1945.
SANGRE, ESFUERZO, LÁGRIMAS Y SUDOR
Winston Churchill había
tomado las riendas políticas de su país el 13 de mayo después de la dimisión de
Chamberlain. Y su discurso ante la Cámara de los Comunes, no pudo ser mas emotivo,
sabía literalmente lo que se le venía encima: «Si preguntan cuál es nuestra
política respondo: hacer la guerra por mar, tierra y aire, con todo nuestro
poderío y con toda la fuerza que Dios nos conceda» Y aquel mítico: «no tengo
otra cosa que ofrecer, sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor».
La Luftwaffe se
encontraba pletórica, en su punto álgido, convencida de que nada ni nadie se
interpondría en su objetivo. Era la máxima responsable de que la Operación León
Marino pudiera llevarse a cabo. Tenía que lograr la supremacía aérea de la zona
del Canal. Tras una primera fase de desgaste Goering llegó a pensar que la
R.A.F. estaba eliminada, fuera de combate.
PRIMERA BATALLA ÁEREA SOBRE EL CANAL
Tras los primeros ataques
alemanes, el 3 de julio se incrementó la actividad y la intensidad a
aeródromos, estaciones de radar e instalaciones portuarias. El día 10 tuvo
lugar la primera gran batalla aérea sobre el Canal. Un convoy británico, Bread,
fue detectado y atacado por la aviación alemana y repelido por tres escuadrones
de Spitfires y Hurricanes. En pocos minutos mas de cien aparatos
cubrían el cielo y estaban inmersos en la lucha.
Todos los días se sucedían los ataques. El desgaste físico y psicológico era demoledor en ambos bandos. Unos en la defensa agotadora y otros ante la situación de no ver avances en el logro de su objetivo.
El 28 hubo un encuentro
con tintes románticos, si se puede utilizar esta palabra al hablar de guerra.
Se enfrentaron dos formaciones lideradas ambas por ases de la aviación de cada
lado. Por parte alemana por Werner Mölders y por parte británica, Adolph Malan.
El alemán fue herido y el inglés, después de la batalla, formularía las “Diez
reglas de combate aéreo”.
Entre el 10 de julio y el
7 de agosto, el mando de caza británico perdió medio centenar de aparatos de
todos los tipos, y una treintena de pilotos. Aunque las pérdidas alemanas eran
superiores, principalmente de bombarderos, éstos tenían capacidad de asumirlas,
por el momento, cuestión que no era posible en el otro lado.
DÍA DEL ÁGUILA
El 5 de agosto Hermann
Goering, comandante supremo de la Luftwaffe, ordena lanzar la Operación
Águila para el día 10. El día de la ofensiva aérea seria conocido como “Adlertag”
(Día del Águila), aunque luego se pospondría al 13. Los pensamientos originales
de Goering sobre la eliminación de al R.A.F. no se estaban cumpliendo y lo que
era evidente es que había sobrado improvisación y faltado una dosis de
realismo. El plan consistía en que la Luftwaffe debía alcanzar la
superioridad aérea local sobre el área de invasión y además mantener la fuerza
suficiente para apoyar la invasión. Pero esto solo se conseguiría con un plan a
medio plazo, con desgaste y los alemanes lo necesitaban conseguir en breve, con
urgencia. Pero si León Marino estaba poco elaborado como plan, el Ataque de las
Águilas era peor. Ese día 13 la Luftwaffe debía asestar el golpe
decisivo, pero fue un fracaso. La operación se saldó con mas de 1.800 salidas
alemanas, 75 aparatos perdidos y 34 por parte de la R.A.F.
LOS COMBATES MÁS DUROS
El domingo 18 de agosto
tuvieron lugar, probablemente, los combates mas duros de toda la batalla de
Inglaterra. Al final del día la R.A.F. había perdido 30 aparatos, con 10
pilotos muertos, y la Luftwaffe, por fuego antiaéreos, por accidentes o
por cazas enemigos había perdido 70 aparatos.
El lunes 19 Goering
reunió a sus mandos para insistir en que el objetivo era mantener la presión sobre
el mando de cazas británico, relegando también a los Stukas y Me 110 por
haberse revelado menos operativos y eficaces frente a los cazas británicos. Goering
echaba la culpa a sus propios pilotos, de los que estaba decepcionado, de las bajas
de sus bombarderos. Pero es que además estaba muy presionado por el Führer
que no veía avances y si la posibilidad de cancelar su idea de invadir Gran
Bretaña.
Entre la última semana de
agosto y la primera de septiembre los británicos están al borde del KO. Han
perdido 466 aparatos y la cuarta parte de las tripulaciones han perecido.
Aunque los alemanes no andan mucho mejor.
EL RADAR
Pero los alemanes no solo
luchaban contra los Spitfires y los Hurricanes británicos, había algo
peor, la aparición del radar por la que éstos eran avisados de las apariciones
de los bombarderos alemanes. El radar duplicó la eficacia de los cazas
británicos que se concentraban en los objetivos verdaderamente importantes.
Otra gran ayuda y gran papel lo jugaron las baterías antiaéreas, también avisadas
por los sistemas de radar, nunca estaban desprevenidas y si esperando las
oleadas de la Luftwaffe.
En 1940, a pesar de haber
comenzado con retraso, el Reino Unido, gracias a los trabajos de Robert
Watsson-Watt, había adelantado a Alemania en el desarrollo del radar. Cuestión
que aprovechó de forma eficaz en la batalla de Inglaterra. La cadena de
estaciones de radar instaladas a lo largo de la costa inglesa permitía detectar
a las formaciones de bombarderos alemanes que se aproximaban e incluso cuando
todavía estaban en cielo francés.
En efecto, la defensa
británica siempre estaba alerta y preparada para repeler los ataques alemanes. En
Londres, desde una sala de operaciones construida a prueba de bombas y a 15
metros bajo tierra se organizaba esta defensa. Pero quien mejor define y
describe esta sala de operaciones es el mismo Churchill: «La sala de
Operaciones del Grupo era como un teatro pequeño, de unos dieciocho metros de
ancho, y tenía dos pisos (…) Debajo teníamos la mesa con los mapas a gran
escala, en torno a la que había reunidos unos veinte jóvenes muy bien
entrenados., tanto hombres como mujeres, con sus auxiliares al teléfono.
Delante de nosotros, cubriendo toda la pared donde debería haber estado el
telón, había una pizarra gigante, dividida en seis columnas con bombillas
eléctricas para los seis puestos de caza; a cada escuadrón le correspondía una
parte de la columna, que a su vez estaba dividida por líneas horizontales, de
modo que la última fila de bombillas indicaba, cuando se encendían, los
escuadrones que estaba en estado de “alerta” dispuestos para despegar en dos
minutos; la hilera siguiente, los que estaban “listos” para intervenir en cinco
minutos; después, los que estaban “disponibles” en veinte minutos; después, los
que habían despegado; la fila siguiente correspondía a los que habían informado que habían
avistado al enemigo; la siguiente (con bombillas rojas), los que estaban en
combate y la superior los que regresaban a la base. Del lado izquierdo, dentro
de una especie de palco de cristal, estaban los cuatro o cinco oficiales
encargados de medir y evaluar la información que recibían de nuestro cuerpo de
vigilancia, que por entonces superaba los cincuenta mil hombres, mujeres y
jóvenes. Aunque el radar todavía estaba en pañales, advertía cuando se
aproximaba un ataque a nuestras costas…»
NUEVO OBJETIVO DE BOMBARDEO: LA INDUSTRIA BRITÁNICA
Se incorpora un nuevo
objetivo en las misiones alemanas, la de la destrucción de la industria
británica mediante bombardeos nocturnos.
La aviación fue clave en
la batalla de Inglaterra, pero para los alemanes supuso la destrucción de su
flota aérea y la perdida de sus mejores pilotos. Es muy difícil precisar la
cantidad de aeronaves que se utilizaron aquellos días. Se estima que por parte
alemana unos 1.390 bombarderos y 1.279 cazas tomaron parte en la batalla.
Los monoplazas
protagonistas de aquellos días fueron, sin lugar a duda y sin desmerecer a
otras unidades implicadas, el Messerchmitt Bf 109, de la Luftwaffe,
armado con 1 o 2 cañones de 20 mm, 2 o 4 ametralladoras de 7.92 mm que podían
alcanzar los 575km/h y que tenían una autonomía de 600 kms. Y por parte de la Royal
Air Force el Supermarine Spitfire armado con 8 ametralladoras de 7.7
mm que alcanzaba los 600 km/h y con una autonomía de vuelo de 750 kms. Sus
enfrentamientos sobre el Canal de la Mancha y en el sur de Inglaterra fueron
espectaculares, épicos y legendarios.
Un error alemán pudo
cambiar el signo de la batalla. El 24 de agosto, un bombardero de la Luftwaffe,
desorientado en su trayecto de vuelta, dejó caer su carga mortal sobre Londres
por error. Churchill reacciona de manera inminente y ordena al día siguiente
bombardear Berlín como réplica. Hitler, ultrajado, cambia de estrategia y
dirige sus bombardeos sobre ciudades inglesas, especialmente la capital, táctica
que también reproducirían los británicos. Pero este cambio de objetivos fue
poco a poco liberando las bases aéreas de la R.A.F. de los ataques de la Luftwaffe
y dio un respiro a los británicos para reconstruir su flota aérea.
BOMBARDEOS SOBRE LONDRES
Durante 57 noche
seguidas, desde el 7 de septiembre hasta el 3 de noviembre, Londres sufre los
efectos de los ataques aéreos, bombas incendiarias y explosivas arrasan barrios
enteros. La gente duerme en el metro. Se registran en algunas jornadas hasta 200
incursiones enemigas, especialmente sobre las fábricas.
La resistencia inglesa no
se resquebrajó en aquellos terribles días, parece que cada día que pasaba era
mas fuerte. Sin embargo, la moral de los pilotos alemanes iba descendiendo
proporcionalmente, veían que todo su esfuerzo y el gran número de bajas no tenía
sentido.
BOMBARDEO
DE CIUDADES
ALEMANAS
Y los aliados repitieron
el mismo error con el bombardeo masivo de ciudades alemanas, la población civil
no se desmoralizaba, sino que incrementaba sus ganas de resistir.
La decisión de cambiar de
objetivo estratégico fue un fatal error para los alemanes. Habían renunciado a
la lucha por la obtención de la superioridad aérea. Permitieron a los británicos
reparar los aeródromos y recuperar a sus desgastados escuadrones. Y comenzaron
a recibir ataques en los puntos donde se concentraban las tropas preparadas
para la invasión. Se acercaba el otoño y el tiempo se les acababa.
CAMBIO DE PLANES
A mediados de septiembre,
Hitler pospuso la invasión de la isla hasta invierno que luego se abandonaría definitivamente.
Las tropas concentradas para el objetivo fueron retiradas y trasladadas a otras
posiciones. Pero los ataques aéreos continuaron. Como los que se produjeron en
Southhampton sede de la fábrica Supermarine los días 17 y 26 de
septiembre.
Al principio del otoño de
1940 la actividad aérea de la Luftwaffe sobre terreno inglés fue
decayendo paulatinamente y a finales de octubre cesaron las incursiones
masivas. La batalla de Inglaterra había llegado a su fin. Aunque los ataques continuaron
hasta que el mal tiempo los impidió. Todavía en mayo de 1941 se producían los ataques
contra Londres y otras ciudades inglesas. La última gran incursión contra la
capital fue el 10 de mayo a partir de ese momento los alemanes empezaron a
mirar hacia el Este, la Operación Barbarroja necesitaría todos sus esfuerzos
bélicos.
«El infierno parece haber
desencadenado todas sus furias contra nosotros. Las minas aéreas y las bombas
explosivas llueven sobre el barrio ministerial (…) La situación en la ciudad es
casi desesperada. El aire está lleno de humo y de olor de incendios. Poco a
poco vamos acostumbrándonos a un nivel de vida primitiva. No hay calefacción,
ni agua, ni luz. No es posible lavarse ni afeitarse. Tenemos que salir del
refugio con una vela encendida» son palabras de Goebbles refiriéndose a un
bombardeo sobre Berlín.
Esta vez el testimonio es
de Churchill: «Hace semanas que está en curso sobre esta isla la gran batalla
aérea que ha llegado recientemente a un alto grado de intensidad. Es demasiado
pronto para intentar siquiera fijar límites a su escala y duración. Tenemos que
esperar, ciertamente, a que el enemigo haga todavía esfuerzos mucho mayores que
los que ha llevado a cabo hasta ahora»
FINAL
Para los historiadores
británicos la batalla de Inglaterra trascurrió desde el 10 de julio al 31 de
octubre de 1940 mientras que para los alemanes desde mediados de agosto de ese
año hasta mayo de 1941.La Luftwaffe no
consiguió sus objetivos de lograr la superioridad aérea en la zona
imposibilitando por ello la invasión de Gran Bretaña.
La victoria de la R.A.F.
supuso el primer gran revés para el potente ejército alemán que hasta ese
momento se mostraba intratable. Esto hizo avivar la idea de que nada estaba
perdido y la guerra se podía ganar.
NEVER WAS SO MUCH OWED BY SO MANY TO SO FEW
«Nunca en el campo de los
conflictos humanos, tantas personas han debido tanto a tan pocos hombres» con
estas palabras resumía Churchill el sentir del pueblo ingles en homenaje a los
pilotos que habían luchado en los cielos aquellos días.
Fuentes:
1939-1945 Segunda Guerra
Mundial, las claves de la mayor contienda de la historia, volumen 9 Inglaterra
resiste al castigo de Hitler; biblioteca el Mundo
La Segunda Guerra
Mundial; volumen 1 La irrupción blindada, Guerra o acuerdo; volumen 12 Inicio
de la acción en Normandía, editorial Edilibro
La Segunda Guerra
Mundial, volumen 1, J.F. Aguirre, editorial Argos (1969)
Winston S. Churchill La
Segunda Guerra Mundial volumen I
Muy buen trabajo. Lo comparto.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado, agradezco tu comentario y gracias por compartir
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