LA RENDICIÓN DE ALEMANIA (II GM)
Tras el verano de 1944
cuando los aliados consiguen abrir ese segundo frente tan ansiado para sus
intereses y desembarcan en las playas de Normandía,
y los soviéticos comienzan su ofensiva, el ejército alemán se debate en una
constante retirada hacia sus fronteras.
Poco a poco la rendición
de Alemania se va acercando y el final de la guerra.
La sensación en ese
momento es de una carrera por ver quien llega a Berlín primero. Soviéticos por
el Este y anglo-estadounidenses por el Oeste van atenazando a un mermado ejército
alemán. Pero Eisenhower era muy consciente de lo
que se había decidido en la Conferencia de Yalta el
febrero pasado, es decir, la división de Alemania en zonas, y Berlín caía en
zona soviética, por lo que tuvo que contener a sus generales. Quién sabe si
esta decisión dejando vía libre a Stalin no tuvo funestas consecuencias durante
la Guerra Fría.
Suficiente tenía con la
rivalidad entre Patton y Montgomery
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En el lado occidental,
los alemanes habían gastado su penúltima bala con la ofensiva en las Ardenas en diciembre que tan solo había conseguido
frenar momentáneamente el avance hacia Berlín.
EL FRENTE OCCIDENTAL
El 1 marzo las tropas de
Patton toman la ciudad alemana de Tréveris y continuaron hacia el Rin donde
tendrían que unirse en Coblenza con las de Hodges. Habían conseguido tomar
el puente de Remagen (puente Ludendorff)
intacto, sobre el Rin cerca de Bonn, el día 7 pero acabó derrumbándose el día
17 por los daños sufridos. Los hombres de Patton cruzarían el río el día 22. Al
día siguiente comenzaría una ofensiva británica al mando de Montgomery más al
norte, la operación Plunder.
Un nuevo objetivo aliado
se presentó en la zona industrial del Ruhr donde se había formado una bolsa de
resistencia al mando del mariscal Model. Tenía
las órdenes del Führer de defender el Ruhr como
una fortaleza, pero a pesar de contar con algo más de 300.000 hombres era un
cuerpo con la moral baja y falto de combustible. El 17 de abril cuando todo
acabó, Model se suicidó y los aliados capturaron el mayor contingente de prisioneros
alemanes que se había logrado hasta el momento.
El 13 de abril había
fallecido el presidente Roseevelt uno de los baluartes
aliados en esta guerra. Goebbles pensó que esto haría virar el rumbo de la guerra y que les otorgaba uan remota posibilidad.
Al norte del Ruhr el 1
ejercito canadiense de Monty inició la liberación de Holanda. Lo que no
consiguió en septiembre del 44 con la Operación MarketGarden, lo conseguiría ahora, llegando a Arnhem el 15 de abril y al día
siguiente a Groningen.
IIº ejército británico
avanzó hacia la meseta norte alemana. Osnabrück cayó el 4 de abril y al poco
tiempo Bremen con una feroz resistencia alemana durante 9 días de lucha casa
por casa. El 11 de abril llegaron al Elba.
Según se iba produciendo
el avance tanto de estadounidenses como de británicos y canadienses se iban
descubriendo el horror de los campos de concentración nazis.
Al sur en Italia el avance
también era irresistible. Los alemanes intentaron atrincherarse en los Apeninos.
Pero al final la ofensiva del 9 de abril comandada por Sir Harold Alexander tuvo
su fruto. Ese día se produjo la primera rendición incondicional de
fuerzas alemanas en toda Europa y que fue efectiva el 2 de mayo.
El 26 de abril de 1945 se
produce un hecho relevante en la historia de la IIª Guerra Mundial, el
encuentro de tropas soviéticas y estadounidenses en el río Elba.
FRENTE ORIENTAL
Pocos días después del
desembarco en las playas normandas, el ejército soviético puso en marcha la Operación Bragatión, una demoledora ofensiva para
expulsar al ejército alemán del suelo de la URSS lo que los llevó hasta las
puertas de Berlín.
El 1 de abril Stalin
reunió a sus mejores comandantes con el objetivo de planificar el asalto a Berlín.
Los mariscales, G. Zhukov con un ataque
principal desde el Oder e I. Koniev más al sur, liderarían la ofensiva contra la capital con una fuerza de más de 2 millones de
hombres, 6. 000 tanques y fuertemente apoyados por la artillería y la aviación.
Enfrente esperaban 1 millón de hombres para defenderla.

Pero era un grupo
heterogéneo de combatientes, veteranos y fanáticos SS. Que se vería «reforzado»
por el Volkssturm
una especie de ejército del pueblo, una milicia integrada por ancianos, hombres
declarados no aptos y niños.
Antes de encarar la
ciudad Zhukov tenía que doblegar el último bastión alemán, los altos de Seelow.
Cuestión que retrasó el avance hacia Berlín. Sin embargo, quien aprovecha la
oportunidad fue Koniev que marchaba hacia la capital sin obstáculos apenas.
Stalin
avivó la rivalidad entre sus dos comandantes. Quería una carrera entre ellos
para tomar la ciudad.
LA BATALLA DE BERLIN
El 16 de abril Zhukov
inicia su ataque sobre Berlín. Pero la
resistencia fue encarnizada para sorpresa soviética que empleó todos los
medios a su alcance. A pesar de ello al final del primer día de asalto podía
considerarse un notable éxito defensivo.
Al día siguiente la
historia se repite, con la artillería machacando las posiciones defensivas el
desgaste de los defensores era evidente e iba aumentando. Ese segundo día aun
avanzado algunos kilómetros no consiguieron la ruptura. Pero los alemanes iban
agotando sus reservas. Los días pasaban, los soviéticos perdían muchos hombres,
pero podían sustituirlos, los alemanes no. El avance era muy lento, casa a
casa, pero era un avance. La suerte estaba echada.
Y en este infierno,
¿Dónde estaba Hitler? En su bunker se aferraba a su realidad muy alejado de lo
que estaba sucediendo. El día 20, día de su cumpleaños, se dejó ver por última
vez, demacrado, repartiendo Cruces de Hierro entre los jovencísimos miembros de las
juventudes hitlerianas. Sus generales le aconsejan huir al refugio de Berghof.
Pero quienes si huyeron serian Göring, Himmler y von Ribbentrop.
Con el avance de la
infantería soviética el pillaje, las ejecuciones y las violaciones de mujeres
se intensificaron. Haciendo terrible honor a las exhortaciones del escritor
soviético Ilyá Ehrenburg: «¡Maten! ¡Maten! En la
raza alemana no hay nada aparte de mal. ¡Acaben con la bestia fascista de una vez
para siempre en su guarida! Apliquen fuerza y rompan el orgullo racial de esas
mujeres alemanas. Tómenlas como su despojo legal. ¡Maten! Cuando su asalto
avance, ¡Maten, ustedes, bravos soldados del ejército Rojo!»
Solo quedaban 40.000
hombres para defender la ciudad y poco más de 60 carros que harían frente a
siete ejércitos atacantes. Eso sí, provistos del temible panzerfaust, proyectiles de carga hueca que
perforaban blindajes y que fueron el terror de los carros soviéticos. Se
calcula que unos 800 cayeron en Berlín por esta arma aquellos días.
El 25 abril se unen los
ejércitos soviéticos y se disponen al asalto final que comenzaría a las 5:30.
De nuevo apoyados por un intenso fuego artillero era repelidos por los
defensores. Se intentó penetrar en el centro de Berlín usando los túneles del
metro, pero tampoco fue efectivo.
El objetivo era el
Reichstag, símbolo del poder nazi según Stalin. El día 30 de abril comenzó su
asalto. Fue duramente golpeado por la artillería. Y por la tarde consiguieron
abrir una brecha para penetrar. La lucha en el interior fue cuerpo a cuerpo,
pero a las 22:50 los sargentos Yegorov y Kantaria izan la bandera roja en lo
más alto.
A tan solo unos
centenares de metros de aquel enfrentamiento, Hitler y Eva Braun, con la que se
acababa de casar el día anterior, se suicidaban.
Sus cuerpos fueron incinerados para evitar caer en manos enemigas. El almirante
K. Doenitz fue su sucesor.
LA CAPITULACIÓN
El 2 de mayo Helmut
Weidling, comandante de la defensa de Berlín, capituló. J. Goebbels y su esposa
después de envenenar a sus seis hijos se suicidan en el exterior de la
Cancillería.
El 7 de mayo en Reims el
general A. Jodl firma la rendición incondicional de todas las fuerzas alemanas.
Pero Stalin quería la humillación de los alemanes, así que revocó la firma de
su representante y exigió la firma de la rendición en Berlín. El 8 de mayo
Keitel firmó un segundo documento de rendición.
El conde von Krosigk,
titular de Asuntos Exteriores del gobierno fantasma de Doenitz,
pronunció el siguiente discurso en radio Flensburgo el 7 de mayo:
«¡Hombres y mujeres de
Alemania!
Al Alto Mando de las
Fuerzas Armadas, cumpliendo órdenes del Almirante Doenitz, ha firmado hoy la
rendición de todas las fuerzas combatientes alemanas (…)»
EL DÍA DE LA VICTORIA
El día 8 Truman se
dirigió al pueblo estadounidense: «Esta no es solo una hora solemne, sino
gloriosa (…) Nuestro regocijo está templado y restringido pro el conocimiento
del terrible precio que hemos tenido que pagar para librar al mundo de Hitler y
de sus malvados seguidores…».
Y W. Churchill a los
británicos: «Podemos permitirnos un breve periodo de regocijo, pero no
olvidemos por un momento el trabajo y los esfuerzos que nos aguardan».
Pero todavía no había
terminado la pesadilla. Japón continuaba luchando en el Pacífico hasta que las
bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaky pusieron el punto final al conflicto.
Unos días después de la rendición alemana tendría lugar la última batalla de la IIª guerra mundial en Europa, la batalla de Poljana en la actual Eslovenia.
Postdam
dibujó un nuevo mapa en Europa y comenzaba otro tipo de guerra muy diferente,
la Guerra Fría.
Tan solo quedaban los
juicios a los máximos responsables de la tragedia que se celebraron en Nuremberg y en Tokio
Fuentes:
La Segunda Guerra Mundial
1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia. Volumen 28: La caída
de Berlín
La Segunda Guerra
Mundial, Edit. Argos, vol II
Gran Crónica de la
Segunda Guerra Mundial, vol 15, Edilibro
Buen trabajo. Estupendo artículo.
ResponderEliminarMuchas gracias Juanjo, tus artículos me han ayudado un montón.
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