ESCIPION EL AFRICANO EN HISPANIA
Escipión el Africano lideró las fuerzas romanas en Hispania durante la Segunda Guerra Púnica tras la muerte de su padre y su tío, con el objetivo de expulsar a los cartagineses. Sus principales victorias en la península incluyeron la conquista de la fortaleza púnica de Cartagho Nova (actual Cartagena), la victoria en la batalla de Ilipa contra Asdrúbal Barca, y la toma de Gades (Cádiz). La muerte de los Escipiones en 211 a.e.c. fue un duro golpe para Roma, pero el liderazgo de Publio Cornelio Escipión cambió la situación tras la toma de Cartagena en 209 a.e.c. Escipión forjó alianzas personales con las élites locales, anticipando futuros métodos de control basados en fidelidad y amicitia.
LA LLEGADA DE ESCIPIÓN A LA PENÍNSULA IBÉRICA
Apiano explica que, tras la muerte de los Escipiones, los cartagineses ocuparon casi toda la Hispania, dejando a los romanos en una situación precaria. Mas allá de la posible exageración refleja la pérdida de control por parte de Roma de una gran parte de los territorios sometidos. En realidad, solo conservaron bajo su poder, significativamente, el área norte del Ebro.
A finales del año 210 Publio Cornelio Escipión llegó a Emporion. Era el hijo del fallecido cónsul. Cuando desembarcó y se puso al frente del ejército cotaba tan solo con 25 años, con poca experiencia no solo en el campo militar, no había desempeñado ninguna alta magistratura. Su experiencia militar se reducía a haber luchado al lado de su padre en la batalla de Tesino y después en la de Cannas. Su irregular elección como procónsul se debió a la influencia del llamado «círculo de los Escipiones» en Roma que apoyaron su candidatura conocedores de la opinión popular en la continuación y el éxito de la política expansionista.
Todavía no era conocido como el “Africano”, este título se le otorgaría en 202 con la toma de Zama.
Llegó con dos ideas principales, primero, conseguir la alianza de los pueblos autóctonos y segundo tomar la capital púnica en Hispania: Cartagho Nova. Para el primer objetivo Escipión convocó una asamblea de los pueblos aliados. En este conventus, Escipión acordó nuevas disposiciones con los aliados, aprovechando el trabajo previo de su padre y su tío con los vínculos que habían establecido con estos pueblos y la red de relaciones clientelares que habían tejido. Conseguida esta estabilidad, acometería el segundo objetivo.
OBJETIVO: CARTHAGO NOVA
Organizó un ejército de 25.000 infantes y 2.500 de caballería aprovechando que los cartagineses estaban divididos en tres ejércitos y alejados de esta zona. Se presentó en tan solo siete días a las puertas de la ciudad.
Polibio comenta que Carthago Nova ( Qart Hadasht para los púnicos) era el único puerto en toda Iberia apto para una armada naval, importante para una conexión con África, donde se almacenaban el dinero y los avituallamientos de los ejércitos púnicos y además se encontraban los rehenes capturados por los púnicos, clave posteriormente. La ciudad dominaba un distrito minero de gran productividad y solo estaba defendida por mil hombres. Todo ello hacía de Carthago Nova una presa relativamente fácil y de muy alto valor.
Previo al asalto a la ciudad, Escipión analizó exhaustivamente todas las alternativas
Estableció su campamento justo en frente del istmo, único acceso por tierra, y bloqueó con su flota a la salida del puerto. Con dos mil hombres emprendió el asedio y posterior asalto con escalas a la muralla. Pero no lograron doblegar la defensa por lo que tuvieron que retirarse. El siguiente paso fue atacar conjuntamente la zona del istmo y el flanco pantanoso. Supo aprovecharse de la bajada del nivel del mar por la marea y atacar la parte de la muralla exenta de defensa que no esperaba un ataque en aquel lugar. De esta forma consiguieron abrir las puertas al resto del ejército.
Escipión dio orden de saqueo, y, como era costumbre en el mundo antiguo, las tropas arremetieron con gran violencia contra los habitantes de la ciudad que quedó a merced del pillaje. La ciudad había sido tomada con gran rapidez y habilidad, y el botín obtenido fue espectacular: más de 200 páteras de oro, 18000 libras de plata trabajada o acuñada, gran cantidad de trigo y cebada, naves de carga, metales como cobre o hierro, esparto etc.
EL TRATAMIENTO DE LOS REHENES
Escipión tomó una iniciativa que le garantizaría el éxito a corto plazo. Liberó a los rehenes, unos 300, a cambio de obtener la alianza de sus pueblos. Siguiendo a Polibio, entregó a cada una de las jóvenes retenidas joyas y alhajas, y a los varones puñales o espadas, testimonio claro de la existencia de vínculos de reciprocidad y hospitalidad entre los nobles indígenas que Escipión utilizaría para articular sus alianzas.
Por Dion Casio sabemos que envió a casa, si rescate, a todos los rehenes, con lo que se ganó la adhesión de muchos pueblos y reyezuelos. Como el caso de los ilergetes y sus caudillos, Indíbil y Mandonio. Escipión utilizó a las hijas y la hermana de Indíbil, esposa a su vez de Mandonio, rehenes en Cartagena, para pactar una alianza con los ilergetes, que habían desertado del bando púnico. Indíbil, al que entregó 300 caballos, según cuenta Polibio, aseguró que sabría guardar la fe a los romanos, manteniendo su amistad.
Pero hay más ejemplos parecidos, como el del celtíbero Alucio o el de Edecón, rey de los edetanos que se pasó a la causa romana en agradecimiento por la devolución de su esposa e hijos.
Escipión reforzó esta política de captación, que ya había utilizado su padre, y pactó con las elites indígenas, una política de promoción de su poder personal y de emulación carismática. Utilizó aquellas instituciones clientelares y relaciones de dependencia que ya existían en el mundo indígena, adaptándolas a sus necesidades.
ALIANZAS CON LOS PUEBLOS INDÍGENAS: DEVOTIO y AMICITIA
En las culturas indígenas existían relaciones personales de dependencia que solían simbolizarse con el intercambio de regalos. Un individuo, generalmente de origen noble o aristocrático, quedaba subordinado a otro tras recibir un obsequio, generando así una deuda de obediencia hacia quien lo entregaba. Además, el regalo representaba hospitalidad y sellaba alianzas entre miembros de la nobleza de distintas comunidades, quienes contraían compromisos personales de ayuda mutua, incluso por encima de sus obligaciones frente a su propio pueblo. Estas formas de dependencia —incluyendo la fidelidad y la devotio, características de sociedades aristocráticas— fueron aprovechadas por Escipión para establecer una red de alianzas y acuerdos originalmente de carácter personal, pero útiles para consolidar su dominio sobre los pueblos indígenas. Al crear lazos personales con las élites, lograba asegurar tanto el respaldo como el control de estas comunidades.
Un caso emblemático sería el de Edecón, rey de los edetanos, antes mencionado. Escipión estableció con él una amistad -amicitia- un tipo de relación de dependencia más flexible, pero en el que Escipión mantenía sin duda una preeminencia. De esta forma, Escipión fue obteniendo el apoyo de la mayor parte de los pueblos hispanos, y a la inversa, las élites locales veían reforzada su posición jerárquica frente a los suyos, al contar con la ayuda y el prestigio del patrón romano. Se iban adaptando a las pautas económicas y sociales romanas.
Estos pactos de fidelidad personal no eran eternos y algunos años después, en 206 a.e.c., cuando Escipión cayó enfermo y se rumoreó que había muerto, Indíbil y Mandonio, liberados de su compromiso, saquearon los territorios de otros pueblos aliados, por lo que debieron ser sometidos por la fuerza. Tras la derrota, Indíbil envió a Mandonio a pedir clemencia, lo que dio lugar a que se estableciera una relación de devotio, un vínculo de dependencia extrema. Livio explica que Mandonio, al presentarse ante Escipión, se abrazó a sus rodillas y le entregó formalmente su vida y la de Indíbil, esperando que si se les concedía se las consagrarían perpetuamente a su servicio.
TRAS LA TOMA DE CARTHAGO
Después de la toma de la ciudad, Escipión puso sitio a la ciudad de Baria, actual Villaricos. La conquista de estas dos ciudades supuso a Escipión arrebatar a los cartagineses el dominio de las dos zonas más rentables, por sus riquezas mineras y pesqueras, además de ocupar en su provecho el mejor puerto de toda la costa ibérica, bien comunicado con la península itálica y el norte de África.
En el año 207 a.e.c. Escipión volvió a tener que enfrentarse a los cartagineses ya que el general Hannón había cruzado el Estrecho con un nuevo ejército para sustituir a Asdrúbal. Se unió a Magón organizó un potente ejército de celtíberos, que al final tuvo que claudicar y huir a Gadir.
Escipión adoptó una estrategia de prudencia evitando desgastarse en el asedio de muchas ciudades logrando conservar sus fuerzas para posibles contingencias. Salvo en el asedio de Auringis capitaneada por su hermano Lucio a quien envió un nutrido contingente de tropas, y es que esta ciudad tenia minas de plata en sus proximidades.
En el año 206 se entra en la fase final del enfrentamiento entre Roma y Cartago en la Península Ibérica cuyo punto culminante fue la batalla de Ilipa (Alcalá del Río). Asdrúbal con 70.000 infantes, 4.000 jinetes y 32 elefantes se enfrentó a Escipión. Gracias a su política de alianzas, consiguió que Cuicas (o Cluchas dependiendo de las fuentes) reyezuelo que dominaba la zona aportara al ejército de Roma un contingente considerable de tropas, que resultaron claves en la victoria romana.
Escipión sabia cuidar la fidelidad de sus tropas, preocupándose de ellos como hizo con los heridos en Ilipa los acabara instalando el Itálica. Y lo sabemos por Apiano, pero esta era una solución habitual en los años finales del siglo II a.e.c. Como que se utilizaran las casas particulares para este menester. Pudo haber sido una medida temporal. Esta instalación de soldados, si es que realmente se produjera, no repercutió en la estructura física del poblado ni dejó otras huellas arqueológicas. «Carece de sentido pensar que Escipión fundara un establecimiento en un territorio cuya conquista definitiva aun no se había decidido en Roma (…). Tampoco la onomástica permite documentar la existencia de relaciones clientelares, o de otro tipo, entre Escipión y los habitantes del oppidum hispano después llamado Itálica» (Aurelio Padilla Monge, Escipión e Itálica)
Fuentes:
La Historia en su lugar, volumen 8 331 Las campañas de Escipión el Africano en Hispania. Oriol Olesti Vila (Universidad Autónoma de Barcelona)
Las guerras en Hispania y su importancia para la carrera militar de Aníbal, de Escipión el Africano, de Mario, de Cn Pompeyo, de Sertorio, de Afranio, de Terencio Varrón, de Julio Cesar y de Augusto. José Mª Blázquez Martínez. versión digital, Gabinete de Antigüedades de a Real Academia de la Historia
Webgrafía:
https://historiaeweb.com/2020/05/07/escipion-el-africano-en-hispania/
https://www.despertaferro-ediciones.com/2015/proyecto-de-arqueologia-experimental-via-scipionis-tras-los-pasos-de-escipion-el-africano/
Para saber más
La toma de Carthago Nova por Publio Cornelio Escipión ¿leyenda o realidad? David Fernández Rodríguez. POLIS Revista de ideas y formas políticas de la Antigüedad Clásica 17, 2005, pp 31-72
Escipión e Itálica: algunas notas. Aurelio Padilla Monge (Universidad de Sevilla) POLIS Revista de ideas y formas políticas de la Antigüedad Clásica 29, 2017, pp 69-100




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