BREVE HISTORIA DE LAS LEGIONES ROMANAS
Una de las fortalezas de Roma desde su expansión inicial a su poderío durante el Imperio fueron sus legiones. Su ejército fue evolucionando a lo largo de los siglos, en algunas ocasiones reforzado por sus correspondientes reformas. Hay unanimidad entre los investigadores al considerar que desde la reforma de Servio Tulio (mediados del siglo VI a.e.c.) hasta finales de la República, los legionarios, de acuerdo con sus posibilidades económicas, se equipaban a sí mismos para la guerra, aunque ahora veremos matices a esta teoría.
Todo ciudadano romano estaba obligado a prestar servicio durante un tiempo determinado en el ejército. Durante los primeros siglos el ejército romano fue un ejército cívico que solamente debía devoción al Estado. Con las reformas de finales de los siglos II y I a.e.c. el ejército se profesionalizó y con ello su intervención en la vida pública fue en aumento.
Las legiones fueron claves, primero para el proceso de expansión y, posteriormente, para el de consolidación de territorio. Además de tener mucho papel en el factor de romanización en sus conquistas.
Veremos cuales han sido estos cambios y su evolución.
LA MONARQUÍA
Como decía al principio, en su origen las legiones las formaban ciudadanos romanos que podían costearse su equipo militar. Aunque hubo situaciones excepcionales que han quedado documentadas. De esta forma, por ejemplo, el profesor Fernando Quesada adopta una postura intermedia, admitiendo esa posibilidad de que el estado romano pudiera equipar a sus propios ciudadanos para la guerra, pero restringiendo esta eventualidad a casos puntuales, donde, o bien el Estado entregaba a los ciudadanos armas previo pago de su coste, o bien, en situaciones de emergencia, este adquiría el equipo militar necesario y lo distribuía entre sus legionarios.
La primera referencia literaria que tenemos donde se nos indicaría que el estado romano equipaba para la guerra a sus ciudadanos, se sitúa durante el reinado de Tulio Hostilio (673-642 a.e.c.), cuando estalla un conflicto con los sabinos. También hay constancia documental de que Lucio Tarquinio Prisco (616-578 a.e.c.), antes de emprender una campaña militar contra los etruscos, arma a todos los romanos que participan en la expedición.
Durante el reinado de Servio Tulio (578-535 a.e.c.) esta costumbre continuaría. Y Dionisio de Halicarnaso relata las reformas servianas describiendo la organización militar de la infantería y la caballería romana, explicando cómo se reclutaba al ejército y cómo se financiaba el gasto que suponía armar a los reclutas para la guerra.
Gracias a Livio y a Dionisio de Halicarnaso sabemos que Servio Tulio fue el primero en organizar el censo en el cual se registraban los nombres de los ciudadanos, su capacidad económica, sus mujeres e hijos, edades y la tribu a la que pertenecen. La capacidad económica va a ser fundamental en este periodo, ya que el Estado obligará a pagar un impuesto para la guerra.
Nos encontraremos con una evolución al final de la época monárquica que llegará a momentos de la República que supondrá que el modelo del ejército romano cambie hasta convertirse en un ejército profesional y a tiempo casi completo.
En esta época no hablamos de un ejército completamente blindado con armas de los pies a la cabeza, si no de un cuerpo militar que sólo los nobles y jefes tienen armamento de bronce, mientras que la mayoría del resto de unidades van armados con palos, lanzas, utensilios de labranza usados como armas, quizás alguna espada, pero de forma muy puntual, sin nada o apenas elementos defensivos, quizás un casco de cuero, algún cinturón ancho, y utilización de vendas de paño, lino, lana, para brazos y piernas.
Con la llegada del hierro el equipamiento, de al menos aquellos que se lo podían permitir, empezaba a ser mas completo y apto para el combate: grebas, coraza, escudo, casco, lanzas, espadas, hachas, puñales, empiezan a configurar la panoplia militar.
LA REPÚBLICA
El ejército de los inicios republicanos se va adaptando en equipamiento y técnicas de combate a medida que el enemigo es distinto, las necesidades son otras, etc. lógicamente de forma muy lenta, pero este sería uno de los grandes éxitos del ejército en Roma, la adaptación y evolución. Esta será, de todas formas, notable, en un principio será una leva voluntaria de ciudadanos y aliados y luego será obligatoria. Primero basada en milicias lideradas por un noble, como ejércitos cuasi privados que se completaban con tropas aliadas. Después ya se hizo un destacamento más estatal, pero basado en levas obligatorias clasificadas según el censo y economía.
Con la llegada de la República a Roma, la función de armar a los legionarios competería a los dos cónsules que además de organizar el reclutamiento de los ciudadanos para la guerra serán los encargados de supervisar los preparativos financieros y logísticos necesarios, junto con el suministro de trigo para el ejército y el acopio de armas para los legionarios.
Cuando en el año 406 a.e.c., el estado romano establece como norma fija que los legionarios, a partir de este momento, comiencen a recibir una paga por servir en el ejército, al impuesto de guerra ya existente, se viene a sumar un nuevo impuesto destinado a financiar la paga legionaria (stipendium tributum). De esta forma en relación con los asuntos militares, el estado romano recaudaría dos impuestos, el de guerra, destinado a sufragar los costes de una campaña militar (armas, pertrechos de guerra, alimentos, etc.) y el impuesto para la paga de los legionarios.
El suministro de armas por parte del Estado está acreditado durante la II Guerra Púnica incluso ante situaciones de emergencia, como son las semanas posteriores al desastre de Cannas (216 a.e.c.), cuando todo el mundo temía un ataque de Aníbal a la urbe.
Al principio de la República existe una legión de unos 4.500-5.000 hombres, con dos tipos de infantería, una ligera y una pesada. Y siguiendo a Polibio se trata de ejército manipular o consular, dividido en manípulos y las legiones eran lideradas por los cónsules. Los manípulos son unidades de unos 120 soldados de un tipo de infantería que serán el origen de la organización posterior del sistema de cohortes. El ejército manipular del s. IV-III a.e.c. representa ese paso intermedio entre el sistema de clases sociales y edad y el ejército profesionalizado donde el estrato social era irrelevante. Los manípulos se organizaban en tres líneas distintas de batalla (triplex acies) basadas cada una en un tipo de infantería pesada: hastati, princeps y triarii y una ligera que eran los velites; además de una caballería.
Respecto al equipamiento de los legionarios en época alto-republicana sabemos que los triarii portaban un casco etrusco-corintio y podían portar una cimera o plumas; también portaban una coraza metálica pesada; dos grebas en las piernas; el escudo sería del tipo aspis griego o clípeus. Para el ataque usaban una lanza como arma principal y una espada.
Los princeps llevaban un casco que empezará a ser muy común a lo largo de la República, un tipo Montefortino; armadura de discos o cuadrado; una greba en la pierna izquierda (esto se debe a que es la pierna que llevan adelantada, exponen más al enemigo y crea un muro junto con su escudo, también esta protección en la pierna le protege de posibles golpes del escudo); un escudo oblongo alargado; y para atacar, una espada y dos pilum (lanza o jabalina) para ser lanzados. Los hastati tienen un equipamiento similar a los prínceps.
Los velites son la infantería más ligera y llevaban, según Polibio un equipo más humilde por ser los más jóvenes y pobres. Casco, sin armadura, escudo de y como armas ofensivas, varios venablos o hastae velitares. Por último, los equites son las unidades de caballería que implicaba mayor capacidad económica, su equipo era más completo.
Los cartagineses de Aníbal mostraron a Roma la necesidad de un ejército más profesional con el que poder enfrentarse a estos nuevos desafíos y que serán necesarios como nuevo punto de partida a reformas posteriores que vendrán a lo largo de la tardo república.
Aparecerá un nuevo armamento y equipación, que llegará a Roma tal vez muy a finales del s. III- II a.e.c. con cotas de mallas o lorica hammata. También el uso del casco Montefortino en sus distintas variantes; un escudo alargado propio de los pueblos norte itálicos como es el que será el scutum republicano tan conocido y que tendrá su propia evolución. Se incorporará el pugio (puñal como arma secundaria), clave en las distancias cortas, cuando la espada no pueda usarse. Y sobre todo la incorporación de un tipo de espada llamada gladius hispaniensis.
Respecto a la organización militar, nos encontramos con una organización manipular, que seguramente ya viene funcionando desde el s. IV a.e.c. con las guerras samnitas, que se dividía en dos centurias de unos 80 hombres.
Los velites, la infantería ligera eran unos 1.200 y cubrían todo el frente de la legión. En batalla, estaban destinados a hostigar a las tropas enemigas mediante escaramuzas, para minar su moral y romper la formación. Los hastati, había sido incrementado por legión a 1200, formando diez manípulos de 120 hombres cada uno. Los princeps, formaban en 10 manípulos de 12×10, en dos cuadros de 12×5, unos 1200 princeps y por último los más veteranos, los triari, que eran unos 600 hombres.
LAS REFORMAS DE CAYO MARIO
La primera reforma consistía en la eliminación de la inclusión en el ejército por censo, es decir, se pudo incorporar a filas todos aquellos pobres que no tenían propiedades ni tierras, denominadas capite censi, y debido a su pobreza no podían hacer frente de la compra de armamento, por lo que Mario consiguió que el Estado proporcionase el equipamiento, que irían pagando a plazos con la paga del ejército.
Ofreció a la gente sin trabajo un empleo dentro del ejército, con salario asegurado como soldados profesionales y la oportunidad de ganar más riqueza con los saqueos en campaña. De esta forma también se abrieron las puertas para el ascenso fluido de estatus de vida y obtener propiedades. El contrato de pertenencia al ejército era por unos 25 años. Una parte de esta reforma fue que logró introducir los beneficios por jubilación a los soldados en forma de tierras de alguna zona conquistada y una pensión. Incluso se garantizó a los aliados itálicos la ciudadanía romana completa.
Otra reforma de Mario fue la estructura militar, no se consiguió homogeneizar el equipamiento militar en todos los casos, pero la armadura sí es verdad que será la misma, lorica hammata. Lo que si desapareció fue la división de la infantería en secciones concretas: hastati, princeps, triarii y velites. Pasando a ser un cuerpo homogéneo de infantería legionaria pesada, sin importar la edad o distinción del armamento. Los velites, poco eficaz durante las guerras púnicas, se sustituyeron por contingentes de auxiliares, agrupándose según su origen étnico y conservando su estilo peculiar de combate. Algo que perduraría el resto de la historia romana.
La legión se conformaría ahora entre 5000 y 6000 hombres, de los cuales 5000 sería el número estándar de combatientes, mientras que otros 1000 sería de personal administrativo, logístico, etc. Se crearon unas nuevas subunidades, las cohortes.
Cada cohorte estaba formada por seis centurias, y dado que el número de hombres por centuria se había reducido de 100 a 80, la cohorte agrupa a 480 soldados. Diez cohortes de 480 hombres. La diferencia para llegar a esos, más o menos, 6.000 hombres, se encuentra en la primera cohorte, que es una unidad doble de 800 hombres.
Cada centuria estaba a su vez dividida en 8-10 contubernia, formado por 8 hombres. Cada centuria actuaba por sí sola, como una unidad completa, bajo el mando de un centurión y ayudado por un suboficial, optio y al final de línea estaba otro suboficial, el tesserario. De dos a seis legiones juntas constituían un ejército.
Desde este momento, las cohortes, sustituyen a los manipula como unidad táctica básica. Aunque el manípulo seguirá existiendo, pero como unidad inferior a la cohorte. El centurión mayor de la legión es llamado primus pilus, un soldado de carrera y asesor del legado. Un tribuno militar dirigía dos cohortes de una legión.
Para facilitar los desplazamientos Mario decidió eliminar el lento convoy de bagajes, que además de retrasar las marchas constituía una tentación para el enemigo, e hizo que cada soldado llevase al hombro y espalda su equipo necesario (armas, alimentos, herramientas, etc…). De tal forma que aumentó el peso de carga del legionario pasando a llevar cerca de los 40kg cada uno. A esto se les denomino popularmente “las mulas de Mario” que continuaría durante todo el imperio también. Así se ganó movilidad, ya que no dependías de las mulas reales y carros para llevar el cargamento.
Tras la reforma de Mario aparecen ya cuerpos irregulares de caballería que reciben el nombre de auxilia, siendo disueltos al finalizar las campañas. Pero es tras la guerra social (91-89 a. C.) cuando los auxilia reciben el impulso definitivo al desaparecer las Alae Sociorum (cuerpos de caballería de los aliados, que ahora se convertían en romanos, gracias a la imposición de la ciudadanía romana). Igualmente, cuerpos de arqueros, honderos y caballería son reclutados, muchas veces mediante levas forzosas, entre los diferentes pueblos del Mediterráneo. No obstante, fue César quien sentó las líneas básicas de lo que luego serán los auxiliares imperiales al reclutar entre galos y germanos unidades de caballería.
Pero las reformas de Mario solventaban un problema a corto plazo y sembraron la semilla de muchos problemas en el futuro. Esta profesionalización hizo que los soldados se identificaran con sus generales y estos se aprovecharan de ellos para conseguir beneficios propios. Llegamos a J. César, Pompeyo, Marco Antonio, Craso o Lépido que se encontraron con un ejército, el que Mario ya comenzó a crear, y que ahora se hace más notorio, que son los ejércitos profesionales y personales del general. Las legiones juran fidelidad al general. Dependen del general, de sus decisiones, de su logística monetaria y dependerán por fides (fidelidad) a querer luchar por un general u otro. Por ello, en las guerras civiles romanas, entre otros motivos políticos, supuso la aparición en el escenario de ejércitos fieles al general sin importar el Estado romano. Ahora se luchaba por un general y sus pretensiones políticas.
Así terminó la República, por las pretensiones políticas, económicas y sociales que hicieron asesinar a J. César y provocar una nueva guerra civil entre los partidarios de Bruto y C. Longino y entre los de Marco Antonio y Octavio, que culminaría con la derrota de los tiranicidas y finalizaría con otra guerra civil por el control del imperio entre Marco Antonio y Octavio, con la victoria de éste y la proclamación de una nueva etapa en la historia de Roma.
EL IMPERIO. LAS REFORMAS DE AUGUSTO
Hablamos de reformas, pero más bien lo que sucedía, ya se ha comentado, era que el ejército romano a lo largo de su existencia fue evolucionando y adaptándose a las necesidades del momento. El ejército republicano, formado por reclutas forzosos, fue muy útil durante las guerras de conquista en la península itálica, pero cuando comenzó la expansión por el Mediterráneo este modelo ya no servía. Lo soldados obligados a equiparse a su costa, tenían que pasar demasiado tiempo fuera de sus hogares y granjas; lo que muchas veces provocaba la ruina de las familias por esa larga ausencia del cabeza de familia y provocaba renuencia a servir en el ejército. Mario hizo el ejército más profesional y Augusto tras las guerras civiles se vio en la necesidad de hacer ese ejercito más profesionalizado en una fuerza permanente para proteger las provincias del Imperio.
Al inicio de su mandato se encontró con un territorio inmenso en el que estaban asentadas unas sesenta legiones, en muchos casos incompletas y compuestas por efectivos heterogéneos. Procedió a licenciar la mayor parte, siendo las más recientes, las más incompletas y las que no formaron parte de su banco en la guerra, las más proclives a desaparecer. Conservó 28 (perdería 3 en Teutoburgo). En las Res Gestae afirma que licenció a 300.000 hombres veteranos de las guerras civiles asignándoles tierras o dinero como recompensa a su servicio. Como ejército de protección, fue estacionando en los territorios del Imperio aun no pacificados completamente o expuestos a invasiones. Las legiones no se situaban en la misma frontera, como posteriormente pasó, sino en el interior de las provincias ya que tenían unidades móviles, vexillationes. Unidades que se repartían entre varios puntos y eran llevados, bien a completar otras legiones o a realizar acciones contra revueltas, conflictos de menor importancia en las zonas interiores del imperio o alguna fronteriza.
Rara vez iban solas al combate, iban acompañadas de tropas auxiliares. Estos grupos muy a menudo o igualaban o incluso duplicaban al número de la propia legión. Se formaban con soldados sin ciudadanía romana con la promesa de conseguirla al finalizar su tiempo de servicio y complementaban al ejército romano en todo en lo que este fuera deficitario. Fundamentalmente la caballería, gran lacra romana, arqueros, honderos…. Solían agruparse por etnias y con sus propios suboficiales. Pero con el paso del tiempo cuando la unidad se va regenerando ya no tiene nada que ver el origen étnico de sus fundadores.
Augusto regularizó las condiciones del servicio militar, quería evitar cualquier tipo de lealtad que no fuera hacia el Estado y a su persona. Alargó la duración del servicio para disponer de un ejército totalmente profesional. En un principio eran 16 años de servicio activo a los que había que sumar otros cuatro más como veterano en una reserva activa, participando como soldado en una unidad militar, o bien en reserva sin acción. Una vez licenciados eran recompensados con tierras públicas. Pero con el tiempo esto se convirtió en una carga cada vez más pesada para el Estado, porque, por ejemplo, cada vez fueron escaseando los terrenos y porque el propio Estado intentaba recortar gasto. Desde el 5 a.e.c. Augusto, para evitar esta carga, aumenta de 16 a 20 años el tiempo de servicio y de 4 a 5 como veterano. Y además la propia distinción entre veterano y no veterano se minimizó. 25 años de servicio, si consideramos la esperanza de vida de aquel tiempo, significaba que a jubilados llegaban muy pocos.
Augusto ordenó la cadena de mando. Cada legión estaba liderada por un legado de rango
Otra de las medidas adoptadas por Augusto fue la prohibición de casamiento de los legionarios, no para los mandos de alto rango, con el objetivo de que no tuvieran apego o arraigo territorial o familiar. Lo que no significaba que tuvieran mujeres e hijos, viviendo en régimen de concubinato, acreditado documentalmente en los campamentos, pero estos matrimonios no tenían ninguna validez legal. Esta situación tan irregular tendió a legalizarse y mediados de siglo I, con el emperador Claudio.
El ejército ya no son solo las legiones, Augusto crea una guarnición en Roma, formada por cuerpos que sumaban 10.000 hombres, repartido entre la propia capital como las localidades de alrededor. Estos cuerpos serian la Guardia Pretoriana, las cohortes urbanas, las cohortes de vigiles y una unidad reclutada entre bárbaros, los Germani corporis custodes. La Guardia Pretoriana estaba formada por los mejores legionarios y cobraban más, era un cuerpo leal al emperador, cuerpo de élite, destinado a su protección compuesto en 9 cohortes. Las cohortes urbanas, en un primer momento serian tres de unos 500 hombres cada una. Tenían fundamentalmente la obligación de mantener el orden en la ciudad, una función policial. Los vigiles tenían la función de encargarse de la seguridad durante la noche y apagar los fuegos, una especie de bomberos, muy útiles en Roma teniendo en cuenta las construcciones de madera y la cantidad de incendios que se producían. Constaban de siete cohortes con, posiblemente, mil hombres cada una. Los Germani corporis custodes, también guardaespaldas del emperador, se consideraba que al no ser romanos habría menos probabilidades de traición. Tras el desastre de Varo en el bosque de Teutoburgo fueron disueltos siendo posteriormente reconstituidos en el año 14.
En tiempo de paz las legiones ocupaban su tiempo en prepararse para le guerra, en primer lugar, con duros entrenamientos. También se les encargaba tareas policiales, controlando buena parte de las carreteras y vías fluviales, en claras funciones de represión del bandidaje, una de las mayores lacras del Imperio. Podían servir como auxiliares en la justicia y por último también la mera administración de los campamentos militares.
En esta primera fase imperial la equipación legionaria, gracias a las reformas del propio Augusto tendrá modificaciones. Cambios que lógicamente fueron progresivos, y por consiguiente, vamos a tener en la misma legión algunos elementos de época republicana que se conjugan con elementos nuevos. En cuanto a las armas ofensivas seguían utilizando a principios el gladius Hispaniensis pero en poca proporción, mientras que eran más comunes la espada tipo Pompeii, Mainz y Fulham o Sisak. Se sigue utilizando el pugio y el pilum El casco sufre también su evolución, aparece uno tipo gálico que va a dar lugar a una serie de protecciones posteriores que harán que el casco evolucione a tipos más complejos, según el enemigo al que nos encontremos. Respecto a la armadura, ahora se extiende el uso completo del tipo de armadura tardo republicana, es decir, la cota de mallas lorica hammata, sin embargo, aparece un tipo de armadura nueva que se encontró a raíz del desastre de Teutoburgo de Varo del año 9 d.C. la lorica segmentata de tipo Kalkriese. El escudo, otro de los elementos que cambian en esta época. A diferencia del escudo alargado con borde elíptico ahora tenemos un escudo prácticamente rectangular pero que realmente duró poco, de hecho, fue con el siguiente emperador Tiberio quien empezó a instaurar un modelo de escudo más desarrollado que es el que conocemos típico de las legiones romanas. El motivo por el que los bordes del escudo cambian responde sencillamente a la técnica de combate y al nuevo modelo de armadura que se va implantando en las legiones, la lorica segmentata.
En definitiva, el ejército que deja Augusto, las legiones y los cuerpos auxiliares, es un ejército profesional, bien nutrido, formado con experiencia, bien organizado, basada su eficacia en un duro entrenamiento y en su estructuración, una maquinaria de guerra cercana a la perfección. Adaptando sus necesidades a escenario bélico en el que estaban luchando. La disciplina y la profesionalidad permitía «matar sin dejarse matar». Esta idea consistía en la capacidad de las legiones y sus integrantes de controlar el pánico, algo no siempre fácil en combate, y mantener la formación.
Adriano, a pesar de su reconocido pacifismo destacó más por su afición a la filosofía estoica y epicúrea, realizó alguna reforma en el ejército. Creó un nuevo tipo de unidad, el Numerus, compuesto de tropas bárbaras o muy poco romanizadas con sus propios jefes y tácticas militares. En esta época estas unidades fueron pocas. Este reclutamiento local era menos costoso y garantizaba la lealtad de las tropas al luchar en su propio terreno. Por el contrario, se corría el peligro del aumento de un considerable aumento de ejércitos regionales peligrosos para la estabilidad y unidad política del Imperio.
En el siglo II el papel de las legiones pasa a ser fundamentalmente defensivo, protección de las fronteras. Para eso necesitaba tropas más móviles, infantería ligera y caballería. Aparecerían pequeñas unidades, numerii, cuerpos de unos 300 soldados irregulares y eran reclutados de las provincias subyugadas, así como de los ciudadanos de los estados-clientes o de más allá de los límites fronterizos del estado. O los vexillationes, la legión podía dividirse en grupos más pequeños de tropas según se requería.
La lanza empieza a desplazar el pilum; se desarrolla mucho el venablo ligero y la lanza pesada, asta, de unos 2 metros de longitud. Se va abandonando la espada corta, gladius, por la spatha, más larga. Se desarrolla enormemente el arco y aparece la artillería de campaña. Los cascos seguirían evolucionando y aparecen las cubrenucas. Y en la caballería conoceremos los Catafractos, caballería armada y pesada.
LAS REFORMAS DE SEPTIMIO SEVERO
Entramos en la dinastía Severa inaugurada por el emperador Septimio Severo. Fue un príncipe esencialmente militar. Hizo del ejército la base efectiva de su sistema gubernamental. Tal vez sea su reforma militar la obra más característica y notable de su principado.
Debilitó la Guardia Pretoriana, creando nuevos cuerpos militares establecidos en Roma. Pasó a tener elementos componentes de los ejércitos provinciales y dejando de ser algo propio y especial de la capital del Imperio.
Reforzó el ejército con una buena parte de los presupuestos del Estado que fueron dedicados al cuerpo militar, que incrementó en efectivos y se crearon nuevas legiones (I, II y III Parthicae) cuyos mandos se dieron a prefectos ecuestres.
Concedió al ejército numerosos privilegios:
• Aumentó considerablemente la soldada y las prebendas
• Se estableció el derecho a contraer matrimonio mientras los soldados cumplían el servicio militar. Con este derecho de connubium a los soldados permitía a sus mujeres e hijos alcanzar el derecho de ciudadanía de una forma automática.
• Para su promoción se facilitó el acceso a los grados superiores y el paso a la administración civil. Estableció una nueva carrera dentro del orden ecuestre donde no había separación ni diferencia entre civiles y militares.
Concedió, además, a los soldados fronterizos tierras: prata, a fin de que subsistieran con una economía arraigada en sus propias tierras.
Mejoró la annona militaris (abastecimiento de trigo y aceite) organizándola oficialmente como una institución. Solucionó el problema creado por la devaluación de la moneda, pues a los soldados con la annona militaris les era indiferente que los precios oscilaran al alza al recibir directamente los artículos. Por el contrario, provocó un empobrecimiento de los agricultores en favor del ejército.
Creo las cannabae, residencias civiles para los militares en horas en que no estuvieran de servicio.
Su idea era integrar totalmente la vida civil con la militar, pero lo que consiguió fue militarizar la vida civil.
Su hijo Caracalla extendió la ciudadanía romana a todos los habitantes del Imperio, mediante la Constitutio Antoniniana del año 212 Desde el punto de vista militar, esta norma puso fin a las diferencias entre las legiones, formadas por ciudadanos, y los regimientos de auxiliares. Durante los siglos I y II las legiones eran un símbolo de la preeminencia de la nación italiana frente al resto de ciudadanos del imperio. Sin embargo, durante el siglo III ya no había ninguna diferencia social que hiciera a los italianos superiores a sus camaradas auxiliares.
En el plano armamentístico, el equipo sufre una evolución, principalmente en el casco y escudo. Para el primero se crea uno denominado tipo Niederbieber. Ahora tenemos un escudo que, si antes era utilizado por las tropas auxiliares, clipeus, en ese momento será extendido a la tropa legionaria.
Comenzaba también a cambiar la vestimenta. De una túnica de manga corta o larga (para zonas de frío) aparte de bracae (pantalones) aunque dijera Catón que es de bárbaros y un tipo de gorro conocido como el gorro panonio (pileus pannonicus).
BAJO IMPERIO
La principal fuente de información que tenemos para el estudio de la rama militar bajo imperial es la Notitia Dignitatum, documento oficial que enumera toda la jerarquía de cargos tanto políticos o civiles como militares.
Los bárbaros procedentes de fuera del Imperio probablemente aportaban una mayor proporción de reclutas que durante los siglos I y II, aunque existen pocas evidencias de este hecho. Las legiones fueron divididas en unidades más pequeñas, comparables al tamaño de los regimientos de tropas auxiliares del principado. En paralelo, la armadura y el equipo de los legionarios fue abandonado en favor del de los auxiliares. La infantería adoptó el equipo más protector de la caballería del principado.
Vivimos en la época de la Tetrarquía y sus dirigentes eran ante todo militares. Una de sus primeras preocupaciones fue ocuparse de las necesidades del ejercito y de la defensa de las fronteras, especialmente de las mas amenazadas del Imperio. Se abandonó el sistema estático de defensa lineal, basando la defensa en una red de fortificaciones a uno y otro lado de la línea del limes, denominados strata diocletiana. Situadas en lugares estratégicos unidas entre si por buenas calzadas cuya estructura viaria agilizaban las comunicaciones y el paso del ejército.
Los efectivos totales del ejército fueron duplicados. Necesario porque la multiplicación de las provincias haría que las fronterizas no llegasen a contar más de dos legiones de infantería y dos formaciones ecuestres.
Diocleciano dividió el ejército en dos grandes cuerpos básicos:
Las tropas fronterizas, las dispuestas para la defensa de las fronteras del Imperio, y el ejército del interior. Las primeras estaban reforzadas por destacamentos de caballería o vexillationes, reclutados de las fuerzas auxiliares. Estas tropas recibieron el nombre genérico de limitanei o ripenses, con un reclutamiento eminentemente local. Se encontraban al mando de oficiales ecuestres: Duces y Praeposti limitis.
Por lo que respecta al ejército interior, la mayor novedad de la reforma militar de Diocleciano fue transformar el ejército en móvil y selecto, de campaña y con un gran peso y protagonismo de la caballería frente al tradicional estatismo e inactividad de las tropas fronterizas.
El ejército paso de 34 legiones en el siglo III a 75 en época de Diocleciano. Con un matiz, la centuria pasó a ser reducida a 60 hombres. El reclutamiento de este ejército se aseguraría fundamentalmente con los hijos de soldados y por el enrolamiento de bárbaros especializados.
Para necesidades más puntuales se podía contar con la colaboración de contingentes de pueblos bárbaros fronterizos que se encontraban en una relación de dependencia con el Imperio a cambio de subsidios alimenticios (foederati).
LAS REFORMAS DE CONSTANTINO
El ultimo bloque de este artículo lo dedicamos a las reformas de Constantino que habría llevado a sus últimas consecuencias las reformas militares emprendidas por Galieno y Diocleciano.
A Constantino se le debe la creación de un gran ejército de campaña o maniobra, que pasó a una situación de privilegio y máxima importancia (bien pagado y considerado), en comparación con el estacionado en las fronteras.
Por un lado, teníamos a los comitatenses, conjunto de legiones y tropas auxiliares de
Por otro lado, las tropas de guardia de las fronteras (también infantería y caballería), organizadas en legiones de 1.000 hombres y en cohortes y vexillationes de 500 hombres. Se encontraban estacionadas en las posiciones mas retiradas de las fronteras. Su mando se encomendaba a los duces u otros oficiales de menor rango.
Y, por último, las tropas que formaban la guardia personal y directa del emperador, tropas de parada (scholae palatinae) y los protectores domestici, tropas de elite, entre las que había un gran número de germanos teniendo cada uno una política autónoma y recursos financieros propios.
Como hemos visto, el ejercito romano y sus legiones estuvieron en constante evolución, reforzada con sus reformas y adaptándose al contexto del momento.
FUENTES:
Curso Historia de las legiones romanas, impartido por Marco Almansa Fernández. Centro de Estudios Artísticos Elba S.L.
Los soldados el ejército romano durante la etapa del Alto Imperio. Sus componentes más básicos: el ciudadano-soldado (legionario) y el soldado auxiliar. Eduardo Pitillas Salañer (Universidad de Oviedo)
Las legiones romanas de época monárquica y republicana: Un ejército armado por el Estado. David Sierra Estornés. Departamento de Historia Antigua, UNED. Antesteria nº 1 483-493 (2012)
El ejército de Augusto. Raúl Valle Laguna. Historia Rei Militaris. Dossier Segundo Milenio de la muerte de Augusto.
Historia Antigua Universal III. Historia de Roma. Fe Bajo Álvarez, Javier Cabrero Piquero y Pilar Fernández Uriel. UNED.
Legionario. El manual del soldado romano. Philip Matyszak. Editorial Akal, Madrid 2010
Podcast: Desperta Ferro Especiales. Las legiones romanas (4 capítulos)
FOTOS:
FOTO DE PORTADA: Unos
actores de Pram (Austria) representando el avance de una legión romana en
posición de ataque. Wikipedia Commons
FOTO ESQUEMA MANIPULAR: Disposición
de la legión manipular en el campo de batalla. Wikimedia Commons.
FOTO Legionarios con
aquilifer al frente y "signum" detrás. Wikipedia Commons
FOTO Extensión del
Imperio romano bajo el reinado de Augusto. Wikipedia Commons
FOTO CENTURION: Centurión
del año 70 d. C. Wikipedia Commons
FOTO COLUNMA TRAJANA: Legionarios
romanos representados en la columna Ttajana. Wikimedia Commons
FOTO TESTUDO: o formación
en tortuga. Wikipedia Commons
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ResponderEliminarComo nos ha gustado este artículo! Intersante y muy ameno! 😉 Saludos! 🙋♂️🙋♀️
ResponderEliminarGracias
EliminarExcelente trabajo que permite asociar la evoluciòn de los ejèrcitos en las distintas Campañas. Felicitaciones.
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