EL DESASTRE DE ANNUAL 1921

 

Desastre Annual

El norte del continente africano era una región en constante tensión y continuas intervenciones por parte de España desde mediados del XIX. Se denominaba Protectorado a una serie de territorios del sultanato de Marruecos a los que España, según los acuerdos franco-españoles de Fez de 1912, estableció esta figura jurídica en base a la existencia de una administración dual hispano-marroquí, siendo por la parte española competencia de la alta Comisaria de Marruecos, y dividiendo la zona en dos territorios, una cesión a España por parte de Francia de la administración colonial de un 5 % del territorio marroquí, unos 20.000 km² que incluyen una franja del norte del país (la región montañosa del Rif) y otra al sur limitando con la colonia española del Sáhara. Se vivían momentos de expansión colonial en África. La creación de una auténtica administración colonial sobre los mismo no se produciría hasta 1927 una vez el protectorado fue pacificado. Su existencia llegó hasta 1958, año en que ambas zonas de este pararon a Marruecos.

La presencia española en el norte de África tiene sus raíces en la Historia medieval. Las incursiones de los benimerines en la península durante los siglos XIV y XV, junto con la presencia musulmana en al-Ándalus, motivaron a la Corona de Castilla a resguardar el sur de la península mediante la creación de posiciones defensivas en el Magreb. Estas medidas dieron origen a las actuales plazas de soberanía de Melilla (1497) y Ceuta (1668).

ESPAÑA-MARRUECOS EN EL SIGLO XX

Como ya se ha dicho, este protectorado se estableció según los acuerdos franco-españoles de Fez de 1912 y fue una zona de conflicto permanente. La tensión venia de lejos ya que desde 1840 las ciudades de Ceuta y Melilla sufrían constantes incursiones por parte de grupos marroquíes de la región del Rif. Se había vivido una guerra conocida como la guerra de África, un conflicto bélico que enfrentó a España con el sultanato de Marruecos entre 1859 y 1860, cuyo héroe había sido el general Prim. 

La política exterior española del primer tercio del siglo XX se definió por su adhesión a la entente franco-británica. Esto permitió a España participar en los tratados internacionales para el reparto de Marruecos y restablecerse como potencia colonial. Sin embargo, Marruecos resultó ser una carga costosa tanto en vidas como en dinero. 

España se involucró en esa política de contrapeso. Francia expandía su imperio colonial desde Argelia, mientras Gran Bretaña temía la competencia de otra potencia en el Estrecho de Gibraltar. España frenaba las ambiciones francesas en el norte de África, beneficiando también a Italia y Alemania, interesadas en la presencia española. Según el historiador José Manuel Allendesalazar:

«España, como país europeo, es arrastrada a este juego y su peso en el proceso colonial se ve de pronto artificialmente exagerado, como pieza de regateo en el complejo mercado europeo. Alemania, Francia e Inglaterra utilizan la baza española para frenarse mutuamente en la cuestión marroquí».

La zona española era un terreno yermo y montañoso, sin interés económico, habitado por tribus indómitas. Era difícil de colonizar, a diferencia de las fértiles llanuras y habitantes pacíficos de la zona francesa. 

El Desastre de Annual


¿Cuál era la opinión del pueblo y los dirigentes del momento?

La idea de colonizar Marruecos era ampliamente rechazada por la opinión pública española, especialmente entre las clases bajas, conscientes del costo en vidas y dinero. La clase política también dudaba, considerando la responsabilidad y el esfuerzo militar que implicaba. Sin embargo, entendían que no asumir el reto significaría la exclusión de España en el panorama internacional y la posible pérdida de territorios como Ceuta, Melilla, Ifni, el Sahara, e incluso las Islas Canarias.

El conde de Romanones sentenció: «Marruecos fue para España su última oportunidad de mantener su posición en el concierto de Europa».

Otra historia sería el posicionamiento de los militares encabezados por el rey, Alfonso XIII. La guerra de Marruecos que comenzó en1909 y terminó en 1927 no fue un conflicto bélico continuado y sostenido de manera ininterrumpida durante esos años.

ANNUAL

El Desastre de Annual
En 1921, un año después del inicio de la guerra del Rif, el alto comisario del protectorado era Dámaso Berenguer. Este político y militar prudente defendía una estrategia de avance gradual que combinaba la acción militar con la "acción política" diplomática. Esta estrategia consistía en realizar políticas de alianzas y pequeñas obras (como la construcción de escuelas y carreteras) para ganarse a la población nativa, lo cual estaba generando resultados positivos en la región occidental (la zona de Yebala).

Por otro lado, en la región oriental bajo el mando del orgulloso e impaciente comandante general de Melilla, Manuel Fernández Silvestre, la situación era distinta. Silvestre llevó a cabo un avance precipitado y mal preparado hacia el corazón del Rif, penetrando en un territorio extenso y de difícil orografía, alejado de los centros de aprovisionamiento. A pesar de sus afirmaciones de estar cerca de ocupar la bahía de Alhucemas, la realidad era que las posiciones que había establecido a lo largo de un amplio frente eran estratégicamente indefendibles en caso de ataque.

Alhucemas era el gran objetivo, allí se estaba cocinando la revuelta definitiva, donde Abd el-Krim, ¿un Arminio de la época?, líder de los rifeños, desde su cabila de los Beni Urriaguel, estaba organizando un ejército irregular de nativos, muy motivados y con gran espíritu de combate, conocedores del territorio y habituados no solo a él, sino a las circunstancias, altas temperaturas y poca agua. Pero también disponía de unos 3.000 jóvenes rifeños que tenían experiencia bélica por haber combatido en la Gran Guerra, en las filas de tropas europeas. A ellos se les irían sumando los combatientes procedentes de las otras cabilas circundantes, atraídos por la expectativa de botín. Por lo tanto, Silvestre iba a enfrentarse al embrión de un ejército regular rifeño, con conocimiento de tácticas de guerra moderna, sin ni siquiera saberlo.

El Desastre de Annual

En el mes de julio de 1921 Abd el-Krim derrotó a las tropas españolas en Annual, en lo que se ha conocido con el “desastre de Annual”, una expresión que apareció en la prensa española ya en agosto de 1921, pocos días después de los sucesos. Era la crónica de una muerte anunciada. Se perdió toda la zona que había sido ocupada durante años. La fatal combinación entre las decisiones estratégicas de los mandos, la situación de las tropas y otros factores desembocó en un desastre de enormes proporciones. Los rifeños no solo controlaron la zona, sino que asediaron Melilla, poniéndola en peligro. En aquel momento se habló de más de 10.000 soldados muertos, incluido el general Silvestre, cientos de heridos y más de quinientos cautivos, trágico balance de la campaña.

Pero la cifra de muertos no ha sido posible calcularla. El Expediente Picasso habla de 13.000, pero su trabajo se basa en estadillos hechos a posteriori. El cálculo más ajustado da como cifra máxima 7.915. Fue realizado por el coronel de Artillería Fernando Caballero Poveda y publicado en la Revista Ejército nº 522 en julio de 1983, bajo el título “Marruecos. La campaña de 1921. Cifras reales”.

Quedó clara la ineficacia, desorganización y corrupción del ejército español. Meses antes ya había informes sobre las carencias estructurales del ejército en el norte de África, como escasa aviación, pocos vehículos y jóvenes reclutas sin motivación ni equipamiento adecuado. Además, tenían una oficialidad excesiva y mal preparada, y serias deficiencias en dispositivos médicos y sanitarios, con solo 22 médicos, 400 sanitarios y 4 ambulancias. La falta de agua cercana complicaba aún más la situación, tanto en Annual como en otras guarniciones entre Melilla y Annual. 

La tragedia de Annual inició un desastre que continuó con la retirada caótica hasta la masacre del Monte Arruit. Esto tuvo grandes consecuencias políticas, convirtiendo la cuestión de Marruecos en una pesadilla para el país y contribuyendo al fin del régimen parlamentario. Los sucesos causaron indignación en España contra la guerra, afectando el régimen de la Restauración y facilitando el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera. 

¿CÓMO COMENZÓ EL DESASTRE?

El 15 de enero de 1921, el comandante general de Melilla, Manuel Fernández Silvestre, dirigió una brigada de 3,000 efectivos para ocupar territorio al oeste de Melilla y establecer su centro de operaciones en Annual.

La decisión de establecer el centro de operaciones lejos de Melilla, a 106 km por una mala carretera, es debatida. Solo se justifica por la intención de alcanzar Alhucemas, situada a unos 35 km. 

El enclave de Annual presentaba varios inconvenientes: la distancia del cuartel general, la comunicación deficiente que dificultaba el aprovisionamiento, su ubicación en una depresión geográfica rodeada de alturas desde donde se podía atacar con fuego de fusil, en un territorio controlado por tribus no afines al avance español y su lejanía a fuentes de agua potable. Silvestre lo consideraba como un “callejón sin salida”. Era consciente de que mantener la posición era complicado, ya que carecía de agua cercana.

Ante la tentación de la cercanía de Alhucemas, Silvestre planeó una maniobra ofensiva desproporcionada a sus medios y recursos.  

«La empresa militar de ocupar la bahía no tiene dificultades de gran monta». (General Silvestre)

Voces autorizadas del alto mando opinaban que primero era necesario consolidar el territorio ocupado y esperar a contar con más hombres, armas y recursos en general. Porque se habían ido estableciendo pequeñas guarniciones en el camino, mal equipadas, con soldados no preparados para el combate, sin agua, con muchas dificultades para ser abastecidas y, lo peor, rodeadas de enemigos esperando la oportunidad de atacar.

«Annual no nos dejará dormir, porque todo son barrancadas» (Tte. coronel Dávila)

Silvestre informó a Dámaso Berenguer, alto comisario de España en Marruecos, sobre su plan. Berenguer vio ventajas (penetración por la costa hacia Alhucemas) y riesgos (extensión del frente), y decidió evaluarlo sobre el terreno. 

El Desastre de Annual


El 12 de marzo de 1921, el dispositivo español en Marruecos consistía en 135 posiciones defendidas por unos 14.000 hombres, 9.000 de ellos del cuerpo de ejército del general Silvestre. La fuerza total española era casi 20.000 hombres, mientras que Francia mantenía 95.000 soldados en su zona de Protectorado, incluyendo su Legión Extranjera.

ABARRÁN e IGUERIBEN

El 1 de junio se instaló una posición en el monte de Abarrán, a 9 km de Annual. Ese día, tropas rifeñas atacaron el destacamento, causando 24 muertos (cuatro de los cinco oficiales) y 59 heridos. Este ataque, conocido como el Combate de Abarrán, fue el primer enfrentamiento rifeño que inició la derrota de Annual, y muchos historiadores lo consideran el principio del fin.

Berenguer y Silvestre se reunieron en el crucero Princesa de Asturias cerca de Sidi Dris, una playa de la costa norte de Marruecos entre Melilla y la bahía de Alhucemas, en la margen izquierda del río Amekran, el 5 de junio. Durante el encuentro flotaba la sombra de Abarrán y ambos generales intercambiaron opiniones sin que esto significara un cambio en la estrategia. Berenguer informó a Silvestre que no recibiría refuerzos. 

Dos días después, Silvestre estableció la posición de Igueriben, situada siete kilómetros al sur de Annual. Sin acceso cercano a agua, harían falta semanas para asegurarla con un pozo y suficiente artillería. Se repitieron errores anteriores.

La posición de Igueriben fue atacada por primera vez el 14 de julio. Desde ese momento, sufrió ataques continuos que impidieron su aprovisionamiento de agua, quedando sitiada tras varios intentos sin éxito de enviar un convoy con víveres, agua y municiones. A partir del día 18, la posición fue alcanzada por dos piezas de artillería, causando numerosas bajas. 

El 19 de julio se intentó, de nuevo, enviar ayuda a Igueriben desde Annual, pero la misión falló debido a la superioridad numérica de los rifeños. Ese día, la guarnición sufrió cuarenta bajas por el fuego enemigo y muchos defensores estaban enfermos por falta de agua y el calor intenso, ya que los soldados defendían la posición sin protección alguna desde los parapetos.

Con todos los recursos agotados, se ordenó la evacuación el día 21 hacia Annual. La retirada en grupos provocó muchas bajas, principalmente entre las alambradas y el parapeto. De los aproximadamente 300 hombres de Igueriben, solo sobrevivieron 33. 

Todo un preludio de lo que se avecinaba.

RETIRADA DE ANNUAL

La situación en Annual se había vuelto insostenible. En este lugar se habían reunido todas las fuerzas disponibles de la Comandancia General de Melilla. Desgastadas tanto física como moralmente, con las líneas de abastecimiento cortadas, escasas de munición y con muchas dificultades para conseguir agua, las tropas esperaban refuerzos mientras observaban el incremento numérico y agresivo de sus adversarios. La noticia de la caída de Igueriben en una sola mañana afectó significativamente la moral de las tropas.    

El Desastre de Annual


Silvestre envió un radiograma a Berenguer el 21 de julio a las 22:35, proponiendo un plan de evacuación por la costa que necesitaría al menos cinco días para organizarse. Finalmente se acordó la retirada a Ben Tieb. En mensajes a Tetuán y Ceuta ese mismo día, Silvestre ordenó evacuar y reunirse en Dar Drius.  

«…idea de retirarme a la línea de Ben Tieb-Beni Said, recogiendo antes posiciones que me sea posible, en donde esperaré los refuerzos que V.E. me envíe, siendo punto de desembarque de ellos Melilla». (Telegrama de Silvestre a Berenguer)

Quedó convenido que “todo se dejaría como estaba en el campamento” y se prohibía a toda la oficialidad “llevar equipaje de mano”. Se piensa que ya en ese momento la situación empezaba a desbordar a Silvestre que acabaría en un estado de shock incapaz de tomar decisiones.

A las 4:55 horas del día 22 se recibió el último telegrama del general Silvestre, anunciando su repliegue hacia Ben Tieb. La retirada fue iniciada antes de cualquier ataque a la guarnición, una decisión contraria a las recomendaciones del ejército español debido a los riesgos de replegarse sin combatir. 

La retirada fue precipitada y caótica, sin plan ni apoyos. En media hora, el campamento se desalojó dejando mucho material en manos enemigas y la evacuación pronto se convirtió en fuga.

El general dejó de dar órdenes porqué desapareció, algunos relatan que murió bajo fuego enemigo y otros que se suicidó, lo que descabezó la maniobra. Para complicar más la situación hubo una insurrección general, muchas fuerzas indígenas al servicio de España se pasaron al enemigo y, entre unos y otros, aprovecharon para matar, a veces de la manera más cruel, a miles de soldados aterrorizados, impotentes y desamparados en muchos casos.

Ante el esperpéntico espectáculo ofrecido, Abd el-Krim ordenó el asalto a todas las posiciones españolas entre Annual y Melilla, todas las cabilas se sumaron a la guerra enardecidos por el descontrol del ejército español en franca huida. Comenzando la masacre sin paliativos.

Desde la llanura de Annual, en la subida a Izumar, una cuesta con un barranco no demasiado profundo y un talud al otro lado, la confusión general aumentaría, resultando una retirada desordenada en el descenso. Los 700 jinetes del Regimiento de Cazadores de Alcántara del 14º de Caballería trataron de cubrir la retirada y proporcionaron asistencia en acciones de flanqueo y recogida de heridos. 

La avalancha no se detuvo en Ben Tieb y arrastró a su guarnición que abandonó el campamento.

La guarnición de Talilit, con doscientos hombres, recibió la orden de replegarse a Sidi Dris el día 22, y tan solo llegaron ochenta. Esta posición, formada por trescientos cincuenta hombres y los ochenta de Talilit, fue asediada desde el día 22 mientras se agotaban las municiones, el agua y los alimentos. 

El general Navarro, segundo jefe de la Comandancia General de Melilla, llegó a Dar Drius la tarde del 22. Al percibir la magnitud de la catástrofe, decidió esperar refuerzos debido a la desastrosa situación de las tropas. 

El Desastre de Annual

El alto comisario Berenguer, nada más recibir el telegrama de Silvestre, ordenó el embarque rápidamente de todas las tropas disponibles de la Comandancia General de Ceuta para defender Melilla, lo que impediría la pérdida de esta ciudad.

Entre el 23 y el 24 de julio se perdieron las posiciones de Axdir, Azuz, Tunguntz, Nador de Beni, Ulixek y Halaut. 

El 25 de julio, la columna que había partido desde Kandussi para socorrer a Annual se encontraba en Dar Quebdani con aproximadamente 1.000 hombres que llevaban dos días bajo asedio sin acceso a alimentos ni agua. Después de perder más de dos tercios de su fuerza y rechazar varias ofertas de rendición, se acordó pagar 5.000 pesetas y rendir sus fuerzas, sin disparar un solo tiro, al jefe de la cabila de Beni Said que les tenía cercados. Sin embargo, fueron aniquilados cuando entraron los rifeños en la guarnición. Ese mismo día también cayó la guarnición de Sidi Dris.

Al finalizar el mes de julio, entre los escasos reductos que ofrecieron resistencia y quedaron sitiados por el enemigo, solamente se sostenían las posiciones de Nador, Zeluán y Monte Arruit.  

La columna de retirada del general Navarro que había ido reagrupado a los fugitivos y transportaba más de 250 heridos y enfermos, había recorrido un vía crucis de 25 Km, (Tistutin-Batel-Arruit). Sin artillería y sin apenas comida ni municiones siendo atacados por todos lados. 

MONTE ARRUIT

Al acercarse a Monte Arruit, la tropa, creyendo ver su salvación, perdió la disciplina y abandonó tanto la poca artillería que transportaban como a los heridos para entrar desordenadamente bajo fuego enemigo. De los setecientos hombres, solo setenta llegaron ilesos a Monte Arruit, donde tres mil hombres quedaron bajo el mando del general Navarro desde el 29 de julio.

Nador capituló el 2 de agosto después de nueve días de asedio, los últimos sin agua ni apenas víveres. A los 176 supervivientes les es permitido llegar al Atalayón. 

La alcazaba y el aeródromo de Zeluán estaban separados. El aeródromo estaba rodeado por numerosos rifeños que, desde una loma cercana, lo controlaban con su fuego. La guarnición cayó el día 3 de agosto y la mayoría de sus defensores fueron masacrados. Ese mismo día, la ciudad de Melilla planificó la defensa, creando una línea fortificada alrededor del casco urbano.

El ministro de Marina, Fernández Prida, se opuso a la compra de dos barcazas y el envío del acorazado Alfonso XIII para la operación de rescate de la tropa que resistía en Monte Arruit propuesta por Berenguer.  Esta decisión condenó a muerte a 3000 hombres, quienes murieron en los días siguientes. La guarnición se rindió el 6 de agosto.

El Desastre de Annual


En los primeros días de agosto, a instancias del alto comisario Dámaso Berenguer, el vizconde de Eza, ministro de la Guerra, mediante Real Orden nombró al general de división Juan Picasso González, miembro del Consejo Superior de Guerra y Marina, para investigar en la plaza de Melilla los hechos ocurridos en Annual, con el objetivo de delimitar responsabilidades militares. El informe se conocerá como Expediente Picasso. Para este propósito, Picasso fue asistido como secretario por el auditor de Brigada Juan Martínez de la Vega y Zegrí. 

Durante los días 8 y 9 de agosto de 1921 se produjo la masacre de Monte Arruit. Tras pactar la entrega de la plaza la guarnición española de Monte Arruit seria masacrada por los rifeños. Tan solo 69 hombres salvaron la vida de los 3.017 que había cuando se inició el asedio.

¿Por qué no se enviaron tropas de ayuda desde Melilla que estaba a unos 30 kms? Y más cerca aun las guarniciones de Nador y Zeluán.  Melilla contaba con unos 30.000 efectivos. Posiblemente Berenguer estaba más preocupado por proteger la ciudad de un ataque masivo de Abd el-Krim, que bombardeaba con cañones capturados. Además, es posible que no se conocieran las masacres en Zeluán y Monte Arruit.

CONTRAOFENSIVA

El 17 de agosto de 1921 comenzó en Melilla la contraofensiva militar, ocupando Nador el mismo día. En las siguientes semanas se recuperaron la mayoría de las guarniciones del sudoeste, incluyendo Monte Arruit el 24 de octubre. ¿La diferencia? Un cambio radical en las tropas, equipamiento, moral y tácticas bélicas. Este desastre marcó un punto de inflexión en las campañas de Marruecos, lideradas por un ejército colonial profesional con unidades de choque experimentadas.

El panorama que se encontraron al entrar en Zeluán y Monte Arruit fue aterrador y dantesco.  Cuerpos en proceso de descomposición esparcidos por las guarniciones, no se habían enterrados y mostraban los signos de las torturas que habían sufrido. 

El 22 de enero de 1922 comenzaron las negociaciones del Gobierno español con Abd el-Krim para lograr el rescate de los prisioneros. La liberación no se hará efectiva hasta el año siguiente. 

El 27 de enero de 1923 llegaron a Melilla los 326 cautivos españoles liberados en Axdir. Ni Alfonso XIII, ni el jefe de Gobierno (García Prieto), ni ninguno de sus ministros, ni militar alguno con graduación superior a general de brigada, estuvieron en los muelles para recibirles. El rey si había ido a recibir a Berenguer en su día.

«En todo caso, el asedio de Monte Arruit, iniciado el propio día 29 de julio, con poco más de 3.000 hombres al mando del general Navarro, fue el último acto de la cadena de desastres militares iniciada en Annual el 21 de aquel mes aciago, que en apenas 10 días había hecho desaparecer toda la presencia militar española en el este del Protectorado, salvo la ciudad de Melilla, ella misma asediada y hostigada desde las alturas del Gurugú y otras ubicaciones. Para entonces, todo el frente se había desmoronado como un astillo de naipes». Enrique Moradiellos.

Que triste que no se aprendiera de experiencias anteriores pues el ciclo de operaciones militares españolas en Marruecos comenzó en junio de 1909 con el llamado «desastre del Barranco del Lobo»; luego vinieron la Campaña del Kert entre 1911 y 1912 y la Campaña de Yebala de 1913. Y ya se habían evidenciado defectos de actuación muy notables+: exceso de confianza de los mandos, subestimación de la capacidad operativa del enemigo, falta de competencia táctica de los mandos y tropas, fallos notorios de los deficientes servicios de información, equipamiento inadecuado para el combate en esos lugares, ausencia de conocimiento del terreno y falta de mapas orientativos, muy limitada y precaria asistencia médica, etc. 

Y, sobre todo, olvidar una lección que el Estado Mayor formuló en 1911:

«no practicar ningún repliegue, ni menos retirada, en el mismo día que se ha combatido, aunque el encuentro haya sido favorable. El enemigo aguarda siempre su mayor vigor para esos momentos y es maestro en hacer difíciles esas maniobras»

¿Por qué no se tuvieron en cuenta? ¿Por qué no aprendemos de la historia?

De las consecuencias y conclusiones de la derrota de Annual hablaremos en el siguiente post: El Expediente Picasso

PROTAGONISTAS

Dámaso Berenguer Fusté 

Manuel Fernández Silvestre 

Felipe Navarro Ceballos-Escalera 

Abd el-Krim 

El reinado de Alfonso XIII

Fuentes

Podcast. Memorias de un tambor. El Desastre de Annual 1921-2021 https://go.ivoox.com/rf/72514704

Real Academia de la Historia Annual 1921 https://www.rah.es/annual-1921/ 

El Desastre de Annual de 1921. Una reconsideración historiográfica. Enrique Moradiellos (2021). Boletín de la Real Academia de la Historia.

Historia contemporánea de España 1808-1923. Quinta parte: el reinado de Alfonso XIII de 1902-1923. Susana Sueiro Seoane (Blanca Buldain Jaca, coordinadora) AKAL 2013

Annual: Una aproximación bibliográfica 1921-2021 Biblioteca Centro de Documentación de Defensa patrimoniocultural.defensa.gob.es

Los intelectuales españoles y la guerra del Rif (1909-1927) Alfonso Iglesias Amorín (2014) RUHM 5/ Vol 3/ 2014©

Morir en África. La epopeya de los soldados españoles en el Desastre de Annual. Luis Miguel Francisco. Edit. Crítica 2014

Aventura de la Historia nº 50 2002. España-Marruecos atracción fatal

Para saber más

El Desastre de Annual. Los españoles que lucharon en África. Gerardo Muñoz Lorente. Edit. Almuzara

A cien años de Annual. La guerra de Marruecos. Daniel Macías y Julio Albí. Edit. Despertaferro.

El vuelo de los buitres. El desastre de Annual y la guerra del Rif. Jorge M. Reverte. Edit. Galaxia Gutemberg

Historia Secreta de Annual. Juan Pando. Temas de hoy. 1999


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