YACIMIENTO ARQUEÓLOGICO DE SEGÓBRIGA
Muy cerca del pueblo conquense de Saelices, situada en el actual Cerro de Cabeza de Griego, encontramos el Parque Arqueológico de Segóbriga, ciudad romana que previamente fue un castro celtibérico. Roma la conquistó a inicios del siglo II a.C. y tras las Guerras de Sertorio en el 70 a.C. se convirtió en capital de un extenso territorio.
HISTORIA
Sabemos que fue conquistada por Tiberio Sempronio Graco, padre de los famosos Tribunos de la Plebe Tiberio y Cayo, en torno al año 180 a. C. Plinio en su Naturalis Historia, también la menciona y la define como «cabeza de Celtiberia». Y habla del gran tesoro de Segóbriga lo que le otorgó su importancia, la explotación de lapis specularis, una variedad de yeso especular traslúcido muy apreciado en la época para la fabricación de cristal de ventanas. Este mineral era extraído de minas halladas en «100.000 pasos alrededor de Segóbriga», y Plinio nos asegura que «la más traslúcida de esta piedra se obtiene en la Hispania Citerior, cerca de la ciudad de Segóbriga y se extrae de pozos profundos». «Tiene la propiedad de cortarse con un serrucho y en finas capas (…)». Muestra de su importancia es que en el Circo Máximo de Roma, en la Domus Áurea de Nerón y en la ciudad de Pompeya (Campania italiana) se han encontrado restos de este material proveniente de la meseta castellana.
Cabeza del Griego fue el solar de la antigua Segóbriga y hoy se puede mostrar con rotundidad por las evidencias epigráficas descubiertas en el foro, principalmente por el pedestal ecuestre dedicado a M. Porcius, secretario personal del emperador Augusto que recibió hacia 15-13 a.C. el homenaje de la ciudad y por el monumento dedicado por un magister Larum Augustorum Segobrigensium.
En la mencionada Naturalis Historia de Plinio Segóbriga aparece como civitas stipendiaria, dependiente del conventus Carthaginiensis, en referencia a su situación jurídica antes del año 15 a.C. Los datos epigráficos atestiguan que esta ciudad obtuvo el estatus de municipium iuris Latini a inicios de época de Augusto.
El geógrafo griego Estrabón también la cita y sitúa la ciudad de Segóbriga en plena Celtiberia. Ya en el siglo I Sexto Julio Frontino, en su obra Strategemata, menciona en dos ocasiones a Segóbriga relacionado con ataques realizados por las huestes de Viriato, sin referirse a su ubicación geográfica.
IMPORTANCIA Y PRESTIGIO
Otra de las cuestiones que otorgaron importancia a Segóbriga es que estaba situada en un importante cruce de vías que conectaba las ciudades romanas de la Meseta, además de su producción ganadera y agrícola.
En los años centrales del siglo I a.C., la ciudad comenzó a acuñar sus propias monedas y entre los años 50 y 27 a.C., los segobrigenses enviaron una legación a Roma con el fin de rendir homenaje a L. Livius Ocella, el abuelo del futuro emperador Galba, en su condición de quaestor provinciae Hispaniae citerioris y patrono de los segobrigenses. L. Livius Ocella sólo es el más antíguo de los patronos segobrigenses conocidos. Al menos durante los reinados de Augusto y Tiberio Segóbriga tuvo patronos senatoriales que, en algún caso, estuvieron directamente ligados al monarca; esto explicaría también que en la titulatura de las acuñaciones en la época de Tiberio de la ciudad se haga referencia incluso a la aclamación imperial del emperador, un dato que sólo la cercanía a los círculos de la corte permitiría conocer con tanta exactitud.
Su época de gloria se vivió en el siglo I d.C. cuando las minas se hallaban en pleno rendimiento. Sobre el año 12, en tiempos de Augusto, se le otorgó el estatuto de municipium, gozando de un estatus privilegiado, similar al de las colonias romanas, creciendo su prestigio y dejando de ser ciudad estipendiaría, es decir, que pagaba impuestos a Roma. Es el momento en el que se edifican las construcciones públicas del teatro, las termas, el gimnasio anexo a ellas, el anfiteatro, el circo y el foro. Estos edificios dan muestra de la importancia de la ciudad en la zona. El programa de construcciones monumentales continuó en época de Tiberio, creció en la de Claudio y finalizó en la de Vespasiano, hacia el año 80, en la que se terminaron las obras de los edificios mas relevantes y se construyeron las termas monumentales.
Ya en el siglo II cuando hace su aparición el cristal, la demanda de lapis specularis decae y con ella comienza la decadencia de Segóbriga. cuestión que se agudizaría con la crisis del Imperio del siglo III.
EDAD MEDIA
En época visigoda (siglos VI-VIII) Segóbriga mantuvo parte de su anterior importancia de época romana, muestra de ello es que tuvo obispo una gran basílica, de la que se conserva su planta, y una considerable necrópolis.
La llegada de los musulmanes supuso un abandono de la ciudad por parte de la élite dirigente quedando en ella un escasa población. En esta época se levantó una torre defensiva. En el último tercio del siglo XII Segóbriga pasó a manos cristianas y debió se repoblada escasamente. En 1228 “Cabeza de Griego”, como se denominaba al poblado heredero de la antigua Segóbriga, fue donada a la Orden de Santiago, a la que Alfonso VIII le había entregado la fortaleza de Uclés en 1174.
A finales de la Edad Media los pocos habitantes del poblado emigraron al pueblo de Saelices, 3 kilómetros al Norte.
Los grandes monumentos de Segóbriga, que ya en el siglo V habían perdido su funcionalidad, fueron adaptados a otros usos y servirían de cantera para otras construcciones de pueblos cercanos, y de forma relevante para la construcción del Monasterio de Uclés a partir del siglo XVI.
TRADICIÓN HISTORIOGRÁFICA
Este yacimiento arqueológico es uno de los que tienen mas larga tradición historiográfica en la Península, desde que en 1523 el médico alcarreño Luis de Lucena se convirtiera en el primer erudito que describió las ruinas de Segóbriga. A finales del siglo XVIII se llevaron a cabo las primeras excavaciones en la basílica visigoda de la ciudad, bajo la supervisión de la Real Academia de la Historia. A mediados del siglo XX comienza la excavación de sus principales edificios, teatro y anfiteatro, y las denominadas termas del teatro. Desde 1995 a 2010, Segóbriga ha sido objeto de un programa de intervenciones arqueológicas continuado con financiación publica que ha permitido ampliar la superficie excavada y revitalizar el conocimiento de la estructura urbana del emplazamiento, sobre todo, a partir de la localización y excavación del foro.
EDIFICIOS MAS RELEVANTES
Disponía de un acueducto que servía de aprovisionamiento de agua a la ciudad y también se conoce la presencia de varios aljibes repartidos por todo el cerro. Segóbriga estaba bañada por el río Cigüela, afluente del Guadiana, pero su agua no era potable por lo que se tuvo que traer, a mediados del siglo I d.C., de la conocida hoy como Fuente de la Mar, cerca de la cual surgiría, tras la Reconquista, el pueblo de Saelices, que desde entonces se ha venido abasteciendo de sus aguas.
El Teatro de Segóbriga era de dimensiones sensiblemente inferiores a las de la mayoría de los teatros romanos del Imperio, calculándose que tenia capacidad para unos 2.500 espectadores.
Entre el teatro y la calle paralela a las murallas se levantaron unas termas a finales del siglo
El gran descubrimiento arqueológico en la ciudad en las últimas décadas ha sido el foro. El foro o plaza de la ciudad ocupaba un gran espacio rectangular al este de la calle principal. Estaba rodeado por un pórtico sustentado por grandes columnas desde el que se accedía a los monumentos mas emblemáticos de la ciudad, centro político y social de Segóbriga. El foro de Segóbriga, de unos 38 metros de largo y 32 de ancho, se erigió a finales del siglo I a. C. en el solar formado tras ser destruidas las viviendas del poblado celtibérico establecido en el cerro. Dado el desnivel del terreno sobre el que se edificó la plaza, para conseguir una superficie llana, hubo que rebajar parcialmente aquél en el lado oriental y occidental de la misma y construir diferentes terrazas en el lado noroeste y sur. A eso obedecerían las construcciones, de uso desconocido, del lado sur, por donde se accedía al foro, desde el cardo maximus, algunas de las cuales sustentarían el pórtico de aquél en ese lado, y el gran criptopórtico subterráneo, del lado norte, formado por dos naves separadas por seis gruesos pilares cuadrados, sobre los que se sustentaría el suelo del pórtico del foro en esa parte. En dicho criptopórtico pudo estar el tabularium o archivo municipal, al que se accedía por dos puertas abiertas en el lado sur, y la habitación porticada del ángulo noreste del foro fue una aula dinástica y debió de contener estatuas, sobre pedestales, de diferentes miembros de la familia imperial.
En el lado este del foro, se construyó una gran basílica civil, de unos 59 metros de longitud y 19 de anchura, la cual tenía también tres naves separadas por columnas. En ellas se realizaban las transacciones comerciales y los magistrados administraban justicia. En sus extremos, hubo sendos templetes dedicados al culto del emperador y su familia.
Se estima su construcción hacia el año 15 a.C. dentro del programa de urbanización monumental de la ciudad. Fue costeado, entre otros, por Proculus Spantamicus, quien pagó su enlosado, grabando en memoria de ello su nombre en grandes letras de bronce.
Las termas monumentales se levantaron, en el último tercio del siglo I d. C. en la parte alta de la ciudad sobre una amplia plataforma, de unos 88 metros de longitud y 39 de anchura, construida, igual que los muros que las rodeaban, con mortero de cal y de piedras y reforzada con sillares de piedra en las esquinas. Se llegaba a ellas por una ancha calle escalonada que discurría por detrás del templo de culto imperial, desde la que se accedía, por una puerta abierta en el ángulo sur oriental, a un gran patio rectangular, descubierto, que debieron de utilizar a modo de palestra, para hacer ejercicios físicos. Dicho patio estaba delimitado, en su lado norte y sur, por sendos corredores porticados, y desde ellos, por el lado oeste, se accedía al frigidarium. Los cortos pasillos que había a la entrada del mismo debieron de hacer de apodyterium (vestuario).
El anfiteatro estaba construido frente al teatro, ambos flanqueaban la entrada a la ciudad. Fueron construidos casi adosados a la muralla, a uno y otro lado de la vía que terminaba en la puerta norte, por la que se accedía a la ciudad.
Era de forma elíptica irregular y sus 75 metros de largo y 66 de ancho lo hacen el mayor monumento de Segóbriga, con capacidad para unos 5,500 espectadores. La arena, a la que se accede por dos grandes puertas, está separada del graderío por un alto pódium para mayor seguridad. La puerta oriental tenía el suelo casi al nivel de la arena; la occidental, por el contrario, ofrecía unas escaleras a ras del suelo y una acusada pendiente hasta alcanzar la calle que corría paralela a la muralla. Ambas puertas tenían una parte abovedada reforzada por tres arcos, sobre la que se apoyaban las gradas de la summa cavea, en ese tramo, y otra descubierta, en la que se cortaba la imma cavea. Un pasillo lateral en la puerta oriental comunicaba el exterior con un corredor de servicio, cubierto por grandes losas horizontales, que discurría por detrás del pódium en su tramo septentrional e interconectaba las dos puertas.
Sólo las capitales de las provincias y las ciudades importantes del Imperio presumieron de tener los tres monumentos más representativos de las mismas, dedicados al ocio festivo: teatro, anfiteatro y circo. Las obras de construcción del circo de Segóbriga se iniciaron a mediados del siglo II d. C., pero se paralizaron no mucho después de iniciadas, sin que se sepan aún los motivos, aunque pudo deberse al empobrecimiento que debió de experimentar Segóbriga, desde finales del siglo I a. C., por la crisis del lapis specularis. Resulta sorprendente, por otro parte, que el lado norte de este circo se levantara sobre una gran necrópolis con tumbas de incineración, de las que se han excavado 63, en las que se encontraron una rica colección de estelas y objetos de vidrio y de metal dejados allí por los familiares de las personas enterradas en ellas.
La basílica visigoda es uno de los edificios mas famosos de Segóbriga y el primero que fue excavado. A finales de 1789 se descubrieron las laudas sepulcrales de los obispos Sefronio y Nigrino que dieron fama al recinto. Un poco mas tarde, el anticuario de la Real Academia de la Historia, José Cornide, publicó su planta. Un edificio de planta rectangular que tiene tres naves separadas por 10 columnas, con un crucero central y un ábside de planta octogonal con cripta
OTROS EDIFICIOS
Otros edificios para mencionar son, la casa del procurador minero. El control de la explotación minera dedicada a la extracción del lapis specularis propició la llegada de Caio Julio Silvano a la ciudad. Este personaje, de origen griego, construyó su vivienda junto a las termas monumentales; la muralla y la puerta principal. La muralla original tenia 1.300 metros de longitud y fue construida hacia el año 50 a.C. Tenía varias puertas: la principal, a partir de la época de Augusto, situada al norte; otra en occidente y una tercera al nordeste junto a una gran torre octogonal y alzada al este del teatro. La vía entre el teatro y el anfiteatro a través de la Puerta Monumental daba a la calle principal o cardo maximus. Esta puerta era de sillares y tendría uno o dos arcos para el paso de carros y peatones. Bajo ella atraviesan las cloacas para el desagüe de la ciudad.
ANTIGUO MUSEO DE SEGÓBRIGA (CENTRO DE INVESTIGACIÓN)
El Museo Monográfico de Segóbriga nació ligado al yacimiento romano donde se halla enclavado, el cual tuvo el honor de ser uno de los primeros en que se fijó para su excavación al Real Academia de la Historia. Nació como filial del Museo de Cuenca, en 1974, y en al actualidad es un lapidario y almacén de materiales de los hallazgos resultado de las excavaciones.
CENTRO DE INTERPRETACIÓN
Imprescindible en la visita al yacimiento arqueológico es el Centro de Interpretación que ayuda comprender y conocer el mismo. Su diseño reproduce el aspecto de la pars urbana o vivienda de una de las muchas villae que existieron en el territorio de Segóbriga. En su amplio vestíbulo se explica el origen y la historia de la ciudad
Te recibe un monumental mapa del Imperio Romano situando en el mismo a Segóbriga con sus correspondientes textos explicando el origen y la historia de la ciudad. A continuación tenemos la Sala de Audiovisuales o Sala Multiusos y la Sala de Exposición Permanente, que ilustra los aspectos más interesantes de su sociedad, su economía de ciudad minera, los principales monumentos la vida diaria o la religión.
Los objetos arqueológicos expuestos son originales, procedentes en su totalidad de las excavaciones realizadas en el yacimiento, entre los que destacan elementos arquitectónicos, esculturas e inscripciones, monedas, cerámicas y objetos metálicos, que aportan información de cómo fue la vida pública y privada cotidiana de los segobrigenses.
Fuentes
Segóbriga, parque arqueológico, ciudad celtibérica y romana. Diputación Provincial de Cuenca (folleto)
Guía Didáctica de Segóbriga, para alumnos y profesores de enseñanza secundaria, A. Bermejo Fernández
De sego a Augusto: los orígenes celtibéricos de Segóbriga Martín Almagro-Gorbea y Alberto J. Lorrio Alvarado. BSAA arqueología, LXXII-LXXIII, 2006-2007, pp.143-181.
Segóbriga, civitas stipendiaria (Plin. HN 3.25). Nuevos datos arqueológicos sobre el urbanismo inicial de la ciudad. Rosario Cebrián Fernández. Gerión. Revista de Historia Antigua
Webgrafía
Parque arqueológico de Segóbriga Parques Arqueológicos de Castilla La Mancha
Cervantes virtual. Historia y arqueología
Para saber más
SEGÓBRIGA y su conjunto arqueológico, Martín Almagro-Gorbea y Juan Manuel Abascal, Real Academia de la Historia, Madrid 1999
SEGÓBRIGA. Guía del Parque Arqueológico, J.M. Abascal, M. Almagro-Gorbea y R. Cebrián, Real Academia de la Historia-Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 2.007.
Muy interesante. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo y comentar
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