SIGLO XVIII LAS GUERRAS ANGLO-ESPAÑOLAS
La rivalidad
anglo-española viene de muy lejos. Recordemos la rivalidad en el siglo XVI
entre Isabel I y Felipe II, el intento de invasión de la gran isla con el
desastre de la Armada Invencible y los escarceos del famoso Drake.
Pero seria en el siglo
XVIII donde los encontronazos serian mas directos, intensos y prolongados a lo
largo del siglo.
Podemos decir,
figuradamente, que el siglo XVIII nace con el Tratado de Utrecht (1713) y
finaliza en Trafalgar (1805), ambos acontecimientos de funesto recuerdo
español.
Tratado de Utrecht
Tratado de Utrecht
Gran Bretaña se benefició
del resultado de la Guerra de Sucesión española con el Tratado de
Utrecht. No solo consiguió Gibraltar y Menorca sino también grandes beneficios
económicos en América. La tensión a lo largo del siglo fue evidente, España no
cejó en su intento de recuperar lo perdido, posiciones, intereses comerciales y
prestigio internacional, sobre todo, así como defender sus posesiones en
América.
Como se ha dicho los
beneficios británicos con la firma del Tratado no fueron tanto territoriales
como comerciales. Las llamadas cláusulas comerciales que consiguió le abrían
enormes posibilidades en las Indias españolas. Aparte del título de «nación más
privilegiada» en el comercio colonial español, anteriormente en manos de
Francia, recibió el derecho de «asiento» y el «navío de permiso». Con el
primero adquiría el monopolio del comercio de negros y con el segundo el
derecho a enviar, una vez al año, un navío de 500 toneladas a las Indias
españolas. Aunque la realidad superó a lo acordado y supuso la quiebra legal
del monopolio español sobre sus Indias. Inglaterra ponía sus cimientos como
gran potencia mercantil del futuro. Y la amenaza sobre las colonias españolas
era evidente.
Italia
Italia
En 1717 solo cuatro años
después de Utrecht, España intervino en Italia para recuperar sus antiguas
posesiones de Cerdeña y Sicilia provocando la respuesta europea. La flota
inglesa atacó a la española en aguas del cabo de Passaro hundiendo la mayoría
de los buques hispanos, que también cayó derrotada en Sicilia.
La amenaza se trasladó a
la península cuando el general británico James Stanhope tomó Santoña en
Cantabria. Y la costa gallega también sufrió con la amenaza británica, saqueando ciudades costeras, pero no adentrándose en el interior. Ante
esta situación y la que se producía en Italia, España se vio obligada a
retirarse de Sicilia y Cerdeña.
Caribe
Cambiamos de escenario y
viajamos al Caribe donde una flota británica bloqueó Portobelo y amenazó la
zona de las Antillas y el istmo de Panamá.
Pero el gran objetivo
español seguía siendo recuperar Gibraltar. Así en 1727 comenzó el asedio, pero
el Peñón estaba fuertemente defendido por la escuadra británica que desbarató
cualquier iniciativa.
España cambió de
estrategia y de la mano del ministro José Patiño puso el foco en la defensa de
América para lo que buscó el acercamiento con Francia y……..Gran Bretaña.
¿Sorpresa?
En 1729 firman el tratado
de Sevilla, cuestión que no consigue rebajar la tensión sobre todo allende los
mares.
La oreja de Jenkins
La oreja de Jenkins
Diez años después los
ingleses decididos a encontrar cualquier justificación para entablar una nueva
guerra contra España la hallaron en una simple escaramuza naval en agua del
Atlántico que no debían ser esporádicas, por otra parte. La denuncia de un
capitán inglés de nombre Robert Jenkins que acusó a un corsario español de
haberle cortado una oreja sirvió de excusa para declarar la guerra a España.
Así entramos en un nuevo
episodio bélico entre ambas naciones con la «guerra de la oreja de Jenkins» o
la guerra de los Nueve Años (1739-1748). El tiro le salió por la culata a los
británicos que tras la victoria española vieron como ésta recuperaba posición y
prestigio en América. Poco bagaje material pero suficiente moral.
A la par el Viejo
Continente no se libraba de cañonazos y sangre y entre 1740 y 1748 se disputó
la guerra de sucesión en Austria a la que puso fin el Tratado de Aquisgrán.
La situación con Gran
Bretaña no variaba, mantenía sus privilegios comerciales en América, recordemos,
la concesión de asiento para el comercio de negros y el navío anual de permiso.
Y por supuesto mantenía Gibraltar y Menorca.
España volvió a la
diplomacia, dada la situación de su ejército, armada y erario. Paz y neutralidad
fueron sus principios y el cuidado de las Indias su objetivo.
Guerra de los Siete Años
Guerra de los Siete Años
Pero estaba claro que la
paz no era duradera en aquellos tiempos y en 1756 se volvió a las andadas,
comenzando la Guerra de los Siete Años. Otra vez se puso en juego el predominio
continental y la hegemonía marítima y colonial. Aunque España se mantuvo en un
principio a la expectativa esta situación no podía durar pues sus intereses
americanos se veían en peligro.
Los británicos dieron un
golpe en la mesa al conquistar el Canadá francés y aumentar la presión en el
continente sobre el imperio español.
Carlos III
Carlos III
En 1759 llegó a la corona
Carlos III y comenzó su reinado bajo el principio de neutralidad. ¿Cuánto
duraría? Pues en efecto, poco, porque dos años después se firmaría el tercer
pacto de familia con las potencias borbónicas. ¿Qué supuso? Pues que en 1762
España volvió a estar en guerra con Gran Bretaña. El resultado fue nefasto para
España porque no solo no recuperó Gibraltar, como eran sus intenciones, sino
que acabó perdiendo Florida, La Habana y Manila, ocupadas por los británicos.
En la paz de París de 1763, Francia y España se vieron obligadas a hacer
fuertes concesiones territoriales a los británicos, territoriales y económicas.
Hubo un trueque y España
recuperó La Habana y Manila, pero tuvo que ceder Florida, el fuerte de San
Agustín, la bahía de Pensacola y los territorios al este y sureste del río
Mississippi. No solo eso, hubo más concesiones como permitir a los británicos
la tala del palo campeche en Honduras, se renunció a la pesca en aguas de
Terranova y dejar las presas marítimas a juicio de los tribunales del
almirantazgo británico. En conclusión, esta victoria británica supuso la
consagración de su hegemonía marítima y colonial.
Guerra Independencia Estados Unidos
Guerra Independencia Estados Unidos
La Guerra de
Independencia de los Estados Unidos iba a suponer un freno a las aspiraciones
británicas y tanto España como Francia se aprestaron a sacar provecho de la
contienda. En 1779 España firmó en Aranjuez un tratado de alianza con Francia y
las colonias estadounidenses y entró en la contienda.
Pero en Europa España
siguió fracasando en sus pretensiones sobre Gibraltar, pero si obtuvo éxito en
la recuperación de Menorca.
Ahora bien, en América,
España invadió Florida en 1779 y dos años después conquistó la plaza de
Pensacola desalojando a los británicos de la mayoría de los establecimientos en
Honduras. Lo que en definitiva supuso una gran ayuda a las colonias al
dispersar a las fuerzas británicas en más frentes.
En la paz de Versalles de
1783, Gran Bretaña reconoció a España la posesión de Menorca y Florida.
Pudiendo recuperar además los territorios de Honduras, Nicaragua y Campeche,
hasta esos momentos en manos británicas.
Gibraltar volvió a quedar fuera.
Trafalgar
La rivalidad
anglo-española continuó hasta final del siglo. Y solo Napoleón provocó una
alianza entre los ancestrales enemigos. Eso sí, previo el desastre de
Trafalgar.
Fuentes
Nueva Historia de España.
La Historia en su lugar. Volumen 3 Al-Andalus y los reinos cristianos (siglos
VIII-XIII). Articulo Las guerras contra Gran Bretaña en el Setecientos.
Historia Moderna
Universal. Alfredo Floristán (coord.) Las guerras europeas en la época de Luis
XIV (1661-1715) por Luis Ribot; Francia y Gran Bretaña ene el siglo XVIII por
Mª del Carmen Saavedra y Los conflictos internacionales 1715-1775 por Mª
Victoria López Cordón. (Ariel)
Historia del Mundo
Moderno. Luis Ribot (coord.) Relaciones internacionales (1700-1789):
colonialismo y conflictos dinásticos por Cristina Borreguero
Fotos wikimedia comons
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