LOS ESPADONES EN EL SIGLO XIX
La Real Academia Española de la Lengua define
espadón como personaje de elevada jerarquía en la milicia, y, por extensión, en
otras jerarquías sociales. Y como, en una segunda acepción, militar
golpista.
POLÍTICA EN EL SIGLO XIX
DURANTE EL REINADO DE ISABEL II
Trasladado al siglo XIX y en la corte isabelina
especialmente, nos encontramos con estos personajes, altos mandos militares metidos
a políticos, convirtiéndose en líderes de los distintos partidos políticos y
ocupando la jefatura del gobierno. Muchas veces, no todas, llegaban allí por
medio de pronunciamientos o levantamientos militares,
principal herramienta de
cambio político. Y los más representativos del sistema fueron Espartero,
Narváez, O’Donnell, y Serrano. Los cuatro generales que controlaron la política
española desde 1840 hasta la Restauración borbónica en 1875, con una visión de
Estado bastante parecida a pesar de sus desavenencias ideológicas, poniendo en
contexto este concepto en época decimonónica. Y un punto en común, su relación
directa con Isabel II. Aunque la reina los viera y tratara de forma muy
diferente, desde la proximidad a Serrano al distanciamiento con Espartero.
![]() |
ISABEL II |
En el siglo XIX isabelino la política difería
sustancialmente de cómo es hoy en día. Empezando por los partidos políticos, diferentes
al concepto actual, y acabando por el sistema electoral de carácter censitario,
pasando por el sistema caciquil. El
carácter de inestabilidad estuvo presente a lo largo del siglo. Guerras
carlistas, insurrecciones en América, progreso de la idea de republicanismo,
débil situación de la Hacienda, levantamientos cantonales, todo ello hizo que
la reina se apoyara en estas figuras con autoridad, prestigio y bien vistos por
el pueblo en muchas ocasiones.
![]() |
ABRAZO DE VERGARA ENTRE MAROTO Y ESPARTERO |
Era una política muy personalista y, aunque existían
pequeños grupúsculos o camarillas que compartían unos principios, no había
disciplina de partido ni programas electorales. De ahí el ascendente de ciertas
personalidades
LOS ESPADONES
Sigamos las palabras de German Rueda, catedrático de
Historia Contemporánea (Los Generales de
Isabel II): «Los cuatro generales que estudiamos fueron militares de
vocación y los cuatro participaron en la guerra carlista, en la que obtuvieron
un éxito notable. En esta contienda, Espartero y Narváez son considerados
‘caudillos’ de sus respectivos ejércitos y ambos se emulan para obtener mayores
triunfos y prestigio que el otro. Los cuatro entran en política al finalizar la
guerra carlista, sin abandonar del todo la vida castrense a la que vuelven en
ocasiones. Los cuatro en algún momento son jefes de uno de los partidos
liberales que ocuparon el poder en el reinado de Isabel II. Los dos citados,
durante décadas, son jefes ‘naturales’ del progresismo y el moderantismo.
O’Donnell y Serrano, que ocuparon ministerios y cargos importantes, crearon y
lideraron la Unión Liberal, una fuerza intermedia que fue decisiva en la última
década del reinado».
![]() |
RAMÓN Mª NARVÁEZ |
También podríamos incluir a Prim pero para un sector
de la historiografía no se encuadraba en el mismo concepto de espadón como los
otros cuatro.
Las peculiaridades del siglo XIX español dio un
protagonismo relevante a la figura del militar. No en vano el siglo comenzaba
envuelto en una guerra contra el invasor napoleónico, la conocida como Guerra
de Independencia, y estuvo jalonado por las sublevaciones allende los mares y
por una consecución de guerras carlistas, sin obviar el periplo de
levantamientos cantonales.
No podemos obviar que la separación entre el ámbito
militar y el político era muy ligera por lo que no fue raro ni excepcional que militares
ocupasen la jefatura del gobierno, carteras ministeriales o escaños en las
Cortes.
LOS PRONUNCIAMIENTOS
El hilo de pronunciamientos militares acontecidos en
ese siglo fue prácticamente ininterrumpido en todo su devenir, desde el de
Riego en 1820 contra el absolutismo de Fernando VII y restaurando la
constitución de Cádiz de 1812; «marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional», diría el
monarca dando paso al Trienio Liberal y terminando con el de Martinez Campos al
final del siglo para restaurar la monarquía borbónica.
Aunque el primero sería el de general absolutista
Elío en 1814 y antes del de Riesgo hubo otras intentonas de signo liberal como
las Espoz y Mina (1814), Díaz Porlier (1815), Richart (1816), o el Lacy y
Milans del Bosch (1817).
Entre medias, y sin ánimo rigorista, tenemos la
rebelión de los sargentos en La Granja (1836) en un nuevo intento de restaurar
a la Pepa; las juntas revolucionarias lideradas por Espartero (1840) poniendo
fin a la regencia de Mª Cristina y las sucesivas intentonas de O’Donnell,
Concha, Narváez y Diego de León en septiembre de 1841. La Vicalvarada (1854) capitaneada por
D’Donnell y Dulce; Villarejo de Salvanés fue testigo de un nuevo levantamiento
(1856) y el mismo año verá la sublevación de los sargentos del Cuartel de San
Gil; finalmente La Gloriosa (1868) que pondría fin a la monarquía isabelina,
nos traería un monarca italiano bajo el mandato de Prim y nos abriría a la
primera experiencia republicana.
![]() |
ISABEL II TRAS LA GLORIOSA |
Como se puede apreciar era una solución muy tenida
en cuenta en aquella época. El patrón era muy similar en todos los casos, el
general levantisco publicaba un manifiesto de argumentación y justificación del
pronunciamiento y sus objetivos, encaminándose a la capital para tomar el poder
y el control de las instituciones. Una vez establecido en la cima comenzaban
sus movimientos para sacar adelante su proyecto político que, en muchas
ocasiones, iba aparejado a la redacción de una nueva Constitución.
La figura del espadón siempre estuvo detrás. Figuras
revestidas de prestigio y una elevada consideración lideraban opciones
políticas para llegar al poder o la regencia. De esta forma al pueblo le
llegaba esta figura como garante de las libertades y defensor de la nación.
Posición bien gestionada por la prensa afín, el propio partido incluso la
literatura política del momento.
BREVES SEMBLANTES DE LOS ESPADONES DEL S XIX
Narváez y el partido
Moderado
La relación entre la figura militar de Ramón María
Narváez y Campos (duque de Valencia) nacido en Loja (Granada 1799), y el poder
civil se debía, ya lo hemos comentado, a ese prestigio del que gozaba el
espadón y que el pueblo admiraba. De esta forma nos encontramos a un militar de
escasa cultura liderando un partido de intelectuales como se le consideraba al
Moderado. Denostado por la historiografía progresista hizo valer su liderazgo
para, no solo abanderar el proyecto político si no sostener la monarquía y
paralizar revoluciones como la de 1848. De carácter ciclotímico con alternancia
de periodos de euforia y depresión.
En 1836 comenzó su rivalidad con Espartero y en 1843
dirigió la sublevación militar que le derrocó (encuentro de Torrejón de Ardoz).
Fue presidente del Consejo de Ministros de España
siete veces entre 1844 y 1868, especialmente en el periodo que se conoció como
la Década Moderada (1844-1854).
Y fue el impulsor de la Constitución de 1845, que se
mantuvo vigente hasta 1868.
Espartero y el partido Progresista,
su tortuosa relación
Joaquín Baldomero Fernández Álvarez, nacido en
Granátula (Ciudad Real 1793) lució los títulos de conde de Luchana, duque de la
Victoria y príncipe de Vergara, con tratamiento de Alteza Real desde 1841.
![]() |
ESPARTERO |
Consiguió que María Cristina de Borbón le nombrara
presidente del Consejo de Ministros en 1840-41 para luego exigir que abdicara y
ser nombrado regente a él mismo (1841-1843).
Tras el levantamiento de Narváez en 1843 se exilió
en Inglaterra, de donde regresó en 1849 para vivir retirado en Logroño.
Volvió con la revolución de 1854, que le llevó a la
presidencia del Gobierno. Y de nuevo fue
expulsado del poder por un pronunciamiento encabezado por su antiguo aliado, el
general Leopoldo O'Donnell. En su retiro de Logroño recibió, tras el éxito de
La Gloriosa la oferta de Juan Prim de hacerle elegir por las Cortes rey
constitucional de España, oferta que rechazó.
Leopoldo O’Donnell
Duque de Tetúan, nacido en Santa Cruz de Tenerife (1809).
Representante e instrumento de los esclavistas y negociantes antillanos. En su
interpretación, la Unión Liberal fue un «envoltorio político», la coalición
necesaria para mantener el statu quo en España y sus colonias, construyendo un
«relato» centrista.
![]() |
LEOPOLDO O´DONNELL |
Fundó un nuevo partido, la Unión Liberal, con el
objetivo de buscar el centro político del momento. En 1856 provocó la caída de
Espartero y le sustituyó como jefe de gobierno.
Aprovechó el buen momento económico para lanzarse a
una política exterior expansionista. Así, envió tropas a Indochina en apoyo a
los franceses de Napoleón III y a México en un intento de recuperar influencia
en América. Incluso se lanzó también a la
Guerra de África (1859-60).
Francisco Serrano y Domínguez
Duque de la Torre, nació en San Fernando (Cádiz
1810). Enrolado en un principio en el bando esparterista apoyando su regencia
se volvió contra éste, desencantado del excesivo poder que acaparaba pasando a
su contra y colaborando en su derrocamiento.
Fue amante de la reina Isabel II al menos entre los
años 1846-48 ejerciendo sobre la monarca una gran influencia política.
![]() |
FRANCISCO SERRANO |
Volvió a apoyar a Espartero en 1854. Y acabó
sucediendo como jefe de la Unión Liberal a O’Donnell tras la muerte de éste.
Fue protagonista en la Gloriosa (1868) que destronó a
Isabel II, venciendo a las tropas gubernamentales en la batalla de Alcolea.
Siendo nombrado presidente del gobierno provisional (1868-69).
Exiliado durante la Iª República, volvió tras el
golpe del general Pavía siendo presidente del Gobierno con la intención de
perpetuarse en el poder. Pero los movimientos de la Restauración borbónica le
acabaron dejando a un lado.
Fue un político sin ideales ni proyectos, al que la
ambición de poder hizo cambiar frecuentemente de orientación y de lealtades.
Fuentes. Para saber más:
Historia contemporánea de España 1808-1923 Blanca
Buldain Jaca (coordinadora). Akai
Los generales de Isabel
II. José Luis Comellas, Francesc Martínez Gallego, Ángel Ramón Poveda Martínez,
Trinidad Ortuzar y Germán Rueda (eds.). Ediciones 19, 2016
Los espadones románticos.
Fernando Fernández Bastarreche. Editorial Síntesis, 2007.
Para los semblantes de
los espadones: https://www.biografiasyvidas.com/
Lamina de portada:
Ataque y defensa de los artilleros pronunciados en el cuartel de San
Gil el día 22 de junio de 1866. Historia filosófica de la revolución
española de 1868, Madrid, 1868.
Comentarios
Publicar un comentario