REVOLUCIÓN LA GLORIOSA 1868: ¡VIVA ESPAÑA CON HONRA!
Como siempre ante una situación de estas
características no podemos buscar una sola causa o motivo que nos lleve a ella.
Algunas de ellas se remontan a la Constitución de Cádiz y sus Cortes por dejar
abiertas cuestiones que a lo largo del siglo no se llevaron a cabo o no se
pudieron llevar, hablamos del tema de los señoríos y el reparto de tierras o la
supuesta igualdad, malherida por las quintas, los impuestos y el derecho de
voto. Si a esto sumamos el monopolio en el poder de los gobiernos moderados o
los derechos coloniales tenemos ingredientes suficientes para dinamitar el
espacio social y político de la España de mediados del siglo XIX. Sin olvidar,
por supuesto, la permanente lucha por el poder de las élites dirigentes, porque
en realidad fue una revolución política. Faltaba la chispa y ésta fue como
tantas otras veces la cuestión económica.
La revolución de septiembre de 1868, conocida como
la Gloriosa o la Septembrina puso fin al reinado de Isabel II y la dinastía
borbónica. En este caso solo de forma temporal. Ya lo intentó Riego con su padre.
ANTECEDENTES
Como decía antes hay varias causas en el desenlace,
pero destaquemos dos, en el ámbito político, el inmovilismo personalizado en el
Partido Moderado y en el económico por la crisis financiera del 66 y agraria.
Ya ese año de 1866, el general Prim, venerado y
respetado después de su triunfo en la guerra de Marruecos, protagonizó un intento
de pronunciamiento en Villarejo de Salvanés, cerca de Madrid. Fracasando y huyendo
a Portugal. Era evidente que las aguas no bajaban tranquilas.
La ley de 1865 que pretendía separar lo que era
propiedad privada de la familia real de lo que era patrimonio de España y
privatizar y vender patrimonio de la monarquía al final confundió, intencionadamente
o no, ambos términos y se habló de cesión de la reina al Estado de unos bienes
que no eran suyos sino de la nación. Así se resaltaba la “generosidad” de la
reina.
Castelar y “El rasgo”
E. Castelar |
Castelar en el diario La Democracia y a través de su
artículo “El rasgo” denunció semejante embuste. La denuncia era grave, la reina
no regalaba nada ni cedía graciosamente, sino que usurpaba, en consecuencia,
una parte del patrimonio que no le correspondía. Es decir, todo al revés.
La noche de san Daniel
Narváez ordenó su destitución como rector de la
universidad lo que levantó a la población estudiantil en su defensa. Y no solo
a los estudiantes porque en la noche de San Daniel, el 10 de abril de 1865, el
pueblo de Madrid salió a las calles en señal de defensa del catedrático y
fueron duramente reprimidos por las tropas de general Gasset provocando algunas
muertes y no menos de cien detenidos. Muchos de ellos formaban parte de las
bases del partido republicano.
El levantamiento de los
sargentos del cuartel de San Gil
Narvaez |
O´Donnell se hizo cargo del gobierno tras los incidentes,
pero ni logró el apaciguamiento del ambiente ni consenso para llegar a él. En
1866 comenzaron la serie de conspiraciones protagonizadas nuevamente por el
general Prim, ni mucho menos desanimado por su anterior fracaso, cuyo objetivo
no era otro que el derrocamiento de la monarquía borbónica. La respuesta
siempre era la brutal represión y los fusilamientos. En el cuartel de San Gil
se produjo el levantamiento de los sargentos el 22 de junio, impulsados por el
general Prim, desde el exilio, y por Sagasta, ambos del partido progresista más
los republicanos. La represión fue muy dura fusilando a setenta sublevados tras
lo cual O´Donnell entregó el testigo a Narváez. Estos hechos produjeron una
desafección dinástica entre los unionistas.
La cuestión económica entra en liza con la crisis de
1866 considerada a primera del capitalismo europeo y la que en España produjo
la paralización de la mayoría de los negocios industriales y mercantiles. Una
vez más ante esta situación la respuesta del gobierno fue el autoritarismo.
Cierre de periódicos y férrea censura de prensa que manifestaban los temores
del gobierno y su posicionamiento.
El Pacto de Ostende
En el exilio se organizaba la oposición y en agosto
de 1866 se firma el Pacto de Ostende entre progresistas y demócratas en contra
de la monarquía y a favor de convocar elecciones, por sufragio universal
masculino, para elegir unas Cortes constituyentes que determinaran la forma de
gobierno y la estructura de Estado. Integrantes del pacto fueron Prim. Olózaga,
Sagasta, Ruiz Zorrilla…a los que se sumaron republicanos como Pi, Chao y
Castelar. Incluso unionistas como Serrano y Dulce desterrados en Canarias. El
contexto internacional influyó en su configuración rebelándose contra el
aislamiento internacional que caracterizaba nuestra política. Y que contagió a
intelectuales europeos como Alejandro Dumas o Victor Hugo.
El papel de la reina y de su camarilla de iba
desmoronando. Dos de sus espadones habían muerto, O’Donnell y a comienzos de
1868 lo haría Narváez. Y Serrano desterrado pero defensor de la candidatura del
cuñado de Isabel II autentico benefactor económico. Mientras tanto en Madrid se
recrudecía los brotes de cólera haciendo estragos en la población más débil y
pobre mientras la reina se recluía en la Granja ajena a estas desgracias.
Prim |
La figura del general Prim fue cobrando más
protagonismo aun y desde el partido Progresista fue acumulando adeptos entre la
cúpula militar y sectores de la burguesía progresista. Se atrajo también a
personalidades de otros partidos afines.
¡Viva España con honra!
El 17 de septiembre, en la
bahía de Cádiz, donde estaba fondeada la fragata Zaragoza comandada por el
brigadier de la Armada Juan Bautista Topete, quien lanzaba un Manifiesto a los gaditanos
y a todo el país solicitando la adhesión a un levantamiento revolucionario para
expulsar a Isabel II, derrocar la dinastía borbónica y sustituirla por una monarquía
parlamentaria.
Ese mismo día llegaron a Cádiz Prim, Sagasta y
Zorrilla más el rico hacendado Paul y Angulo. Que junto a Topete unen fuerzas y
lanza un nuevo Manifiesto España con
honra redactado por López de Ayala en que se retoma los principios de
Ostende proponiendo unas Cortes Constituyentes.
Topete quería entregar la corona a Luisa Fernanda,
hermana de la reina y casada con el duque de Montpensier quien financiaba las
conspiraciones contra su cuñada. Además, solo reconocería a Serrano como jefe
del pronunciamiento a quien se debería esperar de su destierro de Canarias.
El día 18 se produce una alocución de Prim a los
españoles abogando por la «regeneración de la patria». Por la tarde llegó el
general Serrano y se dio otro manifiesto basado en principios liberales
progresistas y democratizadores: sufragio universal masculino, libertades y
orden. Ahora había que llegar a Madrid recogiendo adeptos allí por donde
pasaran. Serrano por tierra vía Sevilla y Prim por mar vía el levante hasta
Cataluña.
Las Juntas se multiplicaban por toda España, aunque
de forma irregular, mixtas de civiles y militares.
En Alcolea, Córdoba, tuvo lugar un enfrentamiento,
el único, el 29 de septiembre. Las fuerzas del
gobierno, comandadas por el marqués de Novaliches se encuentran con las fuerzas
sublevadas al mando del general Serrano. La victoria de éste tras una batalla
corta pero intensa se saldó con mil bajas. Dejando libre el camino hacia Madrid
y firmando la sentencia de muerte de la dinastía borbónica.
La reina huye a Francia
El mismo día 29 se entera la reina de vacaciones en
San Sebastián y en Madrid la Junta revolucionaria declara la caía de los
Borbones. La reina huye a Francia. Por primera vez en la historia de España un monarca
es expulsado por la fuerza. La Junta de Madrid asume el poder y la dirección
del gobierno. Aunque se constituye en paralelo otra Junta que acabaran
uniéndose. Las Juntas que se extienden por todo el país están capitalizadas
fundamentalmente por progresista y demócratas, estos sobre todo republicanos.
El programa político común se basaba en exigir el sufragio universal masculino
y libertades al completo, a saber, culto, enseñanza, de reunión y asociación,
de imprenta, además de inviolabilidad de domicilio y de la correspondencia,
seguridad individual, abolición de la pena de muerte, juicio por jurados e
inamovilidad judicial. En definitiva medidas protectoras de los Derechos
Humanos. La descentralización del Estado fue otro punto del programa más la
abolición de las quintas y de impuestos.
Triunfo de la Revolución
Para el 1 de octubre, las autoridades isabelinas
habían sido sustituidas en todas las capitales por estas Juntas. Éstas hacían oficial su poder congregando al
pueblo en las plazas públicas, donde leían sus proclamas y se hacían legitimar
por aclamación. Este movimiento juntero era una expresión de un federalismo
contenido. A diferencia de 1808 no se logró articular una Junta Central siendo
la de Madrid que actuó de tal forma.
El general Serrano llegó a Madrid del 3 de octubre y
se le entregó la potestad de formar gobierno, pero faltaba Prim que llegó el 7.
Y el 9 se constituyó nuevo gobierno con cinco progresistas y cuatro unionistas.
Que consiguió que las Juntas de disolvieran a partir del día 19 en que lo hizo
la de Madrid.
Conclusiones
Comienza el Sexenio Democrático. La Revolución
Gloriosa, conocida así por haber cambiado el devenir político de España sin violencia,
culminó el proceso de construcción de la España liberal dando paso a una España
democrática. Fue el primer experimento democratizador y su semilla tardó generaciones
en fructificar. España iba camino de la Iª República.
Pero los “nuevos” gobernantes no provocaron una
autentica revolución, si echar a la reina no lo había sido ya de por sí, ni económica
ni social. Promulgaron una nueva Constitución
donde promovieron auténticos cambios, eso sí, radicales, en el ámbito democratizador
del sistema, recuperando la soberanía popular y un elenco de suma importancia de
libertades y derechos humanos. Fue el antecedente de nuestra actual democracia.
«¿Por qué celebras la adhesión del absolutismo, si
el llamarlo y acogerlo ha sido tu error político más grande, pobre majestad sin
juicio?» Palabras que Benito Pérez Galdós pone en la imaginación de uno de los
personajes del Episodio Nacional, La de los tristes destinos (1907).
Fuentes:
La Historia en su lugar volumen 3. Planeta
Historia contemporánea de España 1808-1923 Blanca Buldain
coordinadora. Akal
La aventura de la Historia, revista num. 119 La
Gloriosa
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