LA BATALLA DE VERDÚN
En Navidad de 1915 von
Falkenhayn, jefe del Estado Mayor alemán, presenta un informe al Káiser para
una ofensiva en el frente oeste atacando el campo fortificado de Verdún. Si
lograran sus objetivos asestarían un duro golpe a los franceses sobre todo
desde el punto de vista psicológico. En enero de 1916 comienzan los
preparativos alemanes para la batalla.
Preparativos
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von Falkenhayn |
«Un esfuerzo final, dada
la actual situación favorable, inclinaría la balanza a favor de Alemania»,
estas palabras de von Falkenhayn al Káiser resumen el ambiente de optimismo que
reinaba en los ejércitos de las Potencias Centrales. 1915 les había sido
favorable y pensaban que podían acabar la guerra de forma inmediata.
Necesitaban hacerlo si no querían que el bloqueo naval británico arruinará su
futuro o alguna ofensiva que les restara iniciativa. De hecho, en el otro
bando, los generales en jefe francés, británico y ruso se reunían en la
localidad francesa de Chantilly precisamente para planificar el futuro ya que
en ese 1915 habían perdido miles de hombres en ataques estériles y necesitaban
mayor coordinación.
Se construyeron
carreteras, vías de tren, estaciones, alojamientos y grandes almacenes de
municiones. La ofensiva correría a cargo del Vº Ejército comandado por el
príncipe heredero con su oficial del Estado mayor, el general von Knobelsdorf. Contaban con seis divisiones compuestas por 90.000
hombres. Todo se organizó en el mayor secretismo posible, de hecho, no se
informó de la operación a la mayoría de los oficiales implicados hasta el
último momento.
La batalla tuvo lugar en
las colinas al norte de Verdun-sur-Meuse, en el noreste de Francia, junto al
río Mosa y cerca de la frontera con Alemania. Estaba en la trayectoria mas o
menos recta hacia Paris para los germanos. Verdún se hallaba en un sector
relativamente tranquilo del frente occidental, además muchos de sus cañones
pesados habían sido emplazados en otros sectores y su guarnición no era muy
fuerte. Y además, alejada de la zona británica.
La artillería del Káiser
Cuando las líneas férreas
estuvieron preparadas, unos 1.250 cañones, entre ellos “Fat Bertha”, fueron
desplegados en un frente de 15 kms. La munición que se transportó era para seis
días. Von Falkenhayn quería evitar la lucha cuerpo a cuerpo que costaría muchas
bajas. Por eso planteó un ataque masivo de artillería contra un frente
limitado, eliminando a la infantería enemiga en sus propias trincheras y poder,
al finalizar el fuego artillero, tomas posiciones de forma sencilla y sin
grandes pérdidas. De ahí la previsión de tan corto espacio de tiempo.
La “Operación Gericht”,
como llamaron los alemanes a la ofensiva sobre la ciudad fortificada de Verdún,
estaba prevista para el 12 de febrero, pero las inclemencias climatológicas la
retrasaron hasta el día 21. Ese día a las 7:45 h de la mañana entró en juego la
batería de fuego de artillería más grande de todos los tiempos hasta la fecha. Un
millón de obuses fueron lanzados. Nueve horas ininterrumpidas estuvo el fuego
artillero alemán bombardeando sus objetivos. 90.000 soldados alemanes esperaban
intranquilos en sus trincheras a que finalizara el bombardeo y salir al ataque.
Todos estaban confiados en la victoria y de la rapidez en llegar a la misma. Su
objetivo era desgastar al ejército francés y someterlo en una “máquina de picar
carne”
En el otro lado, los
franceses no habían considerado Verdún un objetivo importante para el enemigo,
no esperando, en consecuencia, ningún ataque en la zona. Aunque el teniente
coronel Driant, responsable de su defensa, había advertido en varias ocasiones
que las defensas de la fortificación no eran las idóneas para resistir un
ataque.
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general Petain |
«Las circunstancias de la
batalla fueron dramáticas. En el momento en el que los defensores de Verdún presentían
un ataque gigantesco, el alto mando procedía a desarmar los fuertes con objeto
de organizar la defensa del frente francés en profundidad». La Gran Guerra
1914-1918, Marc Ferro.
Cuando los alemanes
salieron de sus trincheras empezó a nevar, avanzaban con sumo cuidado por un
paisaje esperpéntico por el paso devastador de las bombas, pero no esperaban
oposición alguna. La sorpresa fue encontrarse una sorprendente y feroz
resistencia que les obligó a retroceder.
Bois des Caures
La reacción alemana fue retroceder
y reanudar los bombardeos a la mañana siguiente. A media mañana la infantería
salió de sus trincheras dirigiéndose a Bois des Caures como primer objetivo. Los
hombres de Driant no lo pusieron nada fácil y los alemanes tardaron tres días
en conseguir el objetivo. Todo hacía indicar que no se iba a tratar de un paseo
militar para los hombres del Káiser.
El fuerte Douamont
Eso sí, consiguieron
abrir una brecha en la línea defensiva francesa llegando al pueblo de Beaumont
cercano al fuerte de Douaumont. Ante la nueva situación de crisis en el bando
francés, el mando fue tomado por el general Pétain, nombrado por el general Joffre,
cuyo objetivo era defender Verdún a toda costa. La toma del, a priori,
inexpugnable fuerte se consiguió sin disparar un solo tiro, pues los franceses
lo habían prácticamente abandonado el año anterior. Fue un espaldarazo a los
intereses germánicos y un duro golpe para la defensa francesa.
Pero no se podían
relajar, estaba totalmente rodeados de tropas francesas. El siguiente paso fue
ocupar el pueblo del mismo nombre, Douaumont. Nuevamente entró en juego la
artillería alemana. El pueblo cayó en manos alemanas el 3 de marzo. El combate
en los alrededores fue uno de los más sangrientos de la batalla de Verdún.
Murieron unos 4.000 franceses y otra cantidad parecida por parte alemana. Los
famosos seis días previstos por los estrategas alemanes se habían quedado muy
lejos. Diez días después el objetivo para nada estaba cercano. Este retraso
permitió a Pétain reforzar el frente.
El fuerte de Vaux
La siguiente meta fue el
fuerte de Vaux pero esta vez sí estaba defendido por 280 hombres comandados por
el mayor Raynal, pero decididos a no ceder terreno. Consiguiendo sumar fuerzas
con otros hombres que habían escapado de los alrededores sumando un total de
600. Supuso una nueva dilación en el avance alemán. Hasta primeros de junio el
fuerte no cayó en manos alemanas después de encarnizados enfrentamientos por
cada palmo de terreno. El fuerte volvería a manos francesas en noviembre, cuando
los alemanes se retiraron por razones tácticas.
Mort-Homme y la colina 304
Pero los alemanes, a
principios de marzo, se habían dado cuenta de que era un error no tener en
cuenta el flanco izquierdo del Mosa y el día 6 extendieron la ofensiva a esa
orilla del río. Nuevamente, precedidos por fuego artillero, avanzaron. Los enfrentamientos
más duros se vivieron en la lucha por la toma de la colina de Mort-Homme que
los alemanes comenzaron el 8 de marzo. El día 14 alcanzaron la cumbre norte,
pero los franceses no cejarían en su empeño con un elevado coste de vidas por
ambas partes. El combate se alargó todo
el mes de marzo y parte de abril, terminado con victoria francesa que consiguió
expulsar a los alemanes. Éstos entonces pusieron el ojo en otra colina cercana
la conocida con el nombre de colina 304.
Para no perder la
costumbre el ataque se inició con un terrible fuego de artillería el 3 de mayo
que no cesó en dos días con sus respectivas noches. 3 días les costó a los
alemanes tomar la colina y unos 10.000 franceses dejaron su vida en la defensa.
El 20 de mayo lo alemanes recuperaron Mort-Homme.
100 días
La batalla de Verdún llevaba
100 días, solo un tercio de lo que duraría al final, lejos quedaba la idea de
seis con la que los alemanes empezaron el ataque en febrero, y a finales de mayo
las perdidas alemanas alcanzaban los 174.000 hombres. La idea original de
desangrar al ejército francés en Verdún
no se estaba cumpliendo, lo que parecía era todo lo contrario.
Pero los ataques y
contrataques se sucedían, como pudo atestiguar el pueblo de Fleury que cambió
de manos diecisiete veces y quedó demolido.
El fuerte de Souville
Los alemanes fijaron otro
fuerte como objetivo, el de Souville, el último fuerte del anillo defensivo
exterior alrededor de Verdún. El ataque fue pospuesto en varias ocasiones por
la meteorología hasta que el 10 de julio la artillería comenzó de nuevo su
martilleo, disparando esta vez gas venenoso incluido. El primer intento fue
baldío para los alemanes que lo intentaron de nuevo el día 13 pero también
fracasó.
Cuatro meses y medio
después del inicio de la batalla, más de 600.000 soldados franceses y alemanes,
aunque nunca se conocerán las cifras exactas, habían dejado sus vidas en aquel
pantanoso y enfangando terreno yermo.
Conclusión
La “Operación Gericht” no
había tenido ni éxito ni obtenido resultados tangibles. Los héroes de
Tannenberg, Hindenburg y Ludendorff tomaron las riendas de los ejércitos
alemanes el 27 de agosto.
La batalla de Verdún se
convirtió en la más larga de la Primera Guerra Mundial en su frente occidental,
finalizando el 18 de diciembre de 1916. Casi 300 días después de su inicio, 10
meses de lucha encarnizada, las posiciones de unos y otros se mantuvieron prácticamente intactas, pero con cientos de miles hombres menos.
Somme
Somme
El 1 de julio de ese
mismo año las tropas francesas y británicas abrieron un nuevo frente comenzando
la batalla del Somme con el propósito de distraer tropas alemanas de la batalla
de Verdún. Al final las bajas de la batalla del Somme superaron con creces a
las de Verdún. Al finalizar 1916 entre ambos frentes habían caído un número de
hombres cercanos al millón setecientos mil: 800.000 alemanes, 500.000 franceses
y 400.000 británicos.
Pétain fue el gran héroe
francés de Verdún y fue ascendido. Su puesto lo ocupa Nivelle que acabará
recogiendo los frutos de la defensa francesa. Reconquista Douamont el 24 de
octubre y el fuerte de Vaux en noviembre. El 15 de diciembre lanza una
contraofensiva que hace retroceder a los alemanes 5 kilómetros con respecto a
sus posiciones del mes de febrero.
Errores alemanes
Errores alemanes
Von Falkenhayn cometió
varios errores que acabaron condenado su objetivo. En primer lugar, no abrir el
ataque a ambas orillas del rio Mosa y en segundo no tener en cuenta la
climatología, ese mal tiempo convirtió el terreno en un fangoso y pantanoso
espectro que no solo hacía muy difícil la maniobrabilidad y movimiento de las tropas,
sino que el hielo, el barro y la humedad provocaron innumerables bajas en ambos
bandos si tener que disparar un solo tiro.
«Ésta es la famosa plaza
fuerte por la cual se sacrifican tantos millares de hombres y se consumen tan
formidables energías? ¿Ésta es la que ha sido llamada “clave de la guerra”?
¿Éste es el imán actual del universo? ¿Éste es Verdún? ... ¡Qué desencanto!» En
las trincheras, Gaziel
FUENTE
La Iª Guerra Mundial en
imágenes (J.H.J. Andriessen)
Verdún: 1916 crónica de
la batalla más célebre de la primera guerra mundial. Paul Jankowski
Los cañones de agosto,
Barbara W. Tuchman
La Gran Guerra 1914-1918,
Marc Ferro
En las trincheras, Gaziel
(Contratado por La Vanguardia, Agustí Calvet fue corresponsal de guerra en la Iª
GM con el seudónimo de Gaziel)
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