BATALLA DE IWO JIMA
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Raising the Flag on Iwo Jima AP/J Rosenthal
Cuando los aviones
japoneses ponían dirección a sus portaaviones después de haber bombardeado PearlHarbor se pidió hacer una tercera oleada que fue descartada por el mando
japonés. “El comandante de la escuadra japonesa dejó escapar una ocasión
magnifica restringiendo el número de los objetivos del ataque y limitando su
duración a solo un día”. Palabras del almirante Kimmel jefe de la escuadra estadounidense en el Pacífico. La no destrucción total de Pearl Harbor más el hecho de que los
portaviones norteamericanos no estuvieran allí fueron claves para el posterior
desarrollo de la guerra.
IWO JIMA
El 19 de febrero de 1945,
los infantes de marina estadounidenses desembarcaron en Iwo Jima (actual Iwo
To, Japón). Una pequeña isla que apenas medía 20 km². Defendida por unos 20.000
japoneses, los marines emplearon unos 250.000 soldados que se lanzaron
a tumba abierta a remontar el Suribachi, un volcán extinguido que presidía la
isla. Estaban a 1.200 kms al sur de Tokio. En Iwo Jima, los
japoneses tenían dos aeródromos y un radar, que detectaba con suficiente
antelación la llegada de los aviones B-29.
RETROCESO NIPÓN
La guerra había tomado un claro color de barras y estrellas y el Imperio nipón iba perdiendo isla a isla. Iwo Jima era fundamental para los intereses estadounidenses de cara a su idea de bombardear Japón alcanzando Tokio. Sus fortalezas volantes B29 disponían de suficiente autonomía desde las islas Marianas conquistadas en el verano anterior, pero no así los cazas que debían escoltarles. El apoyo naval venía de la Fuerza operativa 54 formada por 12 portaaviones, si, esos portaviones que los japoneses no encontraron en la base naval bombardeada aquella mañana de 7 de diciembre de 1941, 6 acorazados, 3 cruceros y 24 destructores, más la Fuerza operativa 58 con un número superior de efectivos.
Desde el otoño los
aviones aliados sobrevolaban la isla tomando fotografías preparando el
ataque. Los japoneses sabían que Iwo Jima era el próximo objetivo, eran
conscientes de que la guerra estaba llegando a su fin, pero el objetivo de sus
vidas era proteger y evitar que el enemigo llegará a su isla principal, al corazón
de Japón, por eso luchaban de forma desesperada, era una cuestión de
supervivencia.
TADAMICHI KURIBAYASHI
Tadamichi Kuribayashi era
el comandante en jefe de las tropas japonesas que defendía Iwo Jima. De 44 años,
sus hombres le llamaban “Corazón de Tigre”. Construyó cientos de refugios,
casamatas, trincheras, búnkeres, etc… muchos de ellos entrelazados y unidos por
una serie de túneles para que sus tropas pudieran desplazarse sin ser vistas por
el enemigo y salir por diferentes posiciones para sorprender a los atacantes en
una estrategia de constante acoso. Su consigna no dejaba lugar a dudas:
resistir hasta morir.
En el monte Suribachi, uno
de los principales objetivos de los atacantes, se estableció perfectamente camuflada, buena
parte de la artillería nipona que debía bombardear las playas del desembarco.
La primera línea
defensiva no estaba en las playas. Kuribayashi era consiente que los bombardeos
de los buques enemigos harían imposible mantener esas posiciones, por lo que
retrasó sus defensas con la intención de mantener empantanados a los marines en
la misma playa imposibilitándoles el avance.
La isla estaba
prácticamente bloqueada, sin apoyo aéreo ni naval, sometida a bombardeos y sin
defensas antiaéreas ya que se habían reutilizado para la defensa terrestre.
OPERACIÓN DETACHMENT
La Operación Detachment (aislamiento), como la denominaron los atacantes, se inició el día 17 cuando los acorazados Nevada, Idaho y Tennessee junto a los cruceros Vicksburg y Salt Lake City comenzaron a bombardear los objetivos. El día 19 fue el previsto para el desembarco. Comenzó con el bombardeo preceptivo, a las 6:40, al que se sumaron a los buques anteriores los acorazados Washington y North Carolina. 120 cazas y bombarderos arrasaron las zonas adyacentes a las playas entre las 8:05y las 8:25. Pero toda esa descarga de bombas no despejó el terreno en parte por la estrategia de Kuribayashi aunque así lo creyeran los norteamericanos.
Sobre las 9:00 llegaron
las primeras oleadas de vehículos anfibios. Los primeros marines fueron los de
las divisiones 4ª y 5ª. La primera desagradable sorpresa fue que al llegar a la
playa los soldados se hundían hasta las rodillas en la fina arena volcánica
haciendo muy dificultoso su avance. Las playas estaban formadas por una
sucesión de terrazas de arena volcánica que no solo impedían el avance si no
que no permitían ver las posiciones defensivas de los japoneses.
La idea de Kuribayashi
era dejar llegar a los atacantes un poco hacia el interior dejando que las
playas se llenasen de hombres y material para en ese momento descargar sobre
ellos todo el fuego disponible. De hecho, una hora después de iniciarse el
desembarco, la situación estaba tal y como la había planeado el general
japonés. En ese momento cayó sobre los marines un auténtico infierno de fuego y
metralla.ATASCADOS EN LA PLAYA
Sobre las 10:30 el
desembarco se había completado y 6.000 hombres estaban sobre las playas
acurrucados en las terrazas esperando su oportunidad para seguir atacando.
Poco a poco pudieron ir
avanzando a pesar de la tozuda defensa japonesa. El trabajo en la playa era
titánico para que las excavadoras y los batallones de construcción (Seabees)
pudieran abrir rampas para que los carros de combate y resto de vehículos
pudieran avanzar hacia el interior de la isla.
El día siguiente comenzó,
de nuevo, con un intenso bombardeo sobre las posiciones niponas. Se había
avanzado sobre el Suribachi, uno de los aeródromos y algún objetivo más, pero
lejos de lo previsto en el plan estratégico. La meteorología estaba haciendo
todo más difícil aún.
EL MONTE SURIBACHI
El día 21 amaneció con un
fuerte temporal. Pero fue el momento elegido por el 28º Regimiento para
lanzarse al asalto del monte Suribachi. Al llegar la noche habían avanzado unos
500 metros hacia el volcán.
Ese día aparecieron los
temibles kamikazes que causaron importantes daños a los buques de cobertura.
IZANDO LA BANDERA EN IWO JIMA
El día 23 se dio la orden al 28º Regimiento de tomar el volcán, punto estratégico del ataque. En dos horas lograron su objetivo con escasa resistencia. Con un trozo de tubería de drenaje, montaron la bandera para alzarla a las 10:20, pero no era muy visible al ser de pequeñas dimensiones. Pero fue sobre medio día cuando se subió otra bandera de mayor tamaño, momento que fue captado por el fotógrafo de guerra Joe Rosenthal que llegaría a ser la foto mas famosa de la IIª Guerra Mundial probablemente y por la que obtuvo el premio Pullitzer.
La visión de la bandera
fue un subidón de adrenalina para los combatientes, y festejada desde los
buques, pero ni mucho menos fue el final, lo peor estaba por llegar. La
pesadilla llegó sin esperarlo. Los marines en su avance iban dejando tras sus
líneas a muchos defensores japoneses ocultos en sus túneles, cuevas, pasadizos
y entramados que habían preparado antes del ataque. De esta forma atacaban por
la retaguardia causando el pánico y caos. Los lanzallamas fuero una de las principales
armas utilizadas por los marines para desalojar esas cuevas y túneles mortales.
PUESTO DE MANDO JAPONÉS El 7 de marzo alcanzaron
el puesto de mando japonés, todo estaba a punto de finalizar, pero los
defensores lo habían abandonado no sin antes dejarlo preparado para su
demolición justo en el momento en que los marines llegaban. Murieron mas de 40
en la explosión.
La batalla duró cinco
semanas, finalizando el 26 de marzo. Los japoneses murieron casi todos, empezando
por su comandante en jefe, del que se cree que, quitándose los galones para no
ser reconocido, se lanzó a una carga suicida como cualquier otro soldado,
muriendo en el intento.
ÚLTIMO ATAQUE SUICIDA
"La fuerza bajo mi mando ahora es cerca de 400 hombres. Los tanques nos están atacando. El enemigo nos ha sugerido a través de sus altavoces que nos entreguemos, pero nuestros oficiales y hombres se echaron a reír y no prestaron atención" Esta fue su última transmisión por radio con Tokio de Kuribayashi. Se cree que, despojándose de todos sus galones, como un soldado más, se lanzó a una carga temeraria contra el enemigo que le costó la vida. Su cadáver nunca fue encontrado a pesar de los esfuerzos del mando norteamericano en encontrarlo.
Se calcula que por parte estadounidense las bajas fueron unas 26.000 (más de 6.000 muertos). Por parte nipona
la gran mayoría.
¿Influyó esta resistencia nipona en la decisión de lanzar las bombas atómicas?
Hay corrientes
historiográficas que la sorprendente resistencia japonesa en todas aquellas
islas que los estadounidenses fueron asaltando camino de Tokio y en especial
esta de Iwo Jima influyeron en los lideres aliados, Truman y Churchill para
tomar la fatal decisión de lanzar bombas nucleares en Nagasaki e Hiroshima con
la intención de acortar la guerra. Una guerra que, por otro lado, tenia su
final muy cerca con un ejercito japonés, valiente y desesperado en su
resistencia, pero agotado y prácticamente derrotado.
Hasta 1968 EE. UU. ocupó
la isla hasta su devolución a Japón. Ahora hay una base japonesa con poco más
de 300 personas. Los habitantes que había durante la guerra, evacuados en aquel
momento, no pudieron volver a vivir.
Días después de la toma
de la famosa foto del alzamiento de la bandera, la misma salió en portada de
diarios tales como el “New York Times” o “The Washington Post”. Joe Roshental,
fotógrafo bélico de la agencia de noticias Associated Press, ganó el premio
Pulitzer en el año 1954, por si fotografía que tituló “Raising the Flag on Iwo
Jima” (Alzando la bandera en Iwo Jima).
Fuentes: La Segunda Guerra Mundial en el mar. Una historia global. Craig L. Symonds. La esfera de los libros.
La Segunda Guerra
Mundial, Edilibro, volumen 15 (De Europa a las Filipinas. La bomba atómica)
Segunda Guerra Mundial
1939-1945 Las claves de la mayor contienda de la Historia, volumen 29,
biblioteca El Mundo
La Segunda Guerra
Mundial, Argos, volumen 2
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/batalla-iwo-jima-imagenes_11221/8 |
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