LA REFORMA DE CLÍSTENES: UNA CONSTITUCIÓN FAVORABLE AL PUEBLO
Las reformas de Clístenes en el 508 a.C en Atenas, considerado por algunos historiadores el padre de la democracia.
Clístenes fue un político
ateniense hijo del alcmeónida Megacles que introdujo una serie de reformas en
la legislación ateniense y, al mismo tiempo, el gobierno democrático en Atenas.
DRACÓN Y SOLÓN REFORMADORES

TIRANÍA DE PISISTRATO
Solón había dejado una
Constitución y unas leyes. Y a su retirada la agitación social envolvió la atmósfera
ateniense. Atenas pasó a vivir la tiranía de Pisistrato (561-560 a.C.) y sus
hijos, Hypias e Hiparco. ¡Hasta pronto democracia! La muerte de Hiparco en una
conspiración liderada por Harmodio y Aristogiton endureció el gobierno e
incrementó el nivel de despotismo y violencia. Hypias fue derrotado por los
espartanos de Cleómenes con la ayuda de los Alcmeónidas y por las poleis enemigas de Atenas. La idea del espartano
era crear otro régimen tiránico bajo la influencia de la Liga del Peloponeso.
Las luchas por el poder no tardaron en aparecer y Clístenes encontró en Iságoras
su rival, quien, apoyado por Esparta, quería volver al estado oligárquico. Clístenes
alcanzó la victoria y las fuerzas espartanas se retiraron de Atenas. Comienza
la rivalidad política entre ambas potencias.
REFORMAS
Clístenes apoyado por el pueblo
implantó una Constitución democrática, defendiendo la continuación de la
reforma de Solón hacía la soberanía del pueblo. Entre los años 507 a 501 a.C,
ejerció la magistratura del arcontado y desde ella realizó una de las más
importantes y originales reformas políticas, gracias a ella pudo surgir el
Estado democrático de la Atenas de los siglos V y IV a.C.
En la sociedad ateniense,
a pesar de su evolución económica e ideológica, perduraban los antiguos cuadros
gentilicios y aristocráticos. Continuaban dominando las grandes familias. El
acceso a las altas magistraturas y la plenitud de los derechos políticos estaba
restringido a los dos primeros grupos censados creados por Solón que
prácticamente correspondían a la más alta clase social ateniense.
Desde el punto de vista
ideológico, los antiguos valores de la eunomía
(el buen orden), y el respeto a las leyes que admiraba Hesíodo ya no bastaba.
Se había evolucionado hacía la isonomía
(la igualdad ciudadana). El mérito de Clístenes fue entender este término desde
un punto de vista “absoluto” para toda la sociedad ateniense, tal y como así
era exigido. El término se refiere a una igual repartición de los cargos
públicos. Se podría decir que Atenas, habiendo alcanzado su madurez como
potencia económica, necesitaba su “mayoría de edad” social y política.
Clístenes debió comprender esta necesidad y acometió la empresa: abrir las
puertas de la Democracia ateniense.
La reforma de Solón había
supuesto una primera apertura a las instituciones del Demos (pueblo) y la
expansión económica y el apoyo dado por la Tiranía a las clases populares había
cambiado la correlación de las fuerzas sociales. Sin embargo, la vida política
seguía dominada por las familias ricas. Los ciudadanos censados en las clases
inferiores se habían fortalecido y exigían una mayor participación en las
instituciones a lo que se suma que, en los últimos tiempos, se habían
incorporado gran cantidad de extranjeros siendo cada vez mayor su peso social y
económico. La sociedad había cambiado y exigía reformas.
Las características
esenciales de la reforma de Clístenes pueden resumirse en carecer de
aspiraciones económicas y de prestigio, buscar principalmente objetivos
sociales y políticos para abrir el ámbito de la ciudadanía y conseguir la
soberanía del pueblo.
Se divide la reforma en
dos coordenadas: territorial y administrativa, por un lado, e institucional,
por otra.
Clístenes realizó una
división de la población basándose en un concepto territorial, integrando a la
población dentro de tres agrupaciones: Démos,
Tritties y Fileas o tribus.
Como unidades
administrativas tomó los demos,
comunidades rurales. El ámbito urbano también fue dividido en démos pero más artificiales, barrios y
partes rurales vecinas. No se sabe el número final de démos resultantes, pero se calcula entre cien y ciento cuarenta, tampoco
se conoce el número de habitantes de cada una. El objetivo era
romper la tradicional división como miembros de familias y pasar a que los
atenienses se consideraran ciudadanos de la polis.
Todos los hombres deberían identificarse con el nombre de su démos, como un apellido.
Por su estructura el démos era una verdadera comunidad: tenía
su propia asamblea (Ágora), que elegía a su propio dirigente (Demarca);
gestionaba sus finanzas locales y administraba sus bienes comunales; tenía sus
propios cultos y festividades y confeccionaba las listas de sus ciudadanos.
Además, como unidad administrativa base, participaba y tenía su función en la
vida ciudadana del Ática, teniendo su representación en la Bulé de la ciudad. Clístenes de esta forma amplió el derecho de la
ciudadanía, haciéndolo extensivo a individuos residentes en el Ática cuya
ciudadanía no se conseguía por el antiguo sistema gentilicio y que esta reforma
territorial lo hacía posible.
Una vez constituidos los démos, se dividió el Ática en tres
regiones de población aproximadamente equivalente: el Asty (la ciudad), la Mesogea (el interior) y la Paralía (la costa).
Cada región constituida,
se dividió a su vez en treinta circunscripciones o distritos de población, diez
del Asty, diez de la Mesogea y diez de la Paralía, llamadas Tritties (un tercio). Poco se conoce de ellas ni sobre su formación
ni finalidad.
Y por último Clístenes
creó diez tribus o fileas. Frente al
carácter gentilíceo propio de las anteriores tribus las nuevas eran
circunscripciones únicamente territoriales, con formación heterogénea y creadas
de forma artificial. Proporcionaban la estructura militar básica del Estado,
cada una de ellas reclutaba su batallón hoplita y su caballería poniendo al
frente el Estratego. La principal misión de las tribus estaba enfocada a la
reforma institucional. Cada tribu debía asignar anualmente y por sorteo
cincuenta de sus miembros para formar parte del Consejo de la Ciudad o Bulé.
Se ha dicho que Clístenes
no fue un reformador revolucionario sino original y genial. Respetando las
instituciones existentes, supo transformarlas para lograr su objetivo: entregar
y garantizar la soberanía del Estado al pueblo.
Así el Consejo del
Areópago (tenía cierta similitud al posterior y primitivo Senado romano) se
mantuvo y fue despojado de gran parte de sus atribuciones a favor de los
restantes organismos públicos Bulé,
Eklesia, Heliea y las Magistraturas:
- · La Bulé (Consejo de los Quinientos) base de la soberanía popular y garante de la misma, estaba formado por cincuenta miembros de cada tribu. Solo era exigidos tres requisitos para formar parte de ella: ser mayor de treinta años, sólo se podía ejercer este cargo dos veces en la vida y su duración era un año y no se podía ocupar durante dos años seguidos. Era misión de la Bulé preparar las sesiones de la Eklesía o Asamblea y encargarse de que se ejecutaran las decisiones tomadas en la misma.Se decidió que cincuenta miembros, pertenecientes a una tribu (Pritanos) estuvieran permanentemente en sus funciones una décima parte del año (pritanía), y el turno de estas pritanías se decidía por sorteo. Al frente de cada pritanía se encontraba un presidente o Epístate que ejercía sus funciones durante un día y era elegido por sorteo. Los pritanos con su Epístate se reunían en el Tholos próximo al Buleuterion. Al menos un tercio de ellos con su Epístate, debían permanecer por la noche en el Tholos.
- · La Eklesia o Asamblea popular, donde participaban todos los ciudadanos teniendo en ella voz y voto. Su lugar de reunión se llamaba Pnix. Se concedió a la Eklesia la decisión de los asuntos públicos por encima de la Bulé. Tenía competencia en la gestión económica y financiera y decisión última de guerra y paz. Decidía por votación las magistraturas y también realizaba la censura de los cargos salientes. Pasaron a la Asamblea las atribuciones de carácter judicial relativo a los delitos de alta traición cuyas acusaciones se presentaban mediante denuncia.
- · La Heliea. El Tribunal Popular tenía como misión juzgar los delitos comunes y las apelaciones de delitos menores. Sufrió una restructuración, de los seis mil miembros que la formaban, cinco mil se encontraban en activo, distribuidos en diez tribunales de quinientos miembros, quedando los otros mil restantes como suplentes.
- · Las Magistraturas: los Arcontes, altas magistraturas ejercidas por miembros de la aristocracia. El número de arcontes ascendió a diez y su misión fue ejecutiva. Y los Estrategas, diez, uno por cada tribu, al mando de cada uno de los diez regimientos tribales
CONCLUSIONES A LAS REFORMAS DE CLISTENES
Con sus innovaciones logró
un nuevo Estado tal y como reclamaba la nueva sociedad ateniense.
Institucionalmente introdujo la igualdad de los ciudadanos en sus derechos
cívicos y en su participación en la vida política. La palabra democracia era
desconocida en la época de Clístenes. Son más adecuadas las palabras de
Aristóteles: “Clístenes estableció una Constitución favorable al pueblo”.
Gracias a ella la autoridad se sometía al pueblo y todo se realizaba en bien de
la comunidad, según las palabras de Heródoto en su elogio a la isonomía (igualdad de derechos civiles y
políticos). Además, estableció todo
un sistema de instituciones y disposiciones de forma metódica y racional. Todo
estaba regulado por un sistema decimal.
Consiguió que el
ciudadano ateniense no ejerciera sus derechos solo por ser miembro de una
familia del Ática, sino que fuera reconocido como ciudadano y ejerciera sus
derechos como tal por pertenecer a la comunidad ateniense. Con ello también se
amplió de esta forma el derecho de la ciudadanía, que se hizo extensivo a
individuos residentes en el Ática cuya ciudadanía no se conseguía por el antiguo
sistema gentilicio y que la reforma territorial de Clístenes hacía posible.
Pero que el poder
residiera exclusivamente en el pueblo no estaba conseguido totalmente, estaba
en camino. El pueblo participaba del gobierno de la ciudad pero las altas
magistraturas eran ocupadas principalmente por las clases aristocráticas y el
antiguo Areópago gozó durante mucho tiempo de poder y prestigio. Por otro lado,
esas clases mas poderosas, social y económicamente, tenían más acceso al poder
por sus influencias o porque su posición económica se lo permitía.
Por ultimo y como protección
al nuevo sistema instaurado, Clístenes introdujo la institución del ostracismo,
para evitar una reacción en contra por parte de la aristocracia, por la que se podía
alejar de Atenas cualquier individuo que fuese considerado por la Asamblea
como una amenaza a la soberanía popular.
Si Solón fue el
iniciador, la estabilidad y la estructura política dejada por Clístenes fue la
segunda base para que Atenas implantara su Democracia.
Fuentes:
Historia Antigua Universal
II. El mundo griego, Pilar Fernández Uriel. UNED (2007)
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ResponderEliminarMuchas gracias Vicente, claro que me interesa.Lo tengo en cuenta. Me alegro que te hayas pasado por aquí y te haya gustado el artículo.
EliminarMuy bueno tu articulo, sera un placer que te pases por mi blog algun dia. Saludos
ResponderEliminarGracias, por supuesto, estaría encantado, déjame el nombre o la dirección y me pasaré, seguro.
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