LA PAZ DE WESTFALIA
.jpg "Gerard ter Borch, Ratificación del Tratado de Münster, Ámsterdam, Rijksmuseum (wikimedia commons)")
La Paz de Westfalia es como se conoce a dos acuerdos alcanzados en las ciudades de Osnabrück, por los suecos y los príncipes protestantes, y Münster, por los estados católicos, en 1648, uno el 15 de mayo y el otro el 24 de octubre, donde se sentaron las bases del futuro sistema europeo de estados. El tratado puso fin a la Guerra de los Treinta Años, iniciada en 1618, y la Guerra de los Ochenta Años entre España y las Provincias Unidas, donde se reconoció la independencia de éstas.
PUNTO DE PARTIDA DE LA DIPLOMACIA MODERNA
Es considerada el punto de partida de la diplomacia moderna y estableció la base del sistema internacional actual al afirmar la soberanía nacional, la igualdad de los Estados y el principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países. La resolución de los conflictos internacionales se realizaría a través de un mecanismo de conferencias multilaterales basadas en los nuevos principios de soberanía, igualdad y equilibrio entre las potencias. A partir de este momento se suprime el tradicional ascendiente político, jurídico y espiritual del papado y del emperador. Fue el primer congreso diplomático moderno donde delegados de casi todos los estados europeos se reunieron para negociar la paz y sentar las bases de la diplomacia multilateral.
En estas negociaciones el papel protagonista lo tuvieron las distintas delegaciones diplomáticas en las que no participaron de forma directa ningún rey, duque ni nadie de la alta jerarquía eclesiástica.
BASES DEL DERECHO INTERNACIONAL
El poder soberano de los príncipes tanto en asuntos religiosos como a la hora de mantener relaciones con otros estados, pactar alianzas o firmar acuerdos quedaría especialmente reforzado, pero no podría utilizarse contra el emperador. En consecuencia, a nivel político, supuso el triunfo de las “libertades germánicas” sobre el absolutismo imperial.
En el campo religioso, los acuerdos situaban la confesión calvinista en pie de igualdad con la luterana y la católica y se modificaba el principio cuius regio eius religio en el sentido de una mayor tolerancia por parte de los príncipes territoriales.
«Con todo, aunque el panorama religioso e internacional seguía siendo sombrío después de 1648, esto no significa que no se produjeran importantes cambios en la estela de los acuerdos de Westfalia. Uno de los más notables fue la aparición de un nuevo sentido colectivo de la propia Europa». J. H. Elliot
Varios artículos del tratado de Munster aspiraban a restablecer el libre comercio en el Sacro Imperio y especialmente en el curso del Rin. La independencia de la República de las Provincias Unidas (Países Bajos) y de la Conferencia Helvética (Suiza), formalmente incluidas en la redacción de los tratados, implicaba que, a partir de entonces, todo cambio de los límites fronterizos europeos y coloniales requerían un reconocimiento internacional.
La secularización de la política internacional que se afirma en los tratados de Westfalia y la relativa estabilidad que se produjo entre las potencias firmantes ofrecían las condiciones para el desarrollo de un derecho público europeo con un sistema dual, que seguía dominado por los principios de soberanía y el voluntarismo de los estados, pero que reconocía también la existencia de una sociedad internacional autónoma dotada de poder legislativo.
En el ámbito territorial, Francia y Suecia se fortalecieron al adquirir territorios. Como ya se ha dicho, se reconoció formalmente la independencia de Suiza y Países Bajos. Y respecto al Sacro Imperio Romano Germánico, la autoridad del emperador se debilitó, ya que los príncipes alemanes obtuvieron mayor autonomía.
«Hay razones poderosas para argüir que la Europa que nació de las décadas centrales del
DECÁLOGO DE LAS CONSECUENCIAS POLÍTICAS DE LA PAZ DE WESTFALIA DE 1648:
1. Nacimiento del Estado moderno y soberano
Se estableció el principio de soberanía estatal, es decir, cada Estado tenía autoridad suprema sobre su territorio y asuntos internos, sin injerencia externa. Este principio es la base del sistema internacional actual.
2. Fin del poder universal del emperador y el papa
El Sacro Imperio Romano Germánico perdió poder real, y el emperador quedó como una figura más simbólica. Los más de 300 estados alemanes ganaron autonomía política y religiosa, debilitando la autoridad central del emperador y del papa.
3. Reconocimiento de nuevas potencias y fronteras
Se reconoció la independencia de las Provincias Unidas (Países Bajos) y de la Confederación Helvética (Suiza). Francia y Suecia emergieron como garantes del nuevo orden y potencias hegemónicas en Europa central.
4. Equilibrio de poder
Se sentaron las bases del equilibrio de poder europeo, un sistema en el que ningún Estado debía ser lo suficientemente fuerte como para dominar a los demás, lo que buscaba evitar nuevas guerras de hegemonía.
5. No injerencia y relaciones internacionales
Se consagró el principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados, lo que transformó la diplomacia y las relaciones internacionales.
6. Constitucionalización del Sacro Imperio
Las disposiciones de Westfalia pasaron a formar parte de la constitución del Sacro Imperio Romano Germánico hasta su disolución en 1806.
7. Debilitamiento de Austria y España
Austria y España, grandes potencias de la época, vieron reducido su poder e influencia en Europa central, mientras que Francia se fortaleció.
8. Igualdad jurídica entre los Estados
Todos los Estados, independientemente de su tamaño o poder, fueron reconocidos como iguales en el ámbito internacional. Este principio es clave en la ONU y en la mayoría de los organismos internacionales actuales.
9. Diplomacia multilateral
La Paz de Westfalia marcó el inicio de la diplomacia moderna, con conferencias multilaterales y negociaciones entre delegaciones diplomáticas, modelo que se mantiene en la actualidad
10. Relevancia actual
Los principios de Westfalia siguen siendo relevantes hoy, aunque enfrentan desafíos por la globalización, la interdependencia económica, el terrorismo y problemas globales como el cambio climático, que requieren cooperación más allá de la soberanía absoluta.
En resumen, la Paz de Westfalia transformó el mapa político de Europa y sentó las bases del sistema internacional moderno, basado en estados soberanos, igualdad jurídica y diplomacia multilateral. Aunque el mundo ha cambiado, muchos de sus principios siguen vigentes y son la base de las relaciones internacionales actuales.
«En qué medida la Paz de Westfalia fue responsable de los cambios psicológicos, políticos y sociales de finales del siglo XVII es tema abierto a la discusión. Pero el vasto esfuerzo diplomático que finalmente alumbró los acuerdos de paz de 1648 puede considerarse de modo apropiado como una respuesta a un colapso general europeo, que provocó terribles sufrimientos y un agudo hastío de guerra entre los grupos populares y dejó a las elites políticas indagando sobre una fórmula que impidiera una vuelta a los horrores de la Guerra de los Treinta Años. Su búsqueda fue vacilante e insegura y se vio asaltada por numerosos reveses. Pero por lo menos había dado los primeros pasos, aún poco resueltos, por el largo y tortuoso camino que podría llevar, un día, a una Europa unida por el comercio y los modales». J. H. Elliot
FUENTES:
Historia Moderna Universal, A Floristan (coord.)
Historia del Mundo Moderno, Luis Ribot (coord.)
Elliot, J. H. Europa después de Westfalia. Revista Pedralbes. N° 19 - 1999. P. 131
Historia y Relaciones Internacionales. Primera Parte. Capítulo Uno. La Génesis: de la Paz de Westfalia al Congreso de Viena. 1648 – 1815. Consejo Federal de Estudios Internacionales. Directora: Mg. Patricia Kreibohm
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