EL PACTO DE TUDMIR

 

El pacto de Tudmir

La expansión de los musulmanes por la Península Ibérica a partir del desembarco de Tariq en abril de 711 se llevó a cabo mediante dos métodos: uno militar y otro basado en pactos. Habitualmente, los jefes visigodos oponían resistencia inicial para acabar siendo derrotados y sometiéndose al islam. No obstante, aquellos que aceptaban ese sometimiento desde el principio mantenían su autoridad política. En cualquier caso, a la población cristiana se le respetaba tanto la vida como sus creencias, a cambio de pagar un impuesto personal en metálico denominado yizya y una contribución territorial en especie conocida como jaray. De esta manera, adquirían el estatus de dimmíes o protegidos del islam.

EL TRATADO

De todo ello tenemos constancia por el pacto firmado por Aziz ibn Musa ibn Nusayr, hijo del conquistador que se había separado de las fuerzas de su padre para dirigirse al sudeste peninsular ocupando Málaga, Granada y Murcia, el 5 de abril del 713, con el godo Teodomiro (Tudmir). Se trata del documento diplomático mas antiguo que se conserva de la historia de Al-Ándalus. Excepcional en su género y de valor inapreciable para  entender lo que significaba el estatus de dhimma o protección que el islam otorga a los fieles de otras religiones monoteístas.

Varios autores árabes occidentales, como al-Udri en el siglo XI, reproducen este tratado. Su obra histórico-geográfica dedica un capítulo a la Kura de Tudmir, dividido en concesiones y obligaciones.

De las primeras, se otorga la protección del islam sin perder su condición de hombres libres y conservando soberanía y propiedades: 

«Que gozarán de la protección de Alá, ensalzado sea, y de la protección de Mahoma. Alá lo bendiga y salve. Que no cambiará su estatuto y el de sus seguidores. Que no se confiscarán sus propiedades ni serán esclavizados. Que nos serán separados de sus mujeres e hijos, ni serán asesinados. Que no serán quemadas sus iglesias ni expoliados los objetos de culto que contienen. Que no serán discriminados ni aborrecidos por sus creencias religiosas»

Pero, por otro lado, estaban obligados a comunicar cualquier información que les llegara sobre sus enemigos, la prohibición de acogerlos y adoptar actitudes belicosas contra cualquier individuo o grupo a quienes les hubiera otorgado su protección.

Todo ello pagando el impuesto antes mencionado: 

«Por cada hombre libre: un dinar año, cuatro almudes de trigo, cuatro de cebada, cuatro qist de vinagre, cuatro qist de mosto o de vino, dos de miel y no de aceite. Por cada esclavo, la mitad».

TEODOMIRO O TUDMIR

¿Quién fue este miembro de la aristocracia visigoda que firmó este tratado con los invasores musulmanes?

Según la historiografía latina y árabe, se trataba de un noble visigodo con un considerable patrimonio territorial y responsabilidades administrativas o militares en el sudeste de la Península Ibérica. Poseía el suficiente prestigio para firmar un acuerdo significativo con los musulmanes. 

Mantuvo su posición privilegiada en términos políticos, económicos y sociales en la región, lo cual es documentado en la Crónica mozárabe de 754. Este documento, aunque algo ambiguo, menciona su mulk, término que puede referirse tanto a su soberanía como a sus posesiones.

De hecho, y lo que refrenda su estatus, es que Teodomiro acompañó a Musa a la capital del califato, junto a otros potentados visigodos, y allí fue reconocido por el califa honrándolo especialmente.

Fue sucedido a su muerte por su hijo Atanagildo quien mantuvo los mismos privilegios y estatus, hasta su condena, no se sabe muy bien por qué, por el gobernador Abu l-Khattar.

Teodomiro no fue el único aristócrata visigodo en esas condiciones, ya hemos leído que fue acompañado por otros en su viaje con Musa. Conocemos también la historia de los tres “hijos de Witiza” el predecesor de Rodrigo, que se unieron a los musulmanes a su llegada a la Península, manteniendo sus vastas posesiones en bienes raíces y de una situación envidiable. Una tradición árabe presenta al más conocido Artubas o Ardabasto, lo bastante rico como para hacer donaciones de tierras a comensales orientales. Al parecer solo con Abd al-Rahman I les fueron requisadas la mayor parte de las posesiones.

Otro tema interesante seria el de los “matrimonios mixtos” de árabes con mujeres de la aristocracia autóctona.  Port ejemplo, Abd al-Aziz ibn Musa ibn Nusayr, se casó con Egilona, la viuda del rey visigodo Rodrigo. La nieta de Witiza, Sara, e incluso una hija de Teodomiro se casaron con jefes árabes. 

TUDMIR ZONA GEOGRÁFICA

Siguiendo los estudios de la arqueóloga medievalista Sonia Gutiérrez Lloret, «el término Tudmir designó en árabe tanto el territorio como el personaje histórico que le dio nombre y ambas realidades (espacio e individuo) están inexorablemente ligadas al proceso de formación de una sociedad islámica en una región periférica al Estado cordobés: el sudeste de la provincia cartaginense devenido de la cora de Tudmir» Entendiendo por cora una unidad político-administrativa.

El Pacto de Tumir


Gracias a la reestructuración administrativa del emir Abd al- Rahman II conocemos que la capitalidad de Tudmir se vincula con la fundación en el año de la ciudad de Murcia «para instalar a gobernadores y jefes militares, y por tanto, destinada a convertirse en el principal centro urbano de ese territorio».

La cora de Tudmir se encuadraba en alza actuales provincias de Murcia, sur de Alicante, sudeste de Albacete y norte de Almería. Orihuela (Auryula), Alicante (Laqant), Mula y Lorca (Lurqa) figuran en todos los textos y se centran y centran sin equívoco la región de Tudmir en el Valle bajo del Segura. Otra localidad sería Ils, referida a la colonia romana Iulia Ilici Augusta, sede episcopal visigoda situada en las proximidades de Elche, y Buqasra con la ciudad romana de Begastri en Cehegín.

Las investigaciones arqueológicas de Sonia Gutiérrez en Tolmo de Minateda, ubicado en el actual municipio de Hellín, Albacete, han revelado la relevancia histórica de un sitio fortificado que probablemente corresponde a la madina de Iyyuh, una sede episcopal visigoda creada en el siglo VII. Que la incluiría entre las localidades afectadas por el Tratado.

La principal incertidumbre se refiere a si Valencia está incluida en el tratado, donde aparece una localidad llamada Balantala que algunos identifican como Valencia. Este debate resurgió con el hallazgo de una inscripción visigótica en Pla de Nadal cerca de Valencia, con el nombre “Teudinir” similar a Teodomiro. Sin embargo, los autores árabes no confunden balad Belansiya (región de Valencia) con balad Tudmir, y es difícil entender por qué las antiguas sedes episcopales de Dianium (Denia) y Saitabis (Jativa) estarían excluidos del pacto si Valencia formara parte de este.


Fuentes:

Historia de España de la Edad Media (Ariel) Vicente Ángel Álvarez Palenzuela (coord.). La pérdida de Hispania y la formación de al- Ándalus, Juan Abellán Pérez

Nueva Historia de España. La Historia en su Lugar, vol 1. Fernando García de Cortázar y Ruiz de Aguirre. Editorial Planeta.

De Teodomiro a Tudmir. Los primeros tiempos desde la arqueología (S VII y IX). Actas de la XXXIX Semana de Estudios Medievales Estella 2012. De Mahoma a Carlomagno 229-283. Sonia Gutiérrez Lloret, Universidad de Alicante | isbn: 978-84-235-3336-7


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