LA EDUCACIÓN EN LA ROMA ANTIGUA

Educación Roma Antigua

La educación en la antigua Roma era fundamental para formar individuos que fuesen ciudadanos ejemplares, de ahí su importancia, que se sumaba a la de los valores que pretendía difundir. Era sumamente importante, pero dependía del interés del padre y de las circunstancias económicas.

Al hablar de un tema concreto en un periodo de la historia tan amplio no podemos dejar de lado los cambios y evoluciones debidos a transformaciones políticas, económicas y sociales que se iban produciendo y que, por supuesto, afectaron también al sistema educativo.

Y luego hay otro tema relevante, el del acceso a esa educación para lo que influye la economía doméstica, como ya hemos adelantado. Si hablamos de una familia de escasos recursos económicos lo prioritario es que el niño, en cuanto tuviera capacidad, se sumara al esfuerzo económico de la familia y dejara los estudios si los hubiera podido comenzar.  Si partimos de la base de la existencia de tres niveles educativos, la enseñanza primaria, la educación secundaria y la formación superior, veremos que dentro del primer nivel nos encontramos un mayor número de alumnos/as que va disminuyendo con el paso a los otros dos. Así a la formación superior, ya solo accedía un porcentaje muy reducido de la población, mayoritariamente personas de status social alto.

Esos límites sociales de los que hablaba vienen determinados a la población ciudadana y libre romana, quedando excluido la población esclava. Ahora bien, con excepciones, porque los esclavos domésticos, especialmente los vernae (esclavos nacidos de esclavos y criados como tales), recibían en el pedagogium familiar unas enseñanzas acordes con sus funciones futuras.

Hablaba antes de la evolución de la educación en la antigua Roma a lo largo de su historia, evidentemente no constituye un sistema estático, y esos cambios están marcados por la influencia del mundo helenístico, en primer lugar, y por el hecho de que el sistema educativo romano mantiene una estrecha relación con la sociedad en la que se encuentra inmerso y, especialmente, con el tipo de organización política, con la forma de estado que la configura, de ahí el paulatino control de este sobre aquella.

Una de esas influencias griegas fue el carácter eminentemente urbano de la educación romana, configurándose las escuelas en torno a municipios con el objetivo de formar a los miembros de las oligarquías urbanas que los dirigen. 

PERIODO MONÁRQUICO Y REPÚBLICA (siglos VIII a III a.e.c)

La educación romana en una sociedad de un marcado patriciado y de una naciente nobilitas, está marcada por un contexto estrictamente familiar y de relaciones familiares, independiente del Estado y sin ningún tipo de reglamentación.

Era en el marco familiar donde se desarrollaba la educación del niño o adolescente hasta los diecisiete años; primero hasta los siete años bajo la dirección de la madre y con posterioridad bajo la tutela del pater familias.

Dentro de la primera educación en Roma se pueden apreciar dos tipos de enseñanza: la privada y la pública. La primera tenía lugar en las grandes familias y era ejercida en primer lugar por el padre, el cual ponía a disposición de la enseñanza de su hijo a un esclavo, el paedagogus.

A los diecisiete años es cuando el adolescente abandona los símbolos de la infancia como la toga praetexta para adoptar la toga viril, signo de una nueva etapa de su vida ya que le otorgaba la categoría de ciudadano de pleno derecho, y también de su educación, ya fuera del ámbito familiar, aunque en la mayoría de los casos se realice junto a individuos que se encuentran relacionados con la familia por estrechos vínculos de amicitia.

Se pueden apreciar dos fases en el proceso de educación del joven romano patricio, la primera, durante su primer año después de haber tomado la toga viril, tendrá una introducción en el conocimiento de la vida pública, conocido con el nombre de tirocinium fori. Y una segunda cuando el joven romano pasaba a realizar su servicio militar, el tirocinium militae.

En todo el proceso educativo dos elementos son destacables: la subordinación del individuo a la comunidad y el peso de la tradición. La importancia de esta se expresa básicamente en el peso que posee el mos maiorum (la costumbre de los ancestros) en todos los planos de la realidad histórica de Roma y el peso de las tradiciones familiares.

«La fortaleza de Roma descansa tanto en las viejas costumbres como en el vigor de sus hijos» Cicerón.

Para los niños pertenecientes a la plebe romana e hijos de propietarios y comerciantes de bajo nivel económico, hubo en Roma escuelas de enseñanza pública. No existía ninguna ley que obligara la asistencia a la escuela.

LA EDUCACIÓN EN EL ALTO IMPERIO

Durante el principado de Augusto se comienzan a ver ciertas señas de política imperial. La incorporación a la escuela ni era obligatoria ni gratuita, pero se exigió a los municipios el tomar la responsabilidad de establecer una educación elemental, al mismo tiempo que el Estado se encargaba del control y promoción de la enseñanza.

Esta nueva dimensión se aprecia en las medidas que van tomando los distintos emperadores, por ejemplo, Augusto introduce una práctica griega, como la efebía bajo la denominación de los collegia iuvenum, asociaciones que agrupaban a los jóvenes de las aristocracias locales y que tenían como objetivos, entre otros, predisponer y preparar a la juventud para el ejército, aunque su principal actividad era de ámbito religioso. Vespasiano estableció para los profesores de instituciones educativas, las exenciones de las tasas municipales, munera municipalia. Un ejemplo de este tipo de exenciones lo encontramos en un decreto del año 93 firmado por Domiciano. El emperador Trajano también estableció ayudas económicas oficiales a los maestros.

También se adoptaron iniciativas que tendían a crear a costa del fisco imperial algunas cátedras. Vespasiano creará en la ciudad de Roma una destinada a retórica latina y otra de retórica griega; y Marco Aurelio dotará a la ciudad de Atenas de una cátedra retórica y cuatro de filosofía, una por cada una de las grandes escuelas, estoicos, epicúreos, platónicos y aristotélicos.

Este tipo de prácticas se justifica en el contexto del ideal helenístico del evergetismo del mecenazgo.

LA HELENIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN ROMANA

A partir de las grandes guerras de conquista de fines del siglo III a.e.c. y especialmente durante el siglo II, el mundo romano sufrió un proceso de helenización global. Es cuando Roma intensifica sus relaciones con la magna Grecia a la que somete y comienza, en consecuencia, a asimilar patrones helenísticos, que se produjo en todos los ámbitos, religioso, artístico, político, y también en el sistema educativo.

Sin embargo, es a partir de ese siglo II a.e.c., y muy especialmente tras la Tercera Guerra Macedónica, cuando el proceso se acentúa, por ejemplo, la elite social romana se convierte en bilingüe y llegan a Roma un gran número de preceptores, retóricos y filósofos griegos, como Polibio, Diógenes, de Babilonia, Panecio de Rodas, Diófanes de Mitilene o Blosio de Cumas, entre otros.

Se llegó a pensar que ningún romano podía considerarse cultivado si no había un maestro que le enseñara la lengua griega. Así el conocimiento de esta lengua y su instauración en las élites romanas hicieron de estas ser bilingües. La aristocracia romana acogió la educación helenística para sus hijos a través de profesores particulares, entre los que un gran número eran esclavos capturados como prisioneros de guerra. Al mismo tiempo que se producía esta enseñanza privada de la mano de las grandes familias, apareció la docencia pública del griego a través de las escuelas.

A la par, esta influencia helenística fue duramente criticada por los defensores del puritanismo romano, entre ellos destacará M. Porcio Catón.

El proceso de helenización afectaría de forma sustancial a la educación con una nueva caracterización y vertebración de la educación en Roma desde fines de la República y, especialmente, durante el Alto Imperio. La educación deja de ser un fenómeno inmerso exclusivamente en el entorno familiar. 

El nuevo sistema introduce el modelo helenístico de educación, que se vertebraba en tres niveles que simplificado serían ludus litterarius (enseñanza elemental), enseñanza secundaria a cargo del grammaticus y la enseñanza superior dirigida por los retóricos.

A los siete años niños y niñas ingresan en el ludus litterarius hasta los once o doce años, el lugar de esta escuela primaria se encuentra habitualmente ubicada en el foro. Allí los alumnos reciben las enseñanzas de los magister. Los alumnos son acompañados a la escuela por un esclavo, pedagogusLas enseñanzas impartidas eran lectura, escritura, cálculo y recitación.

Los materiales utilizados para la enseñanza eran: las tabulae cerateae, tablas, principalmente de madera, recubiertas por cera, para escribir; el stylus, para escribir sobre las tablillas que podían ser de hierro, hueso o marfil; la theca graphiaria, que se disponía en la cintura, y la tinta que se disponía en el atramentum. Aunque las tablillas eran el elemento mas utilizado también se podía escribir sobre pergamino.

Sobre los 12 años comienza la enseñanza secundaria que se alargará hasta el momento en el que el joven tome la toga viril que es impartida por el grammaticus, cuya situación social es más elevada que la del magister. Aquí comienza el proceso de selección socioeconómico, ya que los alumnos que van llegando a este nivel suelen ser hijos de familias de la elite. En este nivel, alumnos y alumnas continúan en formación juntos, desde la República al Bajo Imperio.

Las enseñanzas están constituidas esencialmente por el conocimiento teórico de la lengua y por el estudio y comentario de los autores clásicos, Homero, Virgilio, Terencio, Salustio y Cicerón. 

Finalmente, la enseñanza superior está dirigida por el rethor, o como lo denominaba Cicerón, magister dicendi, el retórico, cuya situación social era bastante elevada. Se ocupaba de la enseñanza de la Retórica y la Dialéctica, además, en esta enseñanza superior, destacan los profesionales del Derecho y la Filosofía.

Desde el emperador Adriano, y con carácter generalizado en el Bajo Imperio, se puso a disposición de los retóricos salas para impartir la formación en forma de exedras, como ocurre con la schola del foro de Trajano, las exedras del foro de Augusto o las del pórtico norte del Capitolio de Constantinopla.

LA EDUCACIÓN EN EL BAJO IMPERIO

El sistema de educación helenística perdurará durante los últimos siglos del Imperio; no obstante, a partir del siglo III, y de forma especial durante el siglo IV se introducen modificaciones sustanciales como la acentuación del intervencionismo estatal y la proyección de nuevos sistemas educativos vinculados a la difusión y organización del cristianismo.

En el Bajo Imperio de aprecia una educación más directa y activa.

El intervencionismo imperial está provocado básicamente por las transformaciones que se han producido en la organización del estado romano. Este necesitaba personal administrativo que sostuviera el aparato burocrático que se había instaurado.

Con Valentiniano en el 370 se aprecia el establecimiento de un seguimiento estricto de los jóvenes estudiantes, facilitando al emperador una relación de aquellos que habían sido distinguidos por sus conocimientos. El control del Estado, por ejemplo, en el ejercicio de la docencia era evidente. Así tenemos decretos e Juliano el Apostata que establecía que para ejercer la profesión se debía obtener previamente la autorización del conejero municipal y la ratificación del emperador.

De esta forma en el 425, Teodosio II crea la universidad de Constantinopla con un claustro de profesores, a los que se les prohíbe el ejercicio de la docencia al margen de esta institución, formado por retóricos, gramáticos, filósofos y juristas.

Sin embargo, el griego fue perdiendo fuerza y la educación se fue llevando a cabo cada vez más en latín, dado que, en el siglo III, el griego ya no era frecuente en gran parte de la región occidental. Esta presencia del griego en la educación fue decayendo aún más con la conversión de los emperadores al cristianismo y la progresiva puesta en escena de las escuelas cristianas, monásticas, episcopales y presbiteriales, a partir del siglo IV, ya en plena crisis, van sustituyendo a las antiguas escuelas helenísticas anunciando el ordenamiento medieval.



Fuentes:

La educación en Roma. Guillermo de León Lázaro, Real Centro Universitario “Escorial-María Cristina” San Lorenzo del Escorial. Anuario Jurídico y Económico Escurialense, XLVI (2013) 469-482 / ISSN: 1133-3677

La educación en la Roma Antigua. TFG (2016-2017) Carmen Rosa Díaz Núñez, Universidad de la Laguna.

https://canal.uned.es/video/5f757ed35578f21923538f64

La educación de los niños en Roma

Javier Cabrero Piquero profesor Historia Antigua, UNED

Milagros Moro Ipola profesora tutora de Historia Antigua, Centro Asociado de la UNED en Alcira, Valencia

Clara Gómez Sánchez redactora - locutora, UNED Media, UNED


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