LA NUEVE EN LA LIBERACIÓN DE PARÍS
«Algunos se preguntan todavía qué es lo que esos españoles aportaron a la lucha francesa. Como lo refleja bien este libro sobre La Nueve, los españoles aportaron a todos los niveles. Primero, su experiencia de combate y su preparación militar y política. Todo lo que hacía de ellos luchadores diferentes de los demás, más politizados, más enérgicos y más combativos. Existen numerosos documentos que muestran hasta qué punto fueron útiles y valientes y en los archivos departamentales deben de existir las referencias de los motivos que impulsaron -en los momentos de la liberación- a concederles miles de medallas a estos españoles, para premiar su coraje y su determinación. De los discursos de la Liberación, entre 1944 y 1945, se publicaron centenares de noticias sobre la importancia de la participación española»
Estas líneas que acabo de transcribir salen de la pluma del escritor Jorge Semprún, prologuista del libro al que se refiere, La Nueve: los españoles que liberaron París, de Evelyn Mesquida. Y esos españoles de los que habla son los integrantes de la Nueve.
LECLERC Y DRONNE
Si los españoles pudieron aportar a la causa de la Francia Libre de De Gaulle, experiencia, valentía y arrojo, todo fue gracias a unos franceses que confiaron en ellos, el capitán Raymond Dronne y el general Leclrec. Sin olvidarnos de otro francés, el ex combatiente de las Brigadas Internacionales, Joseph Putz.
Tras los primeros reveses de la guerra, el ejercito francés se hallaba diezmado y desorganizado. El país dividido entre la Francia de De Gaulle y la de Vichy. Y toda iniciativa como la de Leclrec era necesaria, como la reconstrucción de su Segunda División Blindada, en el norte de África, para la que confió plenamente en el capitán Dronne y formar una compañía con soldados exiliados españoles que habían participado en la Guerra Civil.
Gracias al libro de Dronne, Carnets de route d’un croise de la France libre, conocemos la historia de La Nueve y cómo fueron acabando allí aquellos españoles. Unos habían llegado a Orán desde España, otros directamente desde Francia, otros se alistaron en los Corps Francs d’Afrique, del general Giraud, el mayor rival de De Gaulle en casa, y los había huidos de los campos de internamiento. La 9ª Compañía del III Batallón del Corps Francs, conocida como l’Etrangére (la extranjera) sería el embrión de La Nueve.
El adjunto de Dronne al mando fue un teniente español, Antonio Van Baumberghen Clarasó. Culto, formado en la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos, madrileño y apodado Bamba, era defensor de una severa disciplina militar lo que le granjeó problemas y enemigos, por lo que fue sustituido para evitar conflictods, a pesar del aprecio que le tenia Dronne, por Amado Granell, hombre más flexible y conciliador. Pero de lo que no hay duda es de que el capitán francés rápidamente se ganó la confianza de sus soldados.
ORGANIZACIÓN DE LA COMPAÑÍA
Se organizó la compañía, por idea de Dronne, según la ideología de los soldados, así la Tercera Sección estaba compuesta por anarquistas y la Primera y Segunda por socialistas y republicanos. A pesar de ser evidentes las diferencias el manifiesto sentimiento antifascista y lo vivido en la guerra española funcionaba como pegamento unificador. A lo que sumó el privilegio de poder llevar una insignia identificativa con los colores de la bandera republicana.
«No tenían el espíritu militar, eran incluso antimilitaristas pero todos eran magníficos soldados, guerreros valientes y experimentados (…) Si abrazaron voluntariamente nuestra causa fue porque era la causa de la libertad. Realmente eran unos combatientes de la libertad» Así dejó Dronne reflejado lo que pensaba de sus hombres.
DE ÁFRICA A BERSCHTESGADEN...
La Nueve se preparó en África e Inglaterra, desembarcó en las playas de Normandía, liberó París y llegó hasta el mismísimo búnker de Hitler, en Berschtesgaden. Todo este camino fue regado por su sangre y en su recuerdo en todas sus tumbas ondeaban pequeñas banderas republicanas españolas. Pero en los Alpes de Baviera acabó su sueño. Estaban convencidos que con al derrota de Hitler los aliados irían a Madrid a derrocar a Franco, pero no fue así. Un amargo sabor a victoria les acompañará el resto de sus días.
...SOBRE LOS HALF TRACKS
Casi dos meses después del Día D, el 30 de julio La Nueve embarca en Southampton y el 1 de agosto desembarca en la playa de Utah, formando parte de la 2ª División Blindada del general Leclerc mas conocida como la «División Leclerc». En suelo francés se estrenan en la reducción de la bolsa de Falaise.
HACIA PARÍS
El 23 de agosto reciben la orden de continuar, con un objetivo: París. Que en un principio no era un objetivo aliado pero por la presión de De Gaulle lo fue. En la Croix-de-Berny muy cerca ya de la Ciudad de la Luz, Leclerc ordena a Dronne dirigirse a París. Los parisinos se han sublevado y la aparición de una columna de blindados de la Francia Libre sería un aldabonazo para la moral del pueblo. Tienen que ser ellos los que entren en la ciudad antes de los estadounidenses.
La maltrecha compañía del capitán Dronne emprende la marcha preparados para recibir fuego enemigo en cualquier momento. Pero este se hace esperar. Lo que no falta es la ayuda y cooperación de la población que va dirigiendo a los blindados hacia el corazón de la ciudad.
A las 20:45, del día 24, entran en la plaza de Italia sembrando el desconcierto entre los que allí estaban, puesto que pensaron que eran alemanes. Una vez que se dan cuenta de la realidad se desborda el entusiasmo. Casi paralizan a la expedición y Dronne, siendo consciente de que solo cuenta con un número muy reducido de fuerzas, decide dirigirse rápidamente al ayuntamiento parisino, l'Hôtel de Ville, que históricamente ha sido el punto neurológico de todas las insurrecciones parisinas, buscando el efecto psicológico para el pueblo y un golpe de efecto.
A la mayor velocidad posible recorren las calles, muchas de ellas entorpecidas por barricadas y con algún grito de júbilo de «franceses, son franceses». Cruzan el Sena atravesando el puente de Austerlitz y llegan a su destino. Eran las 21:22 cuando Dronne transmite un mensaje de radio, «Misión cumplida. Estamos en l'Hôtel de Ville».
La noche transcurre tranquila, sin percances. Los españoles de La Nueve se han convertido en leyenda. Aunque desgraciadamente no recibieron el reconocimiento internacional que se merecía. Y menos en una España donde la dictadura franquista, evidentemente, omitió cualquier referencia a su hazaña.
El 25 de agosto llega el grueso de la división blindada de Leclerc y se procede a limpiar de resistencia la ciudad. Al final del día París está bajo control.
ESCOLTANDO A DE GAULLE
Pero allí no acabaría el periplo de La Nueve por la Segunda Guerra Mundial, la guerra no había terminado y el 8 de septiembre se vuelven a poner en marcha esta vez hacia Alemania. La composición de la compañía va cambiando ante las bajas que la guerra va provocando. Nuevos reclutas, ya no españoles, se van incorporando. En diciembre de 1944 solo quedan cincuenta y un españoles y una veintena de «pied noirs» de origen español. En agosto, cuando pisaron la playa de Utah era una unidad casi enteramente española.
El cruce del Mosela, los Vosgos, Bandoviller, la bolsa de Colmar, son hitos que acompañan a la historia de La Nueve.
Muchos de los supervivientes empezaban a pensar, a desear, una ofensiva dirección a Madrid, es lo que más les motivaba, pero esa noticia nunca llegó. No sería justo nombrar a algunos de los integrantes de esta mítica compañía simplemente por el hecho de dejar nombres en el tintero, aunque alguno se ha deslizado en estas líneas. Todos merecieron la gloria y todos merecen el respeto. Un respeto que ha tardado en llegar, especialmente en su país de nacimiento. Un grupo de soldados que salieron de España derrotados y que liberaron París. Que llevaron la bandera de la libertad por media Europa pero que no todos la vieron ondear en su tierra.
El prestigioso diario The New York Times recogió en un articulo del 26 de agosto de 1944 la entrada en París de La Nueve:
«…Según el comandante Putz, todos son expertos en las modernas armas motorizadas y demuestran un valor extraordinario. Sus tanques y autoblindados llevan pintados en la parte delantera y en sus lados nombres tan sugestivos como Ebro, Guadalajara, Belchite...y enarbolan la bandera republicana». (La Nueve. Los españoles que liberaron París).
Fuentes:
Imprescindible para conocer mejor a La Nueve el blog de Juanjo Ortiz http://www.elcajondegrisom.com/
MESQUIDA, E. La Nueve. Los españoles que liberaron París, (2008) Barcelona. Penguin Random House Grupo Editorial.
PONS, E. Republicanos españoles en la IIª Guerra Mundial (2003) La Esfera de los Libros
DRONNE, R. Carnets de route d’un croise de la France libre Raymond Dronne (2006) Edition france empire
MONTEAGUDO, R. Cuando los republicanos liberaron París
Buen articulo. Felicidades.
ResponderEliminarGracias por la mención.
Gracias a ti, no solo me han ayudado tus posts es que me encanta tu blog
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