¿UNAS TERMAS EN MI CASA?
Pues
sí, no sé si en tu casa, pero algunos romanos las tenían en sus propiedades, domus o villae. Cuando pensamos en termas romanas nuestra
mente viaja hacia las monumentales termas de Roma, por ejemplo, pero las hubo
de ámbito doméstico, rural y urbano, aquellas que resaltaban el prestigio
social por el mero hecho de disponer de una en la propia vivienda, con una
dimensión social relevante. Para el segundo contenido del blog no me podía
olvidar del tema de mi Trabajo de Fin de Grado que lo tengo muy reciente,
aunque aquí trataremos solo una parte, la de las termas domésticas.
En general, al hablar de termas hay que
destacar la importancia que estos establecimientos tuvieron en el mundo romano
como centro social y de ocio. Las termas, de cualquier índole, eran el mayor
centro de la vida cotidiana, eran lugar de encuentro y recreo, de actividad
social y entretenimiento. En ellas se practicaba el arte de las relaciones
sociales y la discusión, sin olvidarnos de la importancia que dieron los
romanos al cuidado de su cuerpo. Desde el punto de vista de imagen y
transmisión de la idea de poder, las termas eran la imagen de los usos y
costumbres de Roma, su cultura y su modo de vida.
Centrándonos en los balnea domésticos, éstos fueron uno de
los escenarios favoritos de la elite romana como lugar de recepción y reunión,
mezclando otium y negotium. En el ámbito urbano nos encontramos
ejemplos de modestas instalaciones termales junto a la cocina y en los que el
usuario disfrutaba de un sencillo itinerario termal. Pero será en las villae donde se apreciará todo su
esplendor. A partir del año 100 a.C. se producen importantes transformaciones
de orden técnico al inventarse el sistema de calefacción artificial mediante hypocastum, desarrollado por Sergius Orata También se incorpora el frigidarium como última sala del
circuito balneario. Todo este itinerario termal, evidentemente, se ajusta en
función de las capacidades económicas y espaciales de cada propietario. Podemos
resumir que, los balnea domésticos
solían contar con los tres elementos básicos (tepidarium, caldarium y frigidarium,)
pero en los complejos más antiguos era normal que solo hubiese una sala
caldeada precedida de otra de ambiente frío que podía hacer las veces de
vestíbulo o vestuario. Fue precisamente el frigidarium
la que mayor evolución fue sufriendo, tanto espacial como decorativa. Se fue
produciendo un enriquecimiento ornamental. Es, por otro lado, la sala mejor
conservada y más representativa, reflejo de la riqueza y poder de sus
propietarios. Estas salas se convirtieron en auténticos espacios de reunión y
esparcimiento para la elite, donde el dueño de la instalación se reunía con sus
clientes e invitados otorgando a las termas ese papel de escenario privilegiado
para desarrollar las relaciones sociales.
Hablando
de Hispania, los balnea domésticos
son un fiel reflejo de la aceptación y adopción de la costumbre romana del baño
y es una evidencia del proceso de romanización. Se constatan más de 400
instalaciones balnearias de carácter doméstico entre los siglos I y IV d.C. También
reflejaban la relevancia social y económica del propietario; reafirmaba su
condición de élite y de esta forma lo representaba. Proyectaban el estatus
social de sus propietarios. Como en otros lugares servían de espacio de
encuentro social, reunión y discusión diaria, un lugar donde se podía ejercer
la tan romana actividad del clientelismo, sustituyendo a las termas públicas en
cierto modo, sobre todo en el ámbito rural. Consiguieron formar parte clave del
espacio público de las domus y villae privilegiadas romanas.
Fuentes:
El
ocio en el ámbito doméstico de la arquitectura hispanorromana: las termas
(Virginia García Entero 2009)
Las
termas romanas del noroeste y de la meseta norte de Hispania. Los modelos arquitectónicos (Carmen
Fernández Ochoa y Virginia García Entero 1999)
Las
transformaciones de los balnea
rurales domésticos durante la antigüedad tardía en Hispania (ss. IV-VI) (Virginia
García Entero 2006)
Los
balnea domésticos en ámbito rural y
urbano, en la Hispania romana (Virginia García Entero 2006)
Ojala tuviera una yo en casa jajaja
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