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CAMINO A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

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«Ninguna parte de la Gran Guerra se puede comparar, por su interés, con el principio. El silencio comedido y guardado por las grandes fuerzas beligerantes, las incertidumbres sobre sus movimientos y posiciones, el gran número de hechos desconocidos e incognoscibles convirtieron la primera colisión en un drama jamás superado. No hubo ningún otro periodo de la guerra en el que la batalla general se librara a tan gran escala, en el que se produjera una gran carnicería en menor tiempo, en el que hubiera tanto en juego. Además, al principio, nuestras capacidades de asombro, horror y entusiasmo aún no se habían cauterizado ni mitigado por los años de hornos en llamas» Winston Churchill. VÍSPERAS DEL VERANO Cuando llegan estas fechas del caluroso estío, la mayoría de los mortales estamos pensando en esas merecidas vacaciones y en ese deseado descanso. Y generalmente se relaciona verano con tranquilidad, con relajación, como si el calor abrasador influyera en nuestro estado de ánimo

LA BATALLA DE WATERLOO

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El 18 de junio de 1815 Napoleón se disponía a entablar la que sería su última batalla, en Waterloo . A lo largo del día la victoria pudo caer en el lado de un bando u otro, pequeños detalles resolvieron la duda. En este caso a favor de los aliados cuando la moral de las tropas napoleónicas se vino abajo. Como siempre pasa si miramos la historia con ojos del presente, desde una panorámica de doscientos años, es fácil criticar las decisiones tomadas en aquellas jornadas de la primavera de 1815. Decisiones que tomaron tanto Napoleón como sus oponentes el inglés Wellington y el prusiano Blücher en un corto espacio de tiempo, movilizando doscientos mil hombres en un terreno embarrado de difícil movilidad y sometidos a la presión de una batalla. El escritor Alessandro Barbero en su libro Waterloo. La última batalla de Napoleón (editorial Pasado&Presente, julio 2015) nos deja esta reflexión: «Tenía razón el duque de Wellington: si se interrogara a todos los participante

LAS GUERRAS PÚNICAS (II)

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Batalla de Zama, grabado de Cornelis Cort (1567) SEGUNDA Y TERCERA GUERRA PÚNICA Habíamos dejado la historia en el primer post con el final de la Primera Guerra Púnica que se desarrollo principalmente en Sicilia y sus consecuencias para romanos y cartagineses. Recordemos las palabras de Tito Livio sobre este conflicto en   Ab Urbe Condita (Libro XXI De Sagunto al Trebia) con el que empezábamos el primer post: «…que la guerra que voy a describir es la más memorable de cualquiera de las que hayan sido libradas; me refiero a la guerra que los cartagineses, bajo la dirección de Aníbal, libraron contra Roma. Llegada a la península ibérica En el año 237 a.C. Amílcar Barca desembarca en Gadir (Cádiz) acompañado ya de su hijo Aníbal de 9 años y de Asdrúbal, su yerno. Conocedor de la riqueza que allí había en minas, sobre todo las de plata de Sierra Morena, vio una oportunidad para la recuperación económica de Cartag o. Nada más llegar consiguió fáciles victorias, dada la

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