LA REVOLUCIÓN HÚNGARA DE 1956
La Segunda Guerra Mundial había terminado tan solo once años antes y Europa había quedado dividida en dos grandes bloques, uno agrupaba a los países de la zona más oriental que quedaron bajo la órbita de la URSS . Y el otro englobaba la Europa occidental y meridional bajo la influencia estadounidense. Hungría quedaba en la zona oriental. Separados por lo que Winston Churchill denominó un “telón de acero” en uno de sus discursos más famosos pronunciado el 5 de marzo de 1946 en el Westminster College de Fulton (Missouri, EE.UU.) «Tras él se encuentran todas las capitales de los antiguos Estados de Europa central y Oriental. Varsovia, Berlín, Praga, Viena, Budapest, Belgrado, Bucarest y Sofía, todas estas famosas ciudades y sus poblaciones y los países en torno a ellas se encuentran en lo que debo llamar la esfera soviética, y todos están sometidos, de una manera u otra, no sólo a la influencia soviética, sino a una altísima y, en muchos casos, creciente medida de control por parte de